¿Cómo te definirías a estas alturas del show, amigo?
Creo que estoy en un momento muy bueno. Por fin estoy encontrando en mi estilo lo que llevo buscando desde que empecé en este noble arte.
¿Recuerdas en qué momento pensaste o dijiste: «Familia, quiero ser artista»?
No tuve esa conversación. Siempre fui un niño muy solitario y creativo que buscaba el momento para mostrarse y entretener. Recuerdo un viernes por la noche en el que estaban echando en la televisión el famoso 1, 2, 3 y salió Angel Garó. Me quedé fascinado y empecé a decirle a mi madre: «Cuidado con el escalón, mamá».
Chemi… ¿Cómo te gusta mirar la vida?
Me gusta mirarla por encima del hombro. Con curiosidad y cautela. Intento desafiarla mucho, pero de bromita.
¿Y cómo fue la primera vez… en escena?
Fue en Cáceres, en el Vivaldi. Octubre, año 2004… Todo un éxito, lo cual a día de hoy todavía me pregunto cómo fue posible. Era un auténtico salvaje.
¿Algún pinchazo épico en algún bolo?
Nunca. Soy de esos cómicos que nunca han pinchado… (risas). ¡Claro que ha habido pinchazos épicos! A mediados de 2008. Estaba empezando y me contrataron en una discoteca en un evento privado para la puesta de largo de la hija de un señor muy rico. Estaba allí toda la familia… desde la abuela Doña Angustias hasta una caterva de adolescentes deseosos de risas. Empecé a hacer mi show y funcionó muy bien hasta que solté mi arsenal de chistes de curas, Franco, el Rey… Cosas de cómico inexperto y con poco material. Aquello cambió de atmosfera. La abuela se levanto y gritó: «¡Deja a Franco tranquilo, que es un señor que está muerto!». Se hizo un silencio que helaba la sangre y las caras de los allí presentes eran de pelotón de fusilamiento. Y, visto el panorama, exclamé: «Pues escuchándola, señora, ¡no lo parece!». El señor que me contrató me propuso hacer un descanso. Y en el descanso se me acercó, me pagó 100 euros más de lo pactado y, dándome las gracias, me acompañó a un taxi que había en la puerta esperándome. ¡Pena no haberlo grabado!
Hay que verte y reír directamente. Pero si alguien nos pregunta por tus espectáculos: ¿cómo es el humor de Chemi Moreno?
Me defino como un cómico completo que busca la originalidad a través de herramientas que van más allá de la puesta en escena de un show de stand up. Un cómico vivo. Humor blanco como el carbón… reivindicativo y transgresor. Y muy crítico con la corriente deshumanizadora que nos maneja.
¿Dónde verte y seguir tus pasos?
Actualmente estoy de residente en el Clandestino con mi show Yo, ya… Y en el circuito de Adictos a la comedia, de El Remate Producciones. Y en mis redes sociales: @chemimoreno_oficial.
Mi mantra en La Sala de RNE y otros medios, como Godot: ¿Vivimos una edad de oro de la comedia?
Rotundamente, no. Vivimos una edad de oro en Madrid, Barcelona, Valencia y Murcia; sí, amigos, Murcia es la comunidad que posiblemente más actuaciones programa. Pero en el resto ha muerto… Me refiero al show en directo, al circuito de salas… No creo que estemos en una edad de oro porque este país la comedia siempre ha sido estandarte de la cultura tanto popular como culta. Lo que sí creo es que el stand up aquí, como negocio y oficio, se ha instaurado. Lo que existe es una mayor profesionalización del oficio. El stand up se estudia y se aprende. Antes solo se hacía… Yo mismo soy de una generación de cómicos que no sabíamos que lo que escribíamos se llamaba ‘premisa’ y ‘remate’. No sabíamos que un cambio de ritmo in crescendo se llamaba ‘running gag’… Escribíamos desde la intuición. Ahora se escribe desde el academicismo. No creo que la comedia esté en una edad de oro: lo que sí hay es mucha más variedad donde elegir.
Ahora lanzo un test corto y al pie. Respuestas de una línea o palabra…
-La cultura es para Chemi Moreno… El alimento de los pobres, el inodoro de los poderosos.
-La televisión… La de mi infancia, maestra; la de ahora, mi objetivo.
-Las redes sociales… Esclavitud.
–Adictos a la comedia… Mi rehabilitación.
-¡Libérate!… Grito de guerra.
–Monologamia Rec… Proyecto diseñado por el gran Juan Palomo, «yo me lo guiso»…
-La inspiración… Lo que va después de la espiración.
-Un lugar para reír a carcajadas… El Congreso, sin duda. ¡Me gusta la fruta!
Una película, canción o libro para sentirnos bien en épocas difíciles.
Una película: Tiempos Modernos, de Chaplin; o cualquiera de Berlanga o Cuerda. Canción: Vuela alto, de Julio Iglesias o Dicen de mí, de Camarón. Y libro: Sin noticias de Gurb. Este libro no falla.
¿Algo que te parezca ignominioso que se me pase preguntar?
¿Qué opinas de los cómicos que lo petan en redes y luego tienen un directo flojete?
¿Un mensaje para la posteridad a los lectores de Godot?
Amad a los cómicos: no somos más que inadaptados que estamos pidiendo a gritos que alguien nos quiera mucho.
¡Infinitas gracias, salud y risas! ¡Libérate! Yo, ya…
¡A ti siempre!
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