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Un faro en medio de la noche

“Poder ser libres sobre un escenario es un valor para la convivencia de todos”

Cuando todo se vuelve más oscuro: auge de los populismos, corrupción sistémica, crisis climática, incels, fake news, Portugal… está bien que haya luces en el horizonte que nos ayuden en la incierta travesía. Esas luces para mí son Club Caníbal, una compañía teatral a la que llevo siguiendo la pista desde sus orígenes y cuyas propuestas me encantan, quizá porque conectamos en ese tipo de humor tan español, tan berlangiano que tienen, siempre certeros en sus análisis de lo que somos y de cómo vivimos (con cierto pudor, siempre digo que mis películas favoritas son La vaquilla y La escopeta nacional).

Ahora regresan con Instrucciones para sobrevivir en los oscuro, una obra que no forma parte específicamente de la trilogía Crónicas Ibéricas, porque ya hicieron las tres obras, fundamentalmente, pero que bien podría encuadrarse en esa temática, porque la compañía regresa a sus orígenes.

Los componentes de Club Caníbal: Chiqui Carabante, Vito Sanz, Juan Vinuesa, Font García, Pablo Peña y Pedro Ángel Roca (que está echando una mano haciendo de cover en determinados momentos) hacen, amablemente, un descanso en uno de sus ensayos para responder a mis preguntas sobre esta obra, su trayectoria y la vida en general. Por cierto, creo que es la vez que más he tenido que poner (risas) tras cada respuesta. Por algo será…

 

Foto de portada: Imagen promocional de Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro. ©Vanessa Rábade

 

Vuelven los pantalones cortos más famosos a la escena de Madrid. ¿Qué simbolizan para vosotros estos pantalones? ¿Dónde nació esa idea y cuáles qué pretendéis transmitir con ello si hay algo?

Chiqui Carabante: Todas nuestras ideas salen en la sala de ensayo y lo de los pantalones cortos fue porque un día alguien llevaba unos pantalones cortos ensayando y en la parte de arriba llevaba chaquetas de vestir y la imagen nos pareció muy chula, era una imagen potente como de unos niños en el patio de recreo siendo políticamente incorrectos. Esta idea, después, fue potenciada por Salvador Carabante, diseñador de nuestro vestuario.

 

Como esos niños que dicen la verdad sin pudor…

Chiqui Carabante: Exacto, que dicen su verdad, y son tremendamente sinceros en todo lo que dicen.

 

¿Y dónde nace Club Caníbal?

Font García: Pues nació del hambre (risas). Vito y Chiqui estaban haciendo un microteatro, falló una persona y me metieron a mí.

Chiqui Carabante: Esa persona que falló ahora es muy famoso…

Font García: Sí, ya que se trataba de Manolo Solo.

Chiqui Carabante: Nosotros de broma decimos que nacemos a raíz de que Manolo Solo nos dejó a Vito y a mí.

Font García: Por otro lado, Vito, Juan y yo ya habíamos intentado una compañía que no cuajó y con Vito ya había incluso intentado otra más, así que esta vez sí hice todo lo posible porque funcionara.

Chiqui Carabante: Font me propuso a mí lo de la compañía, se lo dijimos a Vito y él dijo que no, que no lo veía… y lleva así 10 años (risas).

 

¿Y Club Caníbal se presentó ante la prensa anunciando que iba a hacer una trilogía?

Chiqui Carabante: Eso fue porque hicimos un curso de Distribución y dijo el profesor que para implantarse en el mercado había que hacer una trilogía porque había que tener continuidad en el trabajo.

Font García: Ese profesor decía que la primera obra te presenta, la segunda te mantiene y con la tercera empiezas a ganar dinero. Pues entonces dijimos: “Vamos a hacer directamente la trilogía, ¿no?” (risas).

Juan Vinuesa: En toda esta historia Vito y yo somos las víctimas, porque el curso lo hicieron Chiqui y Font y fueron ellos los que nos llegaron con la historia de la trilogía, y a partir de ahí imaginamos unos títulos y unas pequeñas tramas de las tres obras, pero por divertirnos. Y creo que fue en la rueda de prensa del Frinje de 2015, donde íbamos a estrenar Desde aquí veo sucia la plaza, que me entero de que vamos a hacer una trilogía de verdad (risas).

Font García: Así de simplones somos (risas).

Vito Sanz: También hay que decir que en este proceso de creación de la compañía nuestro entorno no confiaba mucho en nosotros. Ni nuestros amigos ni nuestras novias le veían mucho futuro a esto. Y eso fue una especie de revulsivo que nos picó por dentro, hasta tal punto que había días que quedábamos a las 7 de la mañana para ensayar. Lo hacíamos como para demostrar que íbamos muy en serio (risas).

Juan Vinuesa: Con el paso del tiempo hemos convivido mucho, hemos ido a nuestros respectivos pueblos, hemos conocido a las familias de todos… y ha sido bonito el poder demostrar que nos lo tomamos muy en serio y que hemos llegado hasta aquí.

 

Un faro en medio de la noche en Madrid
Imagen promocional del primer montaje de Club Caníbal: Desde aquí veo sucia la plaza. De izquierda a derecha: Juan Vinuesa, Font García, Chiqui Carabante y Vito Sanz

 

¿Y cómo es el proceso de trabajo que lleváis para sacar los temas que sacáis?

Chiqui Carabante: Eso de que quedábamos a las 7 de la mañana nos llevaba a compartir muchos desayunos y compartíamos noticias, hablábamos de la actualidad, contábamos anécdotas… y lo que nos interesaba lo íbamos apuntando y a partir de ahí empezábamos a construir las historias.

Vito Sanz: Yo creo que la virtud de nuestra compañía es que nos hace gracia lo mismo. Nos solemos reír de las mismas cosas. Somos crueles para con la vida y con nosotros mismos también.

 

Sí, eso es algo que os iba a preguntar, si ese humor tan característico de vuestras obras es algo que también os acompaña fuera de los escenarios.

Chiqui Carabante: Sí, es agotador estar juntos todo el rato (risas).

Vito Sanz: Somos muy crueles entre nosotros. Y cuando no te toca es muy divertido, pero cuando te toca… pero vamos, siempre desde el humor, nos cuidamos mucho entre todos.

Font García: Cuando estamos en el proceso de creación son muchos los ratos que nos pasamos llorando de la risa por las ocurrencias y comentarios de unos y de otros.

Chiqui Carabante: Lo pasamos bien trabajando, por supuesto, pero también quiero dejar claro que hay un trabajo muy duro y muy concienzudo detrás de cada proceso creativo. Solemos hacer concentraciones en las que nos aislamos del mundo para trabajar y que todo salga como queremos. Debajo de la broma hay mucho curro.

Juan Vinuesa: Ese humor que es el sello de la compañía está muy trabajado como dice Chiqui, porque pensamos mucho en cada frase y en la forma en la que queremos contar cada historia. En cada ensayo vamos limando cosas que a lo mejor no funcionan o analizamos si son cosas que son de humor rancio o que sólo nos hace gracia a nosotros, porque no queremos que esto sea una fiesta privada, queremos compartir cosas con el público, siempre desde la broma y el humor, tratando de provocar, pero sin ofender.

Chiqui Carabante: En Herederos del ocaso le dimos muchas vueltas a cómo representar al personaje principal. Teníamos muchas dudas entre nosotros sobre cómo llegar a plasmarlo sin ofender a nadie. De hecho, ha sido la obra más delicada, porque yo creo que hay gente que entendía que nos reíamos de los discapacitados cuando era una crítica sobre la utilización que se había hecho de ellos en el caso concreto que plasmábamos, el de la selección española de baloncesto de los Juegos Paralímpicos de Sydney 2000.

Juan Vinuesa: Y en cuanto a procesos de creación, hay algo que creo que es importante y es el hecho de no hacernos sombra en escena. Es una minoría, apenas lo he visto… pero en esta profesión hay quien sufre si no es el protagonista o si le roban un chiste. Si eso hubiera ocurrido aquí, creo que la compañía no habría avanzado. Hemos podido discutir, tener nuestras diferencias personales como en cualquier familia… pero nadie ha intentado tapar a otro en texto, en trama o en escena. Creo, además, que esa libertad es una de las razones de que hayamos podido investigar en nuestro lenguaje.

 

Cada uno de sois autores de sus propios textos. ¿Cómo se encaja eso en las piezas en Club Caníbal?

Chiqui Carabante: Yo creo que funcionamos como un coro aprovechando las virtudes de cada uno. Font es un gran anecdotario, Juan tiene ahí una cosa muy comprometida con todo lo que hace, Vito tiene un mundo más clownesco y yo hago de corifeo, organizando un poco ese coro. Ellos, como autores, proponen sus textos y entre todos vamos limpiando. Ellos también desechan material que yo propongo, ellos escriben en escena y yo escribo desde fuera, y al final ya ellos se tienen que entregar a la interpretación y ahí yo me puedo hacer un poco más dueño del espectáculo. Pero por eso está lo de que la dramaturgia y la escritura es conjunta, y tanto así que el otro día escribí un texto para Pablo (Peña, músico de la compañía y que se estrena como intérprete en esta ocasión) y resulta que el texto que escribió el mismo Pablo para sí mismo era mejor que el mío y por votación popular se decidió que se quedaba el suyo… algo a todas luces injusto (risas).

Font García: Pablo es parte del grupo y tiene derecho a meter sus tonterías como cualquiera que se siente aquí (risas).

 

¿Y cómo lleváis la etiqueta de ser los cronistas de la idiosincrasia española, esa especie de herederos de Berlanga, al que siempre se os asocia?

Chiqui Carabante: Ojalá fuera así.

Font García: Nosotros no sentimos que tengamos esa repercusión, la verdad.

 

¿Sentís que no la tenéis?

Pedro Ángel Roca: Yo, que lo he vivido desde fuera, sí que siento que tenéis ese sello. Sois muy reconocidos dentro de la profesión.

Chiqui Carabante: Yo quiero salir por el portal de mi casa y que la gente diga: “mira los nuevos ‘berlangos’” (risas).

Juan Vinuesa: Yo solo digo que ahora mismo hay entradas libres para todos los días (risas).

Font García: Puede que en Madrid se nos conozca, y algo en Sevilla, pero luego no vamos a Barcelona, y casi no vamos a las capitales de provincia. Y aquí también claramente lo digo, por conversaciones que hemos tenido con algunos programadores, a veces hay miedo de llevarnos a según qué sitios porque no saben si ofendemos o no.

Vito Sanz: También viendo el panorama teatral de la gente joven o de los nuevos directores y directoras, parece que el teatro que hacemos nosotros va un poco a la contra. Es un teatro un poco más popular, que engancha con cosas más del pasado, de ese cine de Berlanga y de ese humor que quizá a mucha gente le parezca ya antiguo. Eso quizá nos puede pesar. Tú vas a ver La tristura y es una cosa muy distinta lo que hacen. Tienen mucho nivel, pero es muy diferente.

Chiqui Carabante: Nosotros somos más Sazatornil (risas).

 

Seguramente mucha gente no sepa quien fue José Sazatornil, pero yo he crecido con ese cine y es el humor que yo comparto también.

Juan Vinuesa: Sí, a nosotros nos encanta toda esa manera de hacer las cosas. Sí que hay interés por parte de los programadores y muchas veces nos dicen que les ha gustado mucho la propuesta, pero que tienen miedo de que en su pueblo no se entienda. Entonces, dices, puede haber dos opciones, o nos está engañando, lo cual es terrible siendo un programador, o tiene realmente ese miedo que dice, lo cual me parece casi peor. Te puedo contar que hubo un día en una función en la cual un programador nos pidió que si antes de la función podía dar una charla explicando que nuestra obra defendía la discapacidad para que la gente no se pusiese nerviosa durante el espectáculo. A mí esto me parece terrible, y nosotros nos negamos a hacer eso, porque creo que no hay nada más triste para un creador que tener que explicar un chiste.

Font García: Así fue, nos negamos y luego sí que hubo una charla con la gente y había una asociación que trabaja con personas con discapacidad y nos dieron las gracias por hacer la obra (Herederos del ocaso) y hablar de ellos.

Juan Vinuesa: Hay ciertas cosas sobre las que queremos reflexionar, defender o lo que sea y las tenemos que incluir en la broma, ya que excluirlas es caer en el paternalismo y este país cae demasiadas veces en eso, yo creo.

 

Quizá el vehículo que nos pueda unir a todos es ese humor que vosotros tenéis…

Font García: El humor es algo muy español, claro. La broma siempre está ahí, muy presente en cada circunstancia. Y el humor español es muy canalla.

Chiqui Carabante: Últimamente se está imponiendo un cierto pudor a hacerlo público, a hacer según qué chistes. Hacer humor un poco más incómodo parece arriesgado últimamente, pero nosotros no lo hacemos intencionadamente para provocar, es lo que nos sale.

Juan Vinuesa: Yo creo que las redes sociales son el punto de inflexión en los límites del humor. Yo me puedo marcar mis límites y lo que voy tolerando y puedo ir cambiando con los años, creo, pero nunca debo marcar los límites ajenos y las redes a lo que están ayudando es a marcar esos límites ajenos. Tú no te estás ocupando de ti, tú te ocupas hasta dónde el otro debe llegar en el humor y eso no puede ser. Para esos límites está la ética y el Código Penal y entonces las redes han ayudado a dar voz a mucha gente que quiere controlar a los demás.

Font García: Que quieren controlar sin haber visto. Es censura preventiva porque sí.

Juan Vinuesa: Y tendríamos que hacernos ahí la pregunta sobre de cuántas cosas nos reímos en privado, pero nos indignamos en público.

Pedro Ángel Roca: El humor español es bastante irreverente y negro.

 

Un faro en medio de la noche en Madrid
Pablo Peña, García, Vinuesa y Sanz en Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro. ©Vanessa Rábade

 

Pero yo sí siento o percibo que lo que habéis hecho en Club Caníbal os ha proyectado hacia otros trabajos. Os he visto haciendo mucho audiovisual, por ejemplo.

Chiqui Carabante: A mí, como creador, aunque suene a palabra muy grande, esta compañía sí que me ha servido en mi proyección y en la forma de aplicar el trabajo.

Font García: Está claro que lo que hacemos gusta y funciona, porque nos siguen programando, pero muchas veces te lo tienen que validar para que te des cuenta.

Vito Sanz: Lo que es verdad es que esta compañía es un proyecto que cuidamos mucho, es casa, y formar parte de esto como que te serena. Aquí sabes que tienes un lugar y que desde aquí se trabaja, que no te vas a quedar en casa esperando a que suene el teléfono, que es algo muy jodido. El hecho de tener esta estructura te permite seguir creando, te permite seguir entrenándote como actor y eso da mucha tranquilidad.

 

Y vuestros proyectos paralelos, ¿cómo se encajan en la dinámica de trabajo de Club Caníbal?

Juan Vinuesa: Lo primero, siendo muy claros con las fechas, algo que parece una tontería, pero es muy importante. En cuanto alguien ha cerrado un trabajo se lo comunica al resto pensando en el futuro del montaje y del grupo. También tenemos claro que vivir de la exclusividad del teatro es bastante difícil con lo cual intentamos facilitarnos las cosas entre todos. Compromiso, sí, pero realismo también.

Chiqui Carabante: Lo que yo sí que creo es que a mí me surgen proyectos audiovisuales porque vienen directamente de gente de teatro con la que has trabajado, no me llaman del audiovisual porque me han visto en teatro, no sé si me explico. Yo estaba el otro día en el Festival de Cine de Málaga y cuando me preguntaban en qué andaba yo les hablaba de esta obra de teatro y la gente te decía: “Ah, muy bien”, pero tú te das cuenta de que no les estaba interesando una mierda. Yo creo que son mundos muy separados, que el teatro te sirve para el teatro y que la gente de teatro sí aprecia lo que hacemos, pero otra gente del audiovisual ven que lo que hacemos es muy gracioso o muy loco, pero que no tiene poso ni interés para ellos.

Font García: Esos comentarios del tipo: “lo que hacéis es muy loco” los odiamos, porque parece que lo que hacemos se nos ha ocurrido hace media hora y a lo mejor hay un curro de un año detrás de ese chiste.

 

En vuestro último montaje, Alfonso el africano, pudimos ver algunos matices distintos dentro de lo que había sido vuestra línea de trabajo, vimos cosas distintas a nivel de lenguaje. En esta propuesta, Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro, ¿qué vamos a ver?

Chiqui Carabante: Aquí volvemos a la esencia, a esa anarquía visual, gestual y de contenido que se podía apreciar en la trilogía de Crónicas Ibéricas, pero creo que incluso aquí es más potente todo. O que hemos hecho un trabajo más exhaustivo.

 

¿Es una obra sobre el fanatismo?

Chiqui Carabante: Sí, es una obra sobre el fanatismo, pero también sobre el negacionismo, sobre el populismo… por ahí van los tiros.

 

Como ya sucedió en Villanueva de la Faca (Desde aquí veo sucia la plaza) el enemigo es la Unión Europea. ¿Tenéis algo contra la agenda 2030?

Chiqui Carabante: (Risas). Bueno, aquí el enemigo es el pueblo en realidad. En este caso el protagonista es alguien de derechas y sufre una humillación pública, y a mí eso me interesa mucho, porque al final es una persona a pesar de sus ideas, y nos estamos acercando a una persona que está muy lejos de nuestra forma de pensar. El título de la obra hace alusión a que estamos viviendo unos tiempos de mucha oscuridad, de mucho fanatismo.

Pablo Peña: La obra también habla un poco de la perversión de la fe.

 

¿Pensabais en 2015, cuando empezasteis con vuestra trayectoria, que ahora estaríamos más en lo oscuro que antes?

Chiqui Carabante: No, para nada. Éramos más naif nosotros. Además, nuestro primer montaje era más naif.

Font García: Es que estamos jodidos, es que da miedo todo lo que está pasando.

Chiqui: El resurgir brutal de la ultraderecha en todo el mundo es algo aterrador.

Font García: Fascismo puro y duro en nuestras casas.

 

¿Qué es para vosotros el patriotismo?

Chiqui Carabante: Es un engaño para que el pueblo crea que ser español es únicamente defender la bandera, pero que no lo es luchar por tus derechos como ciudadano o defender a tu vecino.

Juan Vinuesa: El patriotismo se encarga de apropiarse de ciertos símbolos y en etiquetarlos para una determinada ideología. A mí me aterra que la bandera sólo pertenezca a cierto sector de la población y que se use como un arma arrojadiza, me parece tremendo.

Chiqui Carabante: Todo esto está relacionado con el hecho de que se sigue sin saber de dónde venimos, de qué es por lo que verdaderamente ha pasado en este país, que hay cosas sin solucionar y que siguen enterradas como si no existieran. De todas formas, esta obra no es de mensaje, nosotros tenemos todas estas inquietudes personales y funciona mucho el inconsciente sobre cómo vamos ensamblando las cosas, pero no pretendemos dar ningún mensaje de nada, el significado es muy abierto.

 

¿Pretendéis que la gente empatice con ese protagonista de derechas?

Chiqui Carabante: Sí, el público va a empatizar.

Juan Vinuesa: Pero no nos preocupa nunca salvar al personaje.

Chiqui Carabante: Lo que pasa es que cuando sale Juan al escenario es imposible no empatizar con él (risas). Sacas un perrito y a Juan y empatizas con Juan (más risas).

Font García: En la obra estamos hablando de parajes naturales, de recursos limitados como el agua, y que cualquier persona puede imaginar que es el Coto de Doñana, un lugar que ha estado gestionado durante muchos años por el PSOE y ya hemos visto cómo han funcionado las cosas, así que aquí no se salva nadie.

 

Si es que la realidad os da personajes para seguir haciendo obras durante décadas, mira Koldo.

Font García: Ya ves, la pena es que lo de Koldo nos ha pillado con la obra escrita (risas).

Juan Vinuesa: Tenemos claro que, si en la broma y en la estructura que ideamos sale un personaje de izquierdas, o afín a nuestro pensamiento, al que se tiene que incluir o criticar, lo vamos hacer sin problemas.

Chiqui Carabante: Lo que pasa es que vivimos en una época en la que si te pones político en un guion ya es un perfil de personaje que no es honesto. Esos son los tiempos en los que vivimos.

 

Es que se encargan mucho de que nos cueste pensar que son honestos con cada noticia que conocemos…

Juan Vinuesa: Lo que pasa es que se ha perdido el sentido común y lo vemos cada día en las calles. Yo estoy muy a favor de cualquier manifestación pacífica que vaya en contra de algo. Creo que es incluso sano generar ese diálogo. Si la gente quiere salir a manifestarse pacíficamente que lo haga. Ahora, ¿cómo puede ser que esa gente que son los que se escandalizan cuando hay un desnudo en escena, cuando se saca una figura religiosa, cuando se saca un muñeco de un dictador… son los que golpeen a una figura que representa al Presidente del Gobierno? Porque luego, en un escenario, donde todo es ficción, no lo olvidemos, quieren que las cosas que afectan a su moral se prohíban. No tiene ninguna lógica. Creo que ese es un gran ejemplo del momento que estamos viviendo.

Chiqui Carabante: Ellos creen que España es sólo suya, y me refiero a ellos que son los que salen a manifestarse a Ferraz cada tarde. Ellos se creen los dueños de este país y el resto sobramos. Ese es su rancho y punto.

Pedro Ángel Roca: Y entienden que España sólo tiene que ser de una manera y les molesta lo que se salga de ahí.

Font García: Es una campaña de acoso y derribo. Además, es que casi todos los medios de comunicación son suyos y desde la ficción intentamos ser un poco críticos con eso, pero la ficción también la quieren controlar, y por eso hay que intentar no autocensurarse.

Chiqui Carabante: También nosotros somos insignificantes, por mucho empeño que pongamos en un escenario nunca pasa nada.

 

Un faro en medio de la noche en Madrid
©Vanessa Rábade

 

¿Podéis ir a Zamora tranquilamente?

Chiqui Carabante: Sí, sin ningún problema (risas).

Font García: A Zamora hemos ido, no hubo mucha gente viéndonos, pero los que estaban parecían encantados.

 

¿Y al Corte Inglés?

Font García: La obra Algún día todo esto será tuyo siempre ha funcionado muy bien y la han recibido bien, incluso gente que trabajaba allí. Una vez vino a vernos la secretaria del dueño de Galerías Preciados, que fue comprada por El Corte Inglés, y nos dijo que no sabía cómo lo habíamos hecho, porque en la obra salen cosas que no se sabían de forma pública, pero que habíamos acertado en todo.

Juan Vinuesa: Ojalá entendiéramos, como sociedad, que en un escenario se puede contar cualquier cosa, aunque luego a alguien no le guste y la pueda criticar, pero poder ser libres sobre un escenario creo que es un valor para la convivencia de todos. Defender que se haga algo no quiere decir que estés a favor de ello. Yo puedo ver cosas que no me gustan, que me indignan, pero defiendo que se hagan.

 

Pablo, ¿cómo es el trabajo que haces aquí?

Pablo Peña: Es una pesadilla (risas).

Chiqui Carabante: Es una labor de reinserción. Su madre nos llamó un día porque el niño estaba todo el día dando la lata con la guitarra (risas).

Font García: Y que a ver si podíamos hacer algo con él, porque no se ha sacado ni el Graduado Escolar (más risas).

Pablo Peña: Yo llevo con ellos desde el principio y ya tengo aquí como mi lugar aunque, por ejemplo, en esta obra tengo más texto que en ninguna anterior, toco bastante y canto, algo que hago por primera vez… Para mí es un trabajo muy rico porque, desde el punto de vista creativo, se me abren un montón de vías que no se me abren con otros proyectos. Aquí trabajo desde el foley (efectos de sala) a la música, al texto con ellos, a la interacción con ellos. Yo me siento un poco como el camarero de El Resplandor, ¿sabes?, lo veo todo desde fuera, algo que es muy interesante para mí, pero también estoy dentro como personaje.

Font García: Que también está muerto (risas).

Pablo Peña: Para mí es un reto cada proyecto en el que nos embarcamos porque siempre busco que la música contextualice un poco la historia, pero le dé también un añadido, que aporte algo más que no tiene la obra en sí.

Chiqui Carabante: Pablo curra mucho con la estética de la obra.

Pablo Peña: Sí, eso es. En esta obra he trabajado buscando instrumentos tradicionales, como más de más de campo, como una zambomba, una caña o un rabel, que es un instrumento típico de los pastores. Entonces para mí siempre es muy interesante el trabajo porque me permite indagar en la tradición y jugar. Me lo paso muy bien, la verdad es que es muy divertido.

 

Y tú, Pedro, ¿cómo has aterrizado en este grupo?

Pedro Ángel Roca: Pues muy bien, la verdad. Me llamaron para hacer un poco la cobertura y estoy disfrutando como un enano. Yo ya era muy fan de la compañía y estoy disfrutando porque toda la gente que forma parte de ella son una maravilla. Y yo también quiero recalcar el curro que se pegan en cada proyecto, porque parece que es muy fácil hacer lo que hacen o que les sale improvisado y no, hay mucho trabajo. Cuando yo me incorporé ya la tenían casi montada a tres semanas del estreno, cosa que no es habitual. Así que para mí es todo un gozo ver cada pase, ver cómo van creciendo en cada ensayo… y lo que más me sorprende es que siento tan amigos, con todo lo que se conocen y todas esas bromas que se gastan a lo largo del día, cuando entran en el terreno de juego todo cambia y se puede percibir la enorme profesionalidad de cada uno de ellos. Yo he trabajado con amigos y concentrarse en el trabajo cuesta mucho más, pero ellos lo consiguen muy fácil. Son animales de escena.

 

¿Te ha costado mucho meterte en esa dinámica?

Pedro Ángel Roca: La verdad es que no, porque sin haber trabajado casi nada con ellos antes sí que comparto su forma de ver la vida, muchos conceptos artísticos y el sentido del humor, y eso es muy importante para meterse aquí.

Chiqui Carabante: Pedro está muy en sintonía con nuestro lenguaje.

Pedro Ángel Roca: Yo conecto con las personas a través del humor, no sólo a nivel laboral, también en el plano personal, porque la mayor parte de amigos que voy manteniendo a lo largo de la vida es en base al humor y eso mismo me está pasando trabajando en Club Caníbal. El humor es uno de los nexos de unión más importantes en las relaciones personales.

 

Existe un documental sobre la compañía que se llama Spanish shame y que se puede ver en Filmin. ¿Cómo surgió la idea?

Juan Vinuesa: Pues surgió de nuestro amigo Polo Menárguez. Es un documental que habla de la trayectoria de la compañía, pero que se centra en la trilogía Crónicas Ibéricas cuando la representamos en el Teatro del Barrio, y cuenta esos días de preparación de las funciones y la intrahistoria del grupo

Chiqui Carabante: Este documental tendrá valor si dentro de 20 años seguimos juntos, y vivos (risas). Si entonces hacemos otro documental y lo pegamos a este yo creo que tendrá aún más valor.

Font García: Polo nos conoce desde que empezamos y nos ha apoyado siempre, así que fue algo muy bonito que nos lo propusiera y el resultado final que hizo.

 

Vosotros que sois una compañía que arriesga, ¿pensáis que falta riego en la escena ahora mismo?

Chiqui Carabante: Puede ser. Hay gente que se arriesga a nivel formal y de estética, eso seguro, hay gente haciendo cosas muy rompedoras, y luego a nivel de mensaje, pues quizá falte algo, sí. El peligro conforme avanzas es institucionalizarte, acomodarte, ser romo en los contenidos y querer gustar a todo el mundo. A mí me parece peligroso el tener que hablar de lo que toca ahora. Yo no quiero ir por ahí, quiero salirme de la caja de pensamiento único.

Font García: Nosotros sabemos qué chiste de Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro podríamos quitar para que la obra fuera más blanca y vender más bolos, pero no queremos ir por ahí.

Juan Vinuesa: Una de las cosas buenas que hemos tenido en estos 10 años de trabajo conjunto es la de no categorizarnos. Nosotros traemos un ancla como anécdota principal y que se dispare el universo. No hacemos una obra porque toca hacerla. Una cosa es la evolución de tu lenguaje, porque el teatro va evolucionando, la sociedad evolucionando y nosotros como personas también, pero no nos gustan las etiquetas de ser transgresores o políticos, nosotros hacemos el teatro que queremos hacer, el que nos sale según las fusiones de nuestro imaginario.

 

Sí, pero el hecho de que no partáis de la autocensura ya es un valor, una marca por vuestra parte.

Juan Vinuesa: Es una actitud más que otra cosa.

Chiqui Carabante: Yo siempre digo que no tenemos filtro para las chorradas. Nosotros empezamos a decir cosas en los procesos de trabajo y si nos gusta bien, y si no nos gusta lo desechamos, pero siempre haciendo lo que queremos y estando todos a gusto con el mensaje que queremos transmitir.

 

Ya para terminar un poco y sé que os pido algo complicado, pero haciendo el tipo de teatro que hacéis, radiografiando la españolidad… ¿Dónde creéis que vamos como sociedad?

Chiqui Carabante: Paul Preston dice que somos un gran pueblo muy mal gobernado desde hace mucho. Creo que la corrupción dentro de la clase dirigente es lo que nos impide avanzar hacia sociedades mejores. Aquí nadie dimite, aquí nadie tiene memoria, porque a la corrupción y al capitalismo salvaje les interesa que estemos desmemoriados, desinformados, sin educación…

Juan Vinuesa: Es que si la clase política es para medir dónde estamos y cómo vamos, pues lo tenemos complicado. Porque si nos damos cuenta, con el último gran caso de corrupción, el de Koldo, la discusión en el Congreso de los Diputados ha estado en el “y tú más”, y ese “y tú más” es también el germen de la polarización. Estamos viendo que hay 0 autocrítica, lo cual me parece no sólo peligroso, sino muy significativo, entonces no sé decirte hacia donde vamos, pero es un poco descorazonador el futuro.

Font García: El problema es que estamos muy acostumbrados a convivir con esa corrupción, la hemos normalizado y así es complicado.

Chiqui Carabante: Y aquí nunca ha habido juicio a la gente que estuvo en el poder durante la dictadura, sigue habiendo multitud de cadáveres en cunetas… y mientras esas heridas no se cicatricen seguirá siendo complicado sanear un país. Y nosotros seguiremos haciendo nuestro propio teatro en base a la realidad que nos rodea.

 

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