“Vamos a intentar poner nuestro granito de arena desde el arte”
Hablar con la actriz Inma Cuevas siempre es una bocanada de optimismo, su filosofía de vida es conjugar el amor al teatro con la conciencia social, algo que hace desde Kendosan Producciones, junto a su compañero de vida y aventuras, Jesús Sala. Una buena muestra de ello es Lo que tú nos dejas de Alba R. Santos, un monólogo que da voz a esas madres que intentan sobreponerse al síndrome del nido vacío. Un viaje onírico a la mente de esta mujer que aprende a darse una segunda oportunidad.
Charlamos con ella hace dos temporadas, concretamente en febrero de 2021 cuando la obra se estrenó en el teatro Quique San Francisco. Ahora vuelve a reponerse el montaje en Teatro del Barrio y recuperamos esta maravillosa entrevista que nos concedió.
Abrazando las segundas oportunidades
Foto portada: David Ruiz
Inma, acabas de terminar la gira de Mrs. Dalloway y te has embarcado en Lo que tú nos dejas, un monólogo, ¿esta es tu primera vez en solitario?
Hace muchos años, no quiero decir que era un monólogo porque no estaba sola en escena, pero hice un monólogo que se llamaba La nieta del dictador, lo dirigió Roberto Cerdá, estaba Ramón Pons conmigo en escena, pero él no hablaba, así que sí, era un monólogo, ¡me tiraba hora y media sin parar de hablar! (Ríe). Además, justo antes de que todo esto pasara, tuve la experiencia de trabajar Las cosas extraordinarias, un monólogo que quería hacer desde hace tiempo; escribimos para pedir los derechos en España, pero nos dijeron que ya los tenía alguien: Pau Roca -quien actualmente lo está representando en Barcelona junto a Leticia Dolera y que en Madrid pudimos ver con Brais Efe- y la vida hizo que, sin saberlo, me llamara para hacerlo. Estrenaba el 14 de marzo en el Lara, pero vino la pandemia. Quisimos retomarlo durante el confinamiento, pero es un texto en el que la cercanía es primordial. También tengo Ciclos, que volverá, pero es un texto que tengo que readaptar y ahora estoy con Lo que tú nos dejas, muy feliz por lo que significa y por dónde llega.
Lo que tú nos dejas es un texto que firma Alba R. Santos, presidenta de la organización NUPA -Asociación de ayuda a niños, adultos y familias con fallo intestinal, nutrición parenteral y trasplante múltiple-, con la Kendosan Producciones lleváis colaborando desde hace tiempo, ¿qué es y por qué este compromiso con ellos?
No teníamos ni idea de este tipo de enfermedades, de que había personas que ni comían ni bebían y necesitan trasplantes múltiples; niños que directamente comen a través del corazón, conectados a una máquina. Algunos, afortunadamente, viven con una mochila con una batería con la que hacen más o menos vida normal, pero otros se tiran toda la vida conectados a una máquina y no salen de la sala de un hospital. Hay familias que dejan todo en otras ciudades para traer a sus hijos a Madrid, a los hospitales, dejan toda su vida, venden sus pertenencias, incluso hay familias que han pasado meses durmiendo en los coches porque no tienen dónde ir. Son situaciones bastante complicadas. Son familias, en muchos casos, desestructuradas porque la madre se tira años en la cama con su hijo, el marido trabajando, matrimonios que se separan, niños que fallecen… Empezamos a investigar, conocimos NUPA y dijimos: “Vamos a intentar poner nuestro granito de arena y apoyar desde donde nosotros podemos, que es desde el arte”.
¿Qué nos puedes contar sobre Lo que tú nos dejas?
Es un texto súper esperanzador, vital, lleno de alegría a pesar de que es la historia de una madre que siente el vacío de su hijo, siente ese síndrome de nido vacío y que intenta sobreponerse, que sabe que la única que manera para llenarlo es escribiéndole cartas. Es una madre que ve siempre el lado bello de la vida, el vaso medio lleno, a pesar de lo que le sucede. La vida le está dando una segunda oportunidad, para sentarse, pararse a respirar y decir “gracias por lo que nos dejas”.
Lo que tú nos dejas no solo habla del vacío de una madre con su hijo, sino de cómo las relaciones van modificándose a medida que pasa el tiempo, cuando tienes hijos, cuando te sientes abandonada en tu casa, cuando tu relación con tu pareja no va bien. Cómo superas esos baches que hay en la vida, cómo vas aprendiendo de lo que la vida te ofrece. Habla de esa sonrisa que hay que intentar sobrellevar en la vida. A mí hay algo del personaje de esta madre que me da mucha esperanza. Hay que encontrar el camino para seguir avanzando.
¿Cómo fue ese primer encuentro con el texto?
Yo empecé a leerlo muy rápido, porque no quería que me afectara, me conozco, y hubo un momento que tuve que parar a respirar y no empaparme del todo en esa historia porque me agarró muy adentro. En la primera lectura me llevó a un lugar que no era de cabeza y me pareció brutal, nos miramos Jesús y yo, y decidimos que había que contar esa historia. Esa misma noche respondimos que sí a Alba. Me costó volver a leerlo porque me afectó sobremanera y, cuando comencé a comprender cómo estaba escrito el texto, me relajó mucho ver el punto positivo de este personaje. Nosotros apostamos mucho por ver así la vida. La vida es mucho más bonita y bella si uno sonríe a diario a pesar de lo que le pase. Claro que hay momentos duros, duelo, luto, dolor, pero hay que dar gracias. Que sea tan vitalista me relajó. Alba es así, vive la vida con mucha positividad y eso engancha.
Fíjate que en el confinamiento, la vida de un día para otro cambia por completo. Hay cosas que están por encima de nosotros, que no podemos controlar. Nos reinventamos, evolucionamos y por ahí está el camino. Hay que dar valor a lo que realmente lo vale, los fantasmas, muchas veces los creamos nosotros y hay que acercarse y alimentarse de la gente que nos hace bien. Hay vivir la vida con más agradecimiento y más sonrisa para que nos cambie la vida, a nosotros y a los demás. Nunca sabes cómo puede afectar a otra persona tu sonrisa. Las energías se atraen.
Es muy bonito cómo habéis logrado que el teatro encuentre su lado más solidario, haciendo que el espectador contribuya, haciendo su aportación, consumiendo cultura.
Esas sinergias son las que a nosotros nos gusta. Todo lo que podamos hacer para aportar nuestro granito de arena, lo seguiremos haciendo. Espero que Lo que tú nos dejas tenga mucha vida. La intención es dar una visibilidad a una asociación y una realidad. España es un país puntero en donación de órganos, pero creo que es necesario visibilizarlo y contar esta historia. También pensamos que al salir del confinamiento debíamos hacerlo con una comedia, pero también hay lugar para la reflexión y para la escucha.
¿Qué vamos a ver en escena?
Cada vez creo más en ese espacio vacío de Peter Brook y dejar al espectador que imagine. Creo mucho en eso que dice Fernando Piernas de que, si tú crees, el espectador cree y si tú ves, el espectador ve. Al final no se necesita mucho.
Hemos creado un espacio onírico, no queríamos algo concreto, queríamos evocar. Va a ser un espacio vacío, pero con un mundo de pequeños detalles. La iluminación, Javier Alegría, como es creador y muy sensible a este mundo, está creando unos espacios muy bonitos. La idea es crear un mundo que no está ubicado en un lugar concreto, sino en su cabeza, donde hay muchos recuerdos y un vacío que llenar. El texto es muy evocador y queremos dejar al espectador que imagine su mundo.
Desde un espacio que está en su cabeza, su necesidad de escribir y desde donde ella se encuentra para no sentirse sola. También tiene un colchón musical de Alarmantiks que ya trabajaron en Ciclos conmigo y son familia.
Además de actriz y productora, en los últimos tiempos estás explorando nuevas facetas como creadora; has sido ayudante de dirección en Las uñas rojas y, ahora, en Lo que tú nos dejas, asumes la dirección, ¿cómo estás viviendo esta evolución como artista?
Estoy disfrutándolo mucho, me quiero dar permiso, dar la oportunidad de encontrarme a mí misma y creer en lo que tengo que contar. Desde que leí el texto supe por dónde lo que quería llevar, quiero creer en esta creación propia desde muchos ámbitos. Me he dado cuenta que cuanto más creas, cuanto más imaginas, más evolucionas. Cuando estás creando desde otro lugar, no solo como actriz, se va creando una plástica y se van creando más posibilidades y te pones menos barreras. En mi cabeza tengo una idea de la plástica y me apetece indagar ahí para lo que voy a contar. Puede que me equivoque, puede que no, pero está muy bien errar. Me divierte mucho este paso que estoy dando.
Por eso nos rodeamos del mismo equipo, porque habla nuestro mismo lenguaje, hay algo fundamental y es que son grandes profesionales y grandes artistas. Y sobre todo grandes personas, tenemos el mismo código para convivir y estar en el escenario. Yo siempre estoy muy por la labor de trabajar en equipo.
¡Os habéis especializado en espectáculos unipersonales! Desde El hombre y el lienzo, pasando por Ciclos, tenéis Las uñas rojas y ahora Lo que tú nos dejas. Imagino que para una productora privada es lo más asequible en los tiempos que estamos viviendo, ¿no?
Sí, desde luego nosotros no somos los productores más ambiciosos en ese sentido.
¡Pero sí de los más activos! No hay temporada que no tengáis algo sobre algún escenario.
Siempre disfrutamos con lo que hacemos. Siempre decimos que nosotros no nos vamos de vacaciones, producimos teatro. Dinero que tenemos, dinero que intentamos invertir en lo que nos gusta. En estos tiempos es verdad que ha venido este mundo monólogos, es lo que toca. Pero estamos deseando, ya tenemos ideas, para hacer cosas con mucha gente en escena. ¡Ojalá haya posibilidades de poder ir a un teatro nacional y liarla parda!