Está claro que el verano es para los clásicos. Esto que suena a eslogan puede comprobarse echando un vistazo a la amplísima oferta de festivales teatrales que tienen lugar en estos meses. Un estupendo ejemplo de esto son las 47 ediciones que lleva el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Una cita, permítaseme el término tan sobado, imprescindible dentro del panorama teatral. Un escaparate de lo que se ha visto y se va a ver en los escenarios nacionales en cuanto al teatro en verso se refiere. Pero, sin duda, el atractivo de esta cita es que cuando uno llega a Almagro se ve envuelto de inmediato por ese ambiente festivalero, ya sea desde sus escenarios como desde sus calles o negocios, toda la población está implicada de alguna manera para lograr que sea casi una experiencia inmersiva, una forma de reivindicar “la tradición como fuente de modernidad”, y atractiva no solo para quienes somos amantes de las artes escénicas, sino para todo aquel que tenga a bien pasarse por esta localidad en el mes de julio.
CREADORAS DEL SIGLO DE ORO Y DEL XXI UNIDAS
La edición de este año, la segunda bajo la dirección de Irene Pardo, ha querido centrar su mirada en las mujeres del Siglo de Oro y del siglo XXI, destacando el acercamiento de autoras y directoras contemporáneas al teatro áureo. De esta manera encontraremos nombres como los de Leticia Dolera, quien se estrena como directora de escena con Marcela (Una canción de Cervantes), monólogo protagonizado por Celia Freijeiro y escrito por María Folguera a partir del capítulo XIV de El Quijote; la actriz Marta Poveda que presenta también su primera dirección con la aplaudida La francesa Laura; Ana Zamora y su celebrada El castillo de Lindabridis, o Inma Chacón, quien versiona La comedia de recibimiento de su paisano Bartolomé Cairasco. Las voces de Santa Teresa de Jesús, Sor Juana Inés de la Cruz, Ana Caro de Mallén, María de Zayas o Ana de San Bartolomé serán convocadas por Paula Rodríguez desde Éxtasis místico junto al músico Arthur Astier. Incluso en el apartado de homenajes sonarán nombres como el de Laila Ripoll, que recibirá el Homenaje del Festival por “su amor a los clásicos, a vivir en la trinchera del teatro”, y Lola Herrera, quien recibirá el Premios Lorenzo Luzuriaga.
ALMAGRO ENAMORADO DE CALDERÓN
El festival arrancará el día 4 de julio y ofrecerá su programación hasta el 28 del mismo mes, una edición en la que el Premio Corral de Comedias recae sobre la figura de Rafael Álvarez ‘El Brujo’. Y este año contará con una fuerte presencia ‘Calderoniana’, desde el estreno de la nueva producción del Centro Dramático Nacional, El gran teatro del mundo, bajo la dirección de Lluís Homar, la oportunidad de recuperar la flamante vencedora de la última edición de los Premios Godot, El monstruo de los jardines -Premios a Mejor Vestuario para Ikerne Giménez, Mejor Música para Luis Miguel Cobo, Mejor Dirección para Iñaki Rikarte y Mejor Espectáculo-; o la ya mencionada El castillo de Lindabridis, coproducida junto a Nao d’Amores. Pero no solo es cosa de la CNTC, también Teatro Corsario llega con El alcalde de Zalamea, quienes además contarán con una exposición conmemorativa de su 40º aniversario como compañía; o MIC Producciones que presentan su versión de La dama duende. Incluso habrá un recital a cargo de la Banda Municipal de Almagro, que lleva por título Músicas con Calderón y una exposición: Calderón, un escenario imaginado. Cuatro siglos de plástica teatral.
INVITADOS INTERNACIONALES Y RAREZAS
Por supuesto los nombres dentro de la programación serán variados, desde Shakespeare y La comedia de los errores, dirigida por Andrés Lima; Lope de Vega siendo protagonista de la ficción sonora de RNE que este año nos ofrece La dama boba; o rarezas poco o nada representadas como Los bandos de Verona de Rojas Zorrilla en versión de Eduardo Galán; o Guitón Onofre (El pícaro perdido) de Gregorio González, en versión de Pepe Viyuela y Bernardo Sánchez. Pero el teatro clásico no solo radica en los autores del Siglo de Oro, por ello también encontramos títulos como Las locuras del veraneo de Carlo Goldoni en versión de Eduardo Vasco, el estreno del nuevo montaje de Ñaque o de piojos y actores de Sanchis Sinisterra por parte de Teatro Cachivaches y Ambulantes Teatro; o Burro de Ay Teatro con textos de varios autores interpretados por Calos Hipólito.
En cuanto al apartado internacional, la edición no ha querido centrarse en un único país, de esta manera encontramos propuestas venidas desde Portugal como los siempre interesantes Companhia Do Chapitô que presentan su Julio César o S.A. Marionetas y el espectáculo de calle Lumen. Una historia de amor; Japón de donde nos llega una versión de El burlador de Sevilla por parte de la compañía Ksec Act; Uruguay y su mirada a La venganza de Tamar de Tirso de Molina a cargo de Sala Verdi; o Corea desde donde nos llega el espectáculo de calle Talchum-nori del Centro Nacional de Gugak.
Dentro del festival, por supuesto, encontramos las ya tradicionales secciones dedicadas a la mirada de creadoras y creadores jóvenes desde el certamen Almagro Off, donde este año se darán cita compañías como Producciones Kepler, Magocoma, Taquikardia o Leamôk. Y el espacio dedicado al público familiar con el Barroco Infantil en el que participan las compañías Abril Producción y La Máquina Real, Píscore, la Compañía Criolla de Buenos Aires y Kune Teatre.
Y ADEMÁS DE TEATRO…
Al principio del artículo hablábamos de que Almagro es una experiencia que trasciende lo escénico ya que, además de su programación, también podemos encontrar propuestas gastronómicas como clases con chefs especializados en la cocina del Siglo de Oro, descubrir la tradición de los bolillos, rutas de tapas, visitas a viñedos y almazaras o una feria de artesanía. Y es que este festival no solo invita a ver, sino a estar y formar parte de él, como dijo Irene Pardo en la presentación de esta edición: “En un mundo donde el tiempo corre a favor de la prisa y el olvido, el Festival de Almagro os invita a pausar, a vivir, a recordar”.