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Hablar de la muerte hablando de la vida

“Hablar del suicidio hace que la gente se sienta menos sola”

El suicidio es la principal causa de muerte en España, de hecho, los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) demuestran que el 2021 fue el año en el que más españoles decidieron quitarse la vida: 4.003 para ser más exactos. Quizás este sea el motivo por el que la compañía Les Impuxibles (las hermanas, Clara y Ariadna Peya) hayan querido juntarse con María Velasco para abordar este tema.

El resultado es Harakiri, una pieza que en palabras de su autora “pone en escena diferentes indagaciones sobre el suicidio a través de un grupo de artistas de música, danza y circo contemporáneo” (Sílvia Capell, Haley Diallo, Helena Gispert, Antònia Jaume, Kiko López, Ariadna Peya, Clara Peya y Pau Vinyals) y que puede verse en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán hasta el 18 de junio.

Para indagar sobre todo el proceso creativo, estuvimos charlando con Ariadna Peya que además de codirigir la pieza con su hermana Clara, es bailarina y coreógrafa de esta.

 

 

Fotos: Noemí Elías Bascuñana

¿Cómo llega este texto a vuestras manos y por qué decidís ponerlo en pie?

Nuestra compañía formada por mi hermana (músico) y yo (bailarina y coreógrafa) solemos tocar temas en los que necesitamos buscar a alguna autora que nos ayude a poner palabras. En esta ocasión, nosotras decidimos abordar el suicidio y hablamos con María Velasco y entre las tres decidimos cómo lo íbamos a hacer. No es que hayamos cogido un texto de María y lo hayamos levantado, los lenguajes crecen simultáneamente. Las tres hicimos asesorías, nos documentamos.

 

¿Cómo es levantar proyectos entre hermanas, se discute más o menos que con otras personas con las que no existe un vínculo familiar?

Mi hermana y yo tenemos una relación muy estrecha, nos entendemos mucho y creativamente nos sucede lo mismo. Tenemos una relación casi de gemelas. Nosotras, a nivel terapéutico trabajamos mucho el vínculo para que nuestro proyecto personal y profesional vayan de la mano y crezcan juntos. Es una relación muy intensa y, por lo tanto, tiene un poco de todo. La verdad es que nos complementamos muy bien. Hay que poner energía al vínculo, al igual que al proyecto.

 

En este elenco hay actores, artistas de circo, músicos, bailarines… ¿cómo se conformó?

Hay compañeros con los que había trabajado antes. Son artistas muy generosas y potentes, cada una desde su área. Mi hermana está tocando en directo y la verdad que ha sido un proceso creativo muy potente. A pesar de la cantidad de gente que lo conformamos, es una pieza muy coral.

 

¿Se habla suficiente de los suicidios desde las Artes Escénicas?

Desde las Artes Escénicas concretamente, no lo sé. Pero hay un tema que es como ese mito que dice que hablar del suicidio desencadena otros. Nosotras, claramente, tenemos la posición de que esto no es así. Hablar de este tema hace que las personas que estén en relación con estos, ya sea porque tienen intentos o tienen pensamientos de suicidio o tienen a alguien cerca o tienen muertes por suicidio cercanas, se sienten menos solas y, de repente, es más fácil conseguir herramientas que te hagan tomar conciencia de que no estás solo ante esta problemática porque hay mucha gente que está cerca de ti.

 

 

¿Qué otros mitos hay sobre el suicido con los que habría que terminar cuanto antes?

Muchísimos. Bueno ahora me viene la cuestión del derecho a decidir sobre mi propia vida. No sé si es un mito, pero es una pregunta para la que no tengo una respuesta, pero sí creo que es una pregunta importante. ¿Hasta qué punto puede ser una decisión racional? ¿Cuál es el límite del dolor? Creo que es un tema que es importante que se pueda hablar porque hay mucho que preguntarse.

 

Igual para vosotras es lo más normal montar espectáculos donde habitan muchas disciplinas, pero ¿qué dificultad tiene montar piezas de teatro donde haya danza, música y texto?

Todo tiene su dificultad, la cosa es sobre todo que cada disciplina tenga su espacio. Nosotras estamos todo el rato intentando que entren en diálogo y entender que eso es lo que está pidiendo la pieza en cada momento. Es verdad que es una cosa que vamos entrenando y vamos investigando sobre ello. Poco a poco va saliendo.

 

Tras vuestro estreno en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), leí alguna crítica que decía que la pieza es muy luminosa, ¿cómo se conjuga esto con la dureza del tema que se aborda?

Lo que intentamos con Harakiri es que fuera una obra muy vital. Hay muchos colores en escena y lo tratamos desde el amor a la vida. María Velasco dice en el texto que: “Hay que hablar de la muerte y del amor a la vida”. Nosotras decidimos hablar de esa ausencia de una madre desde su presencia. Es como intentar hablar de la muerte, hablando de la vida. Por lo tanto, es luminosa porque las personas somos complejas y plurales.

 

En el dossier de la pieza agradecéis a la Fundació La Plana, a la Assosiació catalana per la Prevenció del Suïcidi, Mariona Castillo, Gràcia Camps Miró, Després del Suïcidi-Associació de Supervivents y Compañía VoëlAsociaciones, entiendo que habéis acudido a ellas para asesoraros, ¿qué recepción ha tenido la pieza entre estas asociaciones?

Exactamente, sí. Nos asesoramos a través de asociaciones, con psicólogas, psiquiatras, supervivientes, también con gente que venía más de la sociología o de la topología…es decir, hemos intentado tener unas asesorías muy plurales que nos interesan para luego preguntarnos diferentes cosas. Creo que todo el mundo se puede hacer preguntas ahí. Las personas que tienen esta temática cerca se han removido mucho con este espectáculo, pero también ha sido liberador para ellos. En Barcelona también hicimos muchas funciones escolares y en los coloquios tras la función con los chavales fue muy fuerte porque aparecieron muchos niños con pensamientos suicidas o tenían amigos suyos que así se lo habían contado. Era una problemática que reconocían como muy cercana, por lo tanto, les interesaba escuchar todo lo que queríamos decir. Fue muy potente esto.

 

Estamos en la época en la que todo el mundo lanza mensajes muy a favor de la salud mental, pero en cuanto tenemos cerca alguna persona depresiva miramos para otro lado, ¿cómo se digiere esto?

Es que igual es un poco tópico pero la red es la que puede sostener eso. Si hoy no puedo estar a tu lado, igual hay otra persona que sí, por eso son muy importante los vínculos, esta cosa un poco más colectiva. No siempre podemos sostener a las personas que están mal. A veces, igual tenemos que parar un momento para mirar al otro. Es complicado.

 

La sinopsis de la pieza lanza cuestiones como: ¿Es posible que el suicidio de alguien nos haga más libres o si puede una ausencia tener una sombra luminosa?

Es exactamente eso de lo que habla la pieza. No está mal que este hijo, de repente, sienta una liberación cuando su madre se suicida porque la ha cuidado mucho. Está bien y no hay que sentir culpa por tener esa sensación. Las personas somos complejas y no pasa nada. La situación tiene muchas miradas. No somos perfectas.

 

Todas vuestras creaciones están atravesadas por la salud mental, ¿qué os ha hecho involucraros tanto con este tema?

Sí, porque creemos que una inquietud social muy importante en estos momentos y es como una apuesta de la compañía.

 

¿Creéis que tienen algún efecto social?

Por pequeño que sea, yo creo mucho en el poder del arte y muchas veces tira de una forma que no se puede explicar desde la razón pero que tú entiendes cosas desde un lugar más profundo y emocional y más de piel. De repente, puede ser muy liberador, además de muy bonito porque al final lo que estás haciendo es aportar luz a una problemática. Le estás poniendo una mirada creativa de amor.

 

Hablar de la muerte hablando de la vida en Madrid

 

Esta propuesta, ¿demuestra lo incómodo que aún resulta hablar sobre la muerte?

No sé si la propuesta lo demuestra, pero el proceso de creación me ha demostrado que cuesta mucho hablar sobre la muerte.

 

¿Cómo se lidia con la idea de que nuestro futuro vaya a ser como este presente o mucho peor?

No lo sabemos ¿no? A ver, es verdad que el futuro general sí tiene muy mal pronóstico, pero yo no sé qué me va a pasar mañana. Creo que lo que podemos hacer es incidir en nuestro presente, es la única forma de combatir esa idea. Intentar generar nuestro marco presente.

 

Tras un suicidio, los que nos quedamos casi que exigimos una explicación, ¿qué sucede para que unas creadoras como vosotras, buscando una respuesta para estas muertes, encuentra muchas y ninguna a la vez?

Respuestas muchas y ninguna total. Hacer un espacio de crecimiento y reflexión para nosotras y para todas las que hemos hecho este proceso, que nos ha acompañado durante el tiempo que lo estamos haciendo, que nos modifica y nos transforma. Creo que es un espacio para toda la gente que venga de mirar un rato este tema y preguntarse cosas a través del arte.

 

¿Cómo se soporta o se gestiona la culpa que dejan preguntas como ¿Qué pude haber hecho?, ¿qué no escuché?, ¿qué hubiera pasado si no lo hubiera dejado salir?

Creo que la culpa es un tema que tenemos encima en muchas variantes de nuestra vida. No tengo una herramienta concreta, pero en estos casos hay gente que acompaña super bien a las personas que se han quedado y que tienen que afrontar una muerte con suicidio y hay profesionales especializados para ayudarte a gestionar esa culpa. A nivel personal, la culpa forma parte de nosotros a nivel cultural.

 

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