Pasar de ser concebidos para ser representados entre los actos de un espectáculo más largo a poseer una entidad propia y ser un género teatral en sí mismos, los entremeses han sobrevivido a siglos de teatro por méritos propios. Una fuente de enseñanzas y reflexiones costumbristas proveniente del Siglo de Oro que ha servido a más de un creador para construir espectáculos de mayor duración realizando dípticos y trípticos hilvanando diferentes títulos. Tal es el caso de la cervantina Elecciones y divorcios, estrenada en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares durante la celebración del Festival Clásicos en Alcalá, que además abrió la actual temporada del Corral, y que ahora regresa nuevamente para regocijo del público que ya agotó localidades en sus dos anteriores incursiones.
“El Teatro de La Abadía posee una larga tradición cervantina, en especial de trabajo con los entremeses -Nos explica Abel González Melo, creador del espectáculo-. Para celebrar nuestros treinta años, y los veinte al frente de la gestión del Corral de Comedias de Alcalá de Henares, que se cumplen en esta temporada, hemos decidido agavillar los dos entremeses que, entre los que vieron la luz en la edición príncipe de 1615, aún no habían sido producidos por la casa”.
UN DÍPTICO CON ALMA METATEATRAL
Esos dos entremeses a los que hace referencia Abel son La elección de los alcaldes de Daganzo y El juez de los divorcios, dos piezas escritas por Cervantes que “contrastan en su estilo lingüístico”, una es en verso y la otra en presa, y que, sin embargo, para su creador “forman un buen tándem” porque “dibujan un amplio y rico mosaico de personajes y situaciones que invitan a un prodigioso juego actoral”, que gira en torno a la justicia y el amor.
“En el primero, un grupo de magistrados debe decidir quién será el nuevo alcalde del pueblo, cargo al que aspiran cuatro labradores con méritos muy singulares -Nos cuenta su director-. En el segundo, varias parejas, hartas de sus desacuerdos conyugales, acuden ante el juez para exponer sus cuitas e intentar que se les conceda el divorcio. En nuestra versión, ambas piezas aparecen hiladas por un breve intermedio a partir de fragmentos de la comedia cervantina Pedro de Urdemalas, donde se habla del oficio del teatro y de las condiciones que ha de poseer un ‘farsante’, y con ello reforzamos el carácter metateatral del espectáculo”.
SOBREVIVIR POR MÉRITOS PROPIOS
Para Abel, el éxito y supervivencia de los entremeses a lo largo de los siglos radica en “la fina mezcla de ironía y ternura que lo caracteriza” y en el “modo en que lo profano y lo carnavalesco irrumpen con asombrosa vitalidad, con una libertad inusitada, y consiguen ofrecer una óptica imprevista de los temas más serios”, un tono que, para el director de Elecciones y divorcios, además, fomenta el acercamiento al teatro clásico por parte del público contemporáneo ya que nos muestra “cómo un pequeño suceso propicia toda una secuencia teatral de la que emergen, entre risas y refranes, las grandes contradicciones del ser humano, tan caras al Barroco como a las personas de hoy en día. Los entremeses son cápsulas llenas de sabiduría y humor que piden a gritos ser encarnadas, porque seguramente no hay un mejor lugar que el teatro para exponer en comunidad la fragilidad y la fuerza que nos componen”.
COMEDIA DEL ARTE CERVANTINA
No es la primera vez que Abel González Melo utiliza esta fórmula de unir entremeses para crear un espectáculo, ya comprobaron que la mezcla de música en directo, máscara y aire festivo funcionaba con Enmudecer con hablar, que pudo verse la temporada pasada en el mismo escenario; un espectáculo, igual que sucede ahora con Elecciones y divorcios, donde se ha buscado que el teatro cervantino juegue con los personajes y códigos de la Commedia dell’Arte, un desafío donde poner “a dialogar dos lenguajes distintos” que Abel nos confiesa “ha sido una aventura fascinante, llena de especulación y deleite, para todo el equipo y en particular para el elenco: Dayana Contreras, Antonio Dueñas, Daniel Migueláñez, Rey Montesinos y Montse Simón”.
“En términos escenográficos -continúa explicando el director-, Javier Chavarría ha trabajado sobre maderas, formas y texturas que, iluminadas por César Linares, dialogan con la arquitectura misma del Corral, y en cuanto al vestuario, ha propuesto una estilización de patrones y pinturas de la época donde priman las gamas de azules y violetas. La música de Antonio Dueñas, quien tañe la mandolina en directo, recrea melodías populares del Siglo de Oro para acompañar los versos cervantinos y los de nueva autoría”.
Elecciones y divorcios guarda un regalo para sus espectadores y espectadoras en forma de visita guiada por el Corral de Comedias previa a las representaciones que “permite a los visitantes adentrarse en sus secretos y en las claves del Siglo de Oro, en el entorno inigualable de esa ciudad mágica que es Alcalá de Henares, Patrimonio de la Humanidad”.