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Un encuentro alrededor de una guitarra y dos cuerpos

“Ha sido asombroso ver cómo nuestros cuerpos se comunicaban”

Por sí solos, Olga Pericet y Daniel Abreu representan lo más destacado de la danza nacional. Juntos, convierten el acto escénico en todo un acontecimiento. Así resulta en La Materia II. De la leona a la Invencible, que es la segunda parte de una trilogía que Pericet inició el año pasado y que podrá verse en Teatros del Canal del 12 al 14 de enero. De un lado, su flamenco; del otro, la danza contemporánea de Abreu. En común, una confianza y entrega que confiesan haberles llevado a lugares ni siquiera imaginados. “Ha habido mucho respeto y libertad hacia ambos lenguajes”, declaran ambos creadores.

 

Fotos: Paco Villalta.

 

Inició hace un año la bailarina, bailaora y coreógrafa Olga Pericet (Córdoba, 1975) un homenaje al primer prototipo de la guitarra española creada por el almeriense Antonio de Torres en 1852 y bautizada como ‘La Leona’. Y del mismo modo llamó al espectáculo que dio comienzo a lo que será una trilogía. Estrenado en la Bienal de Flamenco de Sevilla en septiembre de 2022, en La Leona la creadora se enfrentaba sola al baile, acompañada de cuatro músicos y un cantaor, en la senda de investigación flamenca que trabaja desde lo corporal desde hace décadas y que ahora continúa frente a otro cuerpo y a otro lenguaje, el de Daniel Abreu (La Matanza de Acentejo, Tenerife, 1976), con la segunda parte de este tríptico, que se verá en los Teatros del Canal.

La conversación sobre el nuevo espectáculo se desarrolla por zoom a mediados del mes de diciembre. Daniel Abreu desde un tren camino de Alicante; Olga Pericet recién llegada de viaje y preparando el próximo. Un momento espacio temporal que representa el día a día de estos dos grandes nombres de la danza, ambos Premios Nacionales (Pericet en la modalidad de interpretación en 2018 y Abreu en la modalidad de creación en 2014) y de reconocimiento más que notorio.

Con dirección, creación, coreografía y baile de ambos artistas, La Materia. De la leona a la Invencible se estrenó el pasado mes de octubre en el festival Temporada Alta.

“Seguramente tendrá que evolucionar, pero el hilo por el que viaja la obra está hecho y me resulta muy cómodo a pesar de que hay cosas que a mí me provocan cierta dificultad”, comenta Abreu.

 

¿Cuáles son?

Daniel Abreu: El hecho de estar dentro de un lenguaje ajeno al mío. El flamenco es una caja de música y todo responde a una rítmica. Era difícil entrar en ese canon, mi universo va por otro sitio, uso espacios sonoros más que espacios musicales. Y no quería entrar como director de escena a romper algo muy marcado. Para mí el flamenco por sí solo o lenguajes más codificados tienen fuerza y tienen que contar desde donde están.

 

Supongo que la escucha y la confianza habrán sido fundamentales.

Olga Pericet: Ha habido mucha comunicación y todo ha fluido de manera muy natural, sin conflicto. Yo me he dejado en brazos y manos de Daniel porque él me puso unos materiales con los que me ha dado oro. Pienso que en este espectáculo se ha llegado de alguna manera al hueso del flamenco, porque se ve ese flamenco más desnudo, esa construcción de esa primera guitarra y esos primeros sonidos. Se materializa en una forma muy sólida como un flamenco con una perspectiva nueva. Me molestaría que se dijera que se trata de un flamenco moderno, o un flamenco contemporáneo, porque realmente creo que hemos articulado algo nuevo, sin salirme del discurso flamenco.

Daniel Abreu: Ha sido mantener el equilibrio entre trabajar algo diferente y no romper nada. Con mucho respeto hacia ambos lenguajes. Su mirada hacia mis propuestas y al revés. Algo así como tirar de un elástico sin llegar a romperlo. Respetando la base flamenca porque la propuesta llegó de Olga. Y su versatilidad también ha permitido que no haya ninguna ruptura en el movimiento corporal.

 

Un encuentro alrededor de una guitarra y dos cuerpos en Madrid

 

¿Por qué ha querido colaborar con Daniel Abreu?

Olga Pericet: Admiro mucho su trabajo, y por ejemplo, La Desnudez (obra de Daniel Abreu que interpreta junto a la bailarina Dácil González) me tocó muchísimo. Le veo una identidad muy grande y clara. Inteligente, personal, que no se sube a ninguna corriente. Su lenguaje es honesto, sincero y me entusiasma la sencillez, la humildad y la contemplación que se refleja de sus trabajos, al mismo tiempo que todo su movimiento corporal. Para este segundo de la trilogía, yo quería un trabajo más intimista. Le escribí un email, después quedamos y me sentí como en casa. Nos tiramos un tiempo trabajando y me di cuenta de que yo, además, quería bailar con Daniel. Quería oler su cuerpo. Que descubriera la danza flamenca conmigo y ver qué pasaba. Sinceramente, está siendo uno de los encuentros más especiales de mi carrera.

 

¿Y a qué huele Daniel Abreu?

Olga Pericet: A sinceridad, honestidad y sabiduría.

Daniel Abreu: Algunos días a camiseta muy usada.

(Las risas y la complicidad entre los dos intérpretes atraviesa la entrevista con la misma naturalidad con la que se relacionan en escena).

Daniel Abreu: Trabajar con Olga está siendo muy fácil. Fíjate que nunca he creído en las codirecciones o colaboraciones y en este sentido ella me ha hecho un regalo: saber que sí se puede. Nuestro primer encuentro fue en una cafetería y las dos o tres horas que pasamos hablando se fueron súper rápido. Yo admiro su trabajo como intérprete y creadora y además he comprobado que estamos en galaxias de creación cercanas. En el estudio se ha dado una admiración hacia su capacidad de construir danza todo el rato. Desde el flamenco, pero también desde códigos más libres. Y ha sido un regalo ese nivel de comunicación. El poder compartir con alguien un lenguaje de creación y de danza, de dar vida a las cosas desde el cuerpo.

 

¿Cómo ha sido el trabajo con los materiales? ¿Dejabais lugar para la improvisación o preferíais llevar material pensado?

Olga Pericet: Ha habido mucha improvisación para comprobar cómo fluíamos juntos. Y ha sido asombroso ver cómo nuestros cuerpos se comunicaban desde un primer momento. Había algo invisible.

 

Un encuentro alrededor de una guitarra y dos cuerpos en Madrid

 

¿A qué creen que se ha debido esa comunicación?

Olga Pericet: Es como cuando te enamoras y no sabes por qué.

Daniel Abreu: Sí. Es el respeto de admirar a la otra persona y un amor que se materializaba bailando.

Olga Pericet: Ha habido mucha escucha por parte de los dos. En mi caso le dije: “aquí me tienes, seré lo que tú quieras que sea”. Me he dejado dirigir, me he dejado llevar, porque se trataba de confiar sin ningún prejuicio. Y ha sido un creador y un director que me ha llevado a lugares a los que siempre he querido ir y en los que me veo más Olga que nunca. Me ha colocado en un sitio en el que he visto otras formas de mí, descubriendo matices nuevos que encajan conmigo. Un regalo.

Un bajo eléctrico, guitarra, percusión y los dos intérpretes, “sin cante, porque de momento solo quiero que esté el rugido de la leona”, aclara Pericet, componen este trabajo de descubrimiento y encuentro alrededor de la evolución de un instrumento, la guitarra, “que empezó siendo fea y acabó como emperatriz”, y el de dos cuerpos que bailan el desafío, la superación y la constancia.

 

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