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Tragicomedias y dilemas, el doblete de Mireia Gabilondo

«Reírme en medio del drama me sienta muy bien»

Una doble dirección, y una dramaturgia propia, nos vuelve a dar la oportunidad de disfrutar del trabajo de Mireia Gabilondo, creadora que gusta de manejarse entre el drama y la comedia para invitarnos a reflexionar sobre las relaciones humanas y los conflictos morales poniendo al público la sonrisa en la boca, la misma con la que ella cuenta las cosas.

Conversamos con ella sobre Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad? que se estrena en el Centro Dramático Nacional, del 18 de octubre al 24 de noviembre y El dilema del corcho, que podremos ver en el Teatro de La Abadía del 24 de octubre al 10 de noviembre.

Títulos como Sexpiertos, Del color de la leche, Lucha y metamorfosis de una mujer o el próximo estreno en el Centro Dramático Nacional, Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad?, dan cuenta de la buena salud de la que goza Tanttaka Teatroa, compañía que lleva guerreando por los escenarios desde 1983.

Entre sus filas encontramos a Mireia Gabilondo, creadora protagonista de este encuentro con motivo de un doble estreno como directora en la cartelera madrileña de octubre, la ya mencionada obra que llegará al CDN y la versión en castellano de El dilema del corcho que llegará al Teatro de La Abadía. Un inusual acontecimiento para las compañías de otras provincias y que Mireia nos explica: “Llevamos un montón de años trabajando y muchas veces pasa que tienes espectáculos que no llegan por Madrid, no se ven, y es como que no los hubieras hecho. Que de repente coincida, como esta vez, que hay unos cuantos que se ha decidido que pasaran por Madrid, pues la verdad es que nos pone muy contentos. Entonces, bueno, pues llevamos un año muy florido, ¡qué quieres que te diga!”, admite entre risas esta actriz, directora y dramaturga que arrancó su andadura en las Artes Escénicas conjugando todas estas facetas para comprender mejor cómo desempeñar las otras. “Siempre he ido picoteando de sitios diferentes y creo que eso es lo que me ha hecho ser un poco quien soy. Como casi siempre son producciones nuestras, tengo esa valentía de poder lanzarme a una piscina o a otra, según me apetezca o lo entienda”.

Tragicomedias y dilemas, el doblete de Mireia Gabilondo en Madrid
Telmo Irureta y Karmele Aranburu en una escena de Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad?.

En este caso podremos disfrutar de su labor como directora y, en el caso del espectáculo que va a la Sala de la Princesa en el María Guerrero, como dramaturga, un claro ejemplo de cuál podría ser el sello de esta creadora: Encontrar la comedia en situaciones dramáticas. “Es donde me siento cómoda, más yo. Me gusta hablar de lo trágico desde este punto cómico, reírme en medio de ese drama a mí me sienta muy bien. O sea, cuando me caen unas lágrimas y tengo el corazón como totalmente encogido, que las siguientes cuatro frases me liberen y me descojone de la tristeza que estoy sintiendo, es algo que a mí me sienta muy bien. Es desde donde trabajo, es desde donde me gusta afrontar los temas”. Un tema que sobrevolará durante toda nuestra conversación.

 

Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad?

“¡Es horrible!”, dice entre risas sobre la longitud y complejidad del título. “Empecé como vacilando con eso, ¿y sabes qué pasa?, que finalmente se ha quedado”, y vuelve a soltar una carcajada rememorando el momento de bautizar esta historia. “Fue por una tontería de vacilar con un título largo porque sabes que, de repente, están de moda los títulos largos. Estuve pensando en cambiarlo hasta el último momento, pero son esas cosas como que tienen vida propia y ha decidido quedarse por sí mismo. Al final ha sido así y hay que aceptarlo. Todo el mundo le llamaremos ‘Las flores’ o ‘Las flores de plástico’ o no sé cómo será…”. Se encoge de hombros divertida. “He puesto entre paréntesis en el texto que es ‘Una comedia trágica de enredos y mentiras’, porque creo que hace entender el tono desde donde quiero afrontar esta función”.

 

Tragicomedias y dilemas, el doblete de Mireia Gabilondo en Madrid

 

Una historia que nos habla de cuatro personajes en busca del amor, de la libertad, de descubrir que es eso de “ser uno mismo”, pero que se encuentran impedidos por diferentes formas de parálisis. “Me apetecía hablar de las diferentes discapacidades que tenemos las personas para ser quienes somos. Y porque quería seguir trabajando con Telmo Irureta, con quien he hecho ya un par de espectáculos. Me gusta trabajar con él. Como sabes, es un actor con parálisis cerebral, entonces en su personaje tenía que estar esto presente, pero me apetecía que no fuera como lo más importante de su personaje”. Telmo interpreta a José Manuel, un reconocido psicoterapeuta, que tiene una relación con una Inteligencia Artificial porque “está cansado de lo humano y ya no cree en las relaciones humanas” y que hace su supervisión como terapeuta a Martina, compañera de profesión que interpreta Karmele Aranburu, “una mujer que ya no puede más con la vida, a pesar de ser también una psiquiatra reconocida, y que parece que está por encima del bien y del mal, pero que su mayor dolor es no poder tener una relación sana con su hija -a la que dan vida, depende del día, Aitziber Garmendia y Candela Solé-. De repente tiene una hecatombe y se ve obligada a tomar una decisión muy drástica”. Y hasta aquí podemos contar sobre la trama para no destripar el enredo de esta comedia que nos habla de las relaciones, el aprendizaje, la salud mental, los cuidados, “quería escribir sobre cómo ayudar y cómo todos estamos necesitados en un momento dado, de que nos ayude alguien” y las dobles personalidades “No me apetecía hablar de traumas infantiles, ni de abusos, pero sí quería tratar el tema desde una licencia poética, como metáfora, porque creo que dentro de nosotros tenemos diferentes personalidades o diferentes almas, que podemos ser de diferente manera”.

Una historia sobre “personajes tristes -como los define su creadora-, que están viviendo algo muy complicado en este momento de sus vidas… Pero con un final feliz, porque es una comedia”. Como decíamos más arriba, Mireia es partidaria de reírse de las situaciones más dramáticas, pero para poder hacerlo nos aclara que lo primero, y más importante, es reírse de uno mismo.  “Creo que para hacerlo no hay nada mejor que coger un mal momento e intentar reírte desde ese sitio, algo que hacemos mucho con Telmo. ¡Nos encanta hacer ese humor más negro! Siendo una persona que vive la vida en una situación tan al límite, desde ahí, es alguien tan feliz, se descojona tanto, que a mí me encanta estar con él. Me divierte mucho reírme con Telmo de las cosas duras de la vida. De hecho, Telmo y yo, vamos a hacer un pequeño laboratorio, a finales de noviembre en el CDN, de dramaturgia y dirección, y el planteamiento es cómo aprender a reírse del dolor de uno mismo. Lo hemos planteado desde ahí porque creo que está bien invitar a la gente a indagar en los dolores personales llevándolo un poco a la comedia”.

 

Tragicomedias y dilemas, el doblete de Mireia Gabilondo en Madrid
Escena de El dilema del corcho, con Ramón Barea y Patxo Telleria en la imagen. Foto de Pío Ortiz de Pineda.

 

El dilema del corcho

Una semana después dará el salto al Teatro de La Abadía para presentarnos este texto firmado por Patxo Telleria, una producción de Tartean Teatroa, compañía amiga, “nos conocemos desde hace mucho tiempo. Hay mucha cercanía, bien de amistad y de encuentro en el Arte, digamos que tenemos la misma manera de ver, y de sentir, las cosas”. Un proyecto que ya vio la luz hace un año y medio en su versión en euskera y que ahora podremos ver en castellano con un cambio en su elenco; además del propio Patxo sobre el escenario, encontramos a Ramón Barea sustituyendo a Mikel Martínez.

La historia parte del conflicto que generó que alguien como Amancio Ortega, no se le hace mención dentro del espectáculo, donara a la Sanidad Pública una máquina de última tecnología, un gesto que suscitó un acalorado debate: ¿Era un acto solidario sin más o esa donación venía con unos intereses maquillados de filantropía desinteresada? Una cuestión que sirve de disparador para este espectáculo. “Me gustaba la seriedad de ese tema, pero con trampas para el espectador, porque aquí nada es lo que parece ser”, explica su directora sobre la propuesta.

Un profesor de universidad ya mayor, jubilado, enfermo de un cáncer terminal se encuentra con el dilema de su vida que es aceptar el tratamiento de una máquina de última generación, “con una radioterapia que le puede curar”, que ha sido donada por un magnate que la ha cedido a Sanidad como por no pagar sus impuestos; algo con lo que el profesor no está de acuerdo. “Y se encuentra ante ese dilema moral y ético en su vida, ¿quiero seguir viviendo, aunque esté actuando en contra de sus principios, o se mantiene firme a su ética y pasa de hacer el tratamiento?”. La función, contada en tiempo real, arranca en el preciso momento en el que va a hacer una entrevista en directo donde va a contar cuál es su decisión. Pero recibe la inesperada visita de un antiguo alumno que hará que todo de un giro totalmente inesperado, ya que ese antiguo alumno no es quien parece ser, y como nos cuenta Mireia, “una visita que lleva una doble trampa en sí misma. De esta manera hacemos tres actos como con si fueran tres colores diferentes -continúa explicando su directora-, no solo de interpretación, sino también de tono en cuanto a espectáculo, porque empieza siendo una comedia, pasa por algo un poco más político y termina siendo un thriller”.

 

 

El dilema del corcho es espectáculo con un envoltorio dialécticamente trepidante que, dentro del divertimento que supone descubrir los diferentes giros en su trama, “invita a realizar un ejercicio de autocrítica abordando nuestras contradicciones” y despertando una reflexión sobre dónde queda nuestra coherencia cuando aplicamos nuestros ideales en cuestiones que atañen a nuestras circunstancias más cercanas y personales. Como dice su directora: “En la vida muchas veces nos pasa como decía Groucho Marx: ‘Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros’ y aquí Patxo lo ha servido a través de un dilema moral, ético y político que pasará por sitios con los que el público se sorprenderá”.

 

Toda la cartelera de obras de teatro de Madrid aquí

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