La comedia no está reñida con el debate y la reflexión, ni el teatro con las nuevas tecnologías, y Golfa llega para demostrarlo. José Padilla nos presenta un espectáculo en el que se anima a hablar abiertamente sobre la sexualidad en el ámbito familiar. Un nuevo paso en el empeño del dramaturgo y director por dar voz propia a las necesidades de nuestra juventud que regresa al Teatro Quique San Francisco del 25 de noviembre al 5 de diciembre.
Sexo, acoso y debates en streaming
«Creo que el teatro, y más en estos días, es uno de los pocos sitios donde la reflexión todavía se permite y se favorece» dice José Padilla cuando se le pregunta sobre la importancia de que los jóvenes acudan a los teatros, «necesitamos que se puedan ver reflejados en el escenario. Que salgan con más dudas de las que entraron y luego ellos, como ciudadanos y ciudadanas, le den vueltas y se sitúen en el sitio que quieren ocupar en la sociedad».
Esa es la idea de este dramaturgo y director que, de un tiempo a esta parte, ha reservado un gran espacio de su carrera a dar voz a los jóvenes, abordando diferentes temas de su cotidianidad sin pelos en la lengua: El bullying (Papel), los problemas alimenticios (Por la boca), las consecuencias de las redes sociales (Haz clic aquí) o la identidad de género (Dados), asuntos que normalmente, si se tocan, no se hace desde su punto de vista, «la condescendencia es un pecado que hemos cometido los profesionales del teatro muchísimas veces, que te traten como estúpido no es agradable», nos comenta.
La educación sexual a debate en el ámbito familiar
Ahora regresa al Teatro Quique San Francisco Golfa, una propuesta que supone una nueva vuelta de tuerca, casi una evolución natural dentro del teatro al que Padilla está dedicándole sus esfuerzos. En esta ocasión, el foco se ha querido poner en el entorno familiar para hablar sobre la educación sexual. «Normalmente los espectáculos familiares evaden este tipo de temas y creemos que, en el amplio espectro de la familia, desde 12 años hasta los 90, son los temas que se tienen que tratar porque son los que juegan a nivel social», dice Padilla sobre este proyecto puesto en marcha junto a Alicia Álvarez de Primera Toma y Carlos Carbonell de Cremilo que lo coproducen. «Estamos comprobando, de un tiempo a esta parte, que la falta de educación en el ámbito sexual está generando una serie de monstruosidades sociales, y la forma más directa para erradicarlo es contribuyendo a la educación en estos temas».
La historia habla del caso de acoso al que se ve sometida una adolescente cuando lo deja con su novio, la madre del chico acude al instituto donde estudian ambos y la insulta llamándola «Golfa». Días después, en la pared del centro, aparece una pintada con la misma palabra. Este solo es el inicio de una oleada de acosos que acaban con el muchacho expulsado. La jueza encargada del caso decide enviar a los tres, a los dos jóvenes y a la madre, a una sesión con un reputado sexólogo. La particularidad de la sesión es que será retransmitida en ‘streaming’ para todo aquel que, tras registrarse, quiera presenciarla, con la esperanza de que un caso particular sirva para abrir los ojos al mayor número de personas posible.
Cuando el teatro se convierte en un streaming presencial
“Es una invitación a repensar lo que hasta hoy ha sido considerado normal –¡maldita palabra!-, en el argumento aludimos a un hecho en el que nos coloca en una sesión de streaming para que el público vea cómo se puede debatir a partir de los sexual un hecho social, en este caso la persecución e insultos a una muchacha por redes», prodigue José Padilla. «Siempre son temas que se evaden, se tienden a relacionar con lo escabroso, y lo que hay que hacer es poner foco en ellos, hay que iluminar, esa área de debate para que toda la familia puedan hablar y sacar a debate. Son temas que se han considerado siempre tremendamente incómodos y quizá es el momento de cambiar ese sesgo».
Si en estos tiempos de pandemia el apoyo para continuar conectados al teatro eran las conexiones en ‘streaming’, ahora es el propio teatro el que juega a convertirse en un ‘streaming’ presencial. «Golfa tiene un gran componente transmedia para comunicarse con el público», una particularidad del espectáculo que su director destaca. «Utilizamos distintas formas de comunicación que a lo mejor no son consideradas teatrales, pero bueno, cada vez más y más, con los tiempos que nos ha tocado vivir, que nos ha obligado a distanciarnos socialmente, se están usando».
«Cuando entras en la sala de teatro te damos la bienvenida a una sesión que nos va a dar a conocer a una serie de personajes con unas vivencias muy concretas», siendo el propio público el que va a asistir a esta particular sesión de sexología por ‘streaming’ en el que el debate está servido. «Hay que erradicar el tabú de hablar de sexo en el ámbito familiar y Golfa es una contribución modesta a eso», concluye Padilla.
