Esta obra se sumerge en el universo de Friedrich Nietzsche y muestra cómo el punto de partida del filósofo alemán es lo corporal y lo fisiológico: sus enfermedades, dolencias, recuperaciones de energía. Desde esta perspectiva desarrolla una capacidad única para aceptar plenamente la existencia tal y como se presenta. Sin esperanzas ultramundanas ni paraísos prometidos. Promueve un ‘Amor Fati’ (un amor al destino) que se traduce por su doctrina disruptiva del Eterno Retorno de las cosas, que encarnará su figura de Zaratustra.