El escenario del Teatro de la Abadía retrocede casi un siglo para convertirse en la pequeña escuela de Bañuelos de Bureba, en Burgos, de 1934 a 1936. Entre las mesas del aula, el joven maestro catalán Antoni Benaiges revive a través de las voces y manos de Sergi Torrecilla y Xavier Bobés para construir de nuevo, niño a niño, texto a texto, el recuerdo.
Bajo la dirección del propio Bobés y de Alberto Conejero, El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca se presenta como una experiencia poética que atiende el deber de la memoria. Tras cinco años de investigación, trabajo en equipo y talleres, el resultado resonará en la Abadía hasta el próximo 26 de febrero.
La obra recoge el testigo de una historia real. Antoni Benaiges, maestro, llegó a Bañuelos de Bureba en 1934 para llenar la clase con palabras y con música. Con una rudimentaria imprenta y un gramófono, Benaiges animó a los niños y niñas a publicar sus emociones, sueños y pensamientos. En enero de 1936 imprimen un cuadernillo con el mismo nombre que define al teatro. Su subtítulo, ‘Visión de unos niños que no lo han visto nunca’, es el motor que impulsa una promesa: llevarlos a ver el mar ese mismo verano.
A partir de este texto, de los documentos del propio Benaiges, las reflexiones de Marina Garcés y su visión para completar aquellos pensamientos del maestro “que la historia no ha salvado”, Alberto Conejero obra como un rapsoda clásico -aquel que cose cantos- y permite “que materiales dispersos en el tiempo se reconozcan”.
LA ESENCIA DE LOS OBJETOS
Las mesas del aula, como las que componen la escenografía, se armaron con ruedas para moverse por el espacio. Los objetos, que en su momento eran “completamente pobres y cercanos”, se muestran tras el telón con la misma esencia. Para su composición han conjugado las reconstrucciones artísticas con un trabajo casi arqueológico con el que recuperar objetos de los años treinta como forma de “avivar el documento para convertirlo en presente y presencia”, detalla Xavier Bobés.
Esta obra es, a su vez, una carta de agradecimiento. Benaiges afirmó que la enseñanza no es un asunto solo de la comunidad educativa sino de toda la ciudadanía y a partir de esta idea el intérprete Sergi Torrecilla construye su presencia en escena, buscando, en palabras suyas, “aprender a vivir esa experiencia de escuela que da la oportunidad de ser”.
La función habla de personas en pleno proceso de aprendizaje y los maestros, según Alberto Conejero, son los encargados de traer el pasado al presente mientras generan, al mismo tiempo, futuro. “El teatro, como en la escuela, es un lugar donde se enlazan los tiempos”, añade.
Siguiendo esta filosofía, el espectáculo abre sus puertas a los colegios en sesiones matinales para poder ofrecer a los jóvenes la posibilidad de “comprender lo que el tiempo ha modificado y cuánto del pasado sigue en su realidad”, concluye Conejero.
El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca se estrena en el inicio de la segunda temporada de la programación del Teatro de la Abadía, y con la historia de aquel maestro que creía en los niños, trae de vuelta el teatro de objetos a sus butacas.
