El pasado mes de abril se inauguró un nuevo espacio de formación en el barrio de Retiro: Verónica Mey Estudio. La dirección del centro corre a cargo de Verónica Mey que se formó como actriz pero que su bagaje profesional le ha permitido acercarse a los distintos oficios de las artes escénicas y audiovisuales. Actriz, dramaturga, directora, productora y todo lo que le echen encima, nos cuenta a lo largo de toda esta entrevista que la máxima de este espacio es enseñar a sus alumnos a que no se conformen con lo que les venga sino ayudarles a tomar las riendas de su vida profesional y trazar una estrategia para lograrlo.
Por Ka Penichet/@KaPenichet
¿Qué es lo que más te ha aportado la apertura del estudio?
El estudio nos ha dado mucha vida porque nos ha puesto en contacto con un montón de seres humanos. Tanto profesoras y profesores de los que aprendes muchísimo, como de alumnos de los que también aprendes y ves enseguida quién tiene ganas, quién se va a comer el mundo…
Me parece más bonita la vida así, porque cuando he tenido etapas más introspectivas yo misma me sentía como carente de algo. Y no es que me quiera poner ‘darwiniana’ pero al fin y al cabo, los seres humanos son seres sociales. Y el ser humano tiene sentido en un contexto social. Y una de las cosas de las que adolece nuestra civilización actual es que tenemos contacto con muy pocos seres humanos y el poco que disponemos es muy precario. No da tiempo a profundizar en la relaciones. Y este espacio me permite hacer eso.
¿Cómo está concebido el espacio?
Es un espacio que está concebido como algo muy familiar. Nunca se concibió como algo ‘mainstream’. Aquí tienes alumnos que repiten, tienes profesores que se convierten en amigos, tienes amigos a los que conviertes en profesores como es el caso de Jota Linares. Yo quiero tener contacto con los alumnos, quiero que acaben contentos y cuando lo hagan piensen que han aprendido mucho y que se les ha tratado bien, que no son solamente un pagador. Que sientan que hay gente que se está preocupando porque su experiencia sea buena. Eso para mi es muy importante.
¿Cuando tu emprendiste tu carrera como actriz alguna vez imaginaste que acabarías gestionando un espacio así?
Esto es un poco paradójico, en realidad, de alguna forma huía de la enseñanza. Soy licenciada en Historia del Arte, y una de las salidas es ser profesora. Además, mis padres me animaban mucho a ello. En un arranque de rebeldía adolescente les decía que no quería un trabajo estable y que quería asumir riesgos en mi vida. Mi respuesta no dejaba de ser una reacción lógica de una persona muy joven de 18-20 años. Ahora que ya tengo 40, el círculo se vuelve a cerrar y de repente nadie tiene que empujarme a enseñar sino que a mí me sale solo. Nunca pensé que fuera a disfrutar tanto de la enseñanza. Quizás por la imagen que yo tenía de mis profesores de carrera que me parecían meros contenedores del conocimiento pero en las artes escénicas no tiene nada que ver porque estos tienen una implicación real con el alumno. Aquí el trato al ser tan cercano, compartes experiencias personales, entonces les estás dando algo de ti. Para mí sería una recompensa si de alguna forma he conseguido aportar un granito de arena en la trayectoria profesional de mis alumnos.
¿Qué ocurrió entonces cuando finalizaste la carrera?
Después me formé en Artes Escénicas como actriz. He estado trabajando como actriz durante 14 años, mayoritariamente en Madrid. Ha sido una etapa feliz y también me ha permitido entender la problemática del actor hoy en día, lo que se le pide a un actor para trabajar hoy. Recuerdo que cuando yo empecé, trabajábamos con VHS. Hoy en día tienes un link de Vimeo. De alguna forma, la democratización que ha posibilitado la tecnología ha logrado que un actor se pueda editar un videobook. Eso nos lleva siempre al mismo punto. El actor tiene que convertirse en su propio gestor y en el administrador de su carrera.
Con el tiempo montaste Good Plays producciones, parece que nunca dejas de añadir pluses a tu carrera…
Es el concepto que yo siempre he defendido: El artista total.
El artista 360º, como Paquita Salas…
360º, totalmente. ¡Viva Paquita! La gente que me pregunta que a qué me dedico yo siempre le contesto que yo soy una mujer de teatro porque hoy estoy escribiendo, mañana estoy dirigiendo y pasado estoy produciendo. Con todo aprendo y disfruto. Creo que el artista que se dedica a artes escénicas tiene que tener esa plasticidad porque a lo mejor tienes la suerte de trabajar como actriz a lo largo de toda tu vida, ojalá, pero si eso no ocurre habrá otras áreas del espectro que te puedan hacer muy feliz.
¿Qué te impulsó a montar este espacio?
Cuando monté la compañía empecé a montar mis propios textos. Entonces me di cuenta que a la hora de buscar actores, me encontraba con carencias. La mayoría provienen de una transición entre la formación integral y la práctica. Los actores tienen un gran desconocimiento de la profesión. Se forman mucho pero no saben cómo convertir su arte en un negocio y me pareció que hacía falta un lugar donde el artista vaya y tenga un puente hacia el mundo laboral, con sentido. La gente recibe propuestas y van haciendo lo que pueden. Mi mentalidad no es esa, yo no funciono con lo que hay. Si no hay, lo voy a crear. Eso implica que hay veces que hay que decir que no.
El espacio está muy cerca del Retiro, ¿cómo decidiste la ubicación?
Nos pareció que era un barrio que estaba muy cerca del centro de Madrid, que tenía buenas conexiones de transporte para todas las personas que se quisieran acercar y porque el propio barrio en si estaba viviendo una especie de relevo generacional. Creíamos que era importante que pudieran convivir personas ancianas con chavales de 20 años que están en su plenitud. A mi siempre me ha gustado mucho la mezcla generacional. Tiene un aporte vital.
¿Qué filosofía define al espacio?
Tocando todas las áreas de negocio me di cuenta de que hay un grandísimo retraso del feminismo en España. Aunque aparentemente no se percibe, sí que hay techos de cristal. Yo pertenezco a la asociación Clásicas y Modernas y gracias a ellas he tenido acceso a estadísticas. Eso es una realidad. Después de esta toma de conciencia, yo no podía zafarme de esto. Mi forma humilde contribuir a este cambio, es creando un espacio donde se programe el mismo número de profesores que de profesoras para que las mujeres tengan la misma oportunidad de mostrar su talento que los hombres.
Sin menospreciar a otras escuelas, ¿qué valor añadido tiene tu espacio frente a la competencia?
Nosotros no nos ocupamos de la formación integral. Es un espacio muy direccionado. Somos un espacio de creación, además de los talleres que ofrecemos regularmente también hacemos asesoría de proyectos, asesoría personal a nivel de carrera, tenemos una bolsas de trabajo y ponemos en contacto a profesionales. Prestamos servicios a productoras, tanto audiovisuales como teatrales, que nos solicitan servicios de casting. Estamos directamente enfocados hacia al mundo laboral.
Estamos sorprendidísimos con la capacidad de talento joven como maduro que hay en este país. Vemos profesionales absolutamente maravillosas. Es muy bonito formar a alguien que intuyes que va a llegar muy lejos.
¿Te animas a darnos algún nombre?
Sin hacer agravio comparativo con nuestros alumnos porque creo que todos tienen algo, hay personas que me han llamado mucho la atención. Por citar a algún actor joven, mencionaría a Álvaro Larrán, que creo que tiene un talento inmenso y que va a ser una de las grandes estrellas de los próximos años y, por ejemplo, también me gustaría destacar a un actor más maduro que también es maravilloso, Patu Fernández. Y como actrices la verdad que hay también una cantera excepcional, pero me gustaría mucho destacar a Alba Encabo como joven promesa y a Pilar Pintre como una actriz más madura a la que le auguro una gran proyección.
¿Qué talleres vas a programar los próximos meses?
Va a venir Montxo Armendáriz que es un totem del cine español del que me siento muy honrada que venga al espacio. Vamos a continuar con Jota Linares que imparte clases exclusivas. También viene también Marisol Rozo, que es la directora de escena de Ara Malikian, es coreógrafa, dramaturga…creo que su talles va a ser muy interesante porque es una creadora multidisciplinar. También tendremos a Daniela Frejerman, directora de cine. Felix Estaire con el que que vamos a hacer un taller dirigido solo a mujeres que se llama ‘Todo lo que tengo que decir y no todo el mundo quiere escuchar’.
Por último, ¿con qué profesional de las artes te gustaría contar en el estudio para que impartiera algún taller?
Para mí sería un honor que nos visitara Magüi Mira. Y por supuesto, Paloma Pedrero con la que voy a trabajar en la ayudantía de dirección de Transformación que se estrena en abril en el María Guerrero.