Declan Donnellan siempre ha demostrado su interés en sacar el lado intimista a las obras clásicas, como el año pasado hizo con La vida es Sueño, de Calderón de la Barca, pero ahora parece haber ido aún más allá. La llegada este enero de Edipo rey, una obra con el Teatro Nacional Marin Sorescu de Rumanía, lleva al director británico a una atmósfera inmersiva manteniendo al público en pie mezclándose con los actores. Su mensaje es claro: Donnellan no cree que las tragedias hablen de personajes heroicos sino de gente común, de cualquiera de nosotros. “Pueden parecer una pintura exótica que, al examinarla más de cerca, se convierte en un espejo”.

 

Un Edipo británico: Donnellan vuelve a España en Madrid

 

Esa podría ser la moraleja que le esperaba al protagonista Edipo al prometer ir en búsqueda del asesino del antiguo rey Layo. La tragedia escrita por Sófocles en torno al 430 a.C habla de Edipo, un rey que para salvar su ciudad de la peste debe seguir el vaticinio del oráculo de Delfos. Sin saberlo, Edipo hace un viaje a la verdad que le toca más de cerca de lo que cree. Entra en juego el desengaño, el destino, incluso la conciencia. La razón de por qué las obras clásicas siguen fascinándonos siglos después reside ahí, como explica Nicolau Hariclea, consultor de la dramaturgia del montaje: “Lo trágico nunca ha desaparecido de la esencia de la humanidad, porque la humanidad lo contiene”. Esta pieza podrá verse en Teatro del canal del 17 al 21 de enero.

 

Un Edipo británico: Donnellan vuelve a España en Madrid

 

“Esta tragedia, como la mayoría de las demás, -en opinión de Donnellan- tiene que ver con nuestra inmensa capacidad de engañarnos a nosotros mismos y de nuestra capacidad de no asumir la responsabilidad de lo que hemos hecho. Pero podemos aprender. Entonces podremos descubrir este misterioso proceso: que podemos obtener la libertad, pero sólo cuando empecemos a prestar atención y asumir responsabilidades”.

 

 

APASIONADO DE LA TRAGEDIA

Donnellan puede contar por lo menos una veintena de obras entre sus trabajos, desde Fuenteovejuna hasta Sweeney Todd: The Demon Barber en su trabajo como Director Asociado del Royal National Theatre de Londres. Ha producido ballets para el Bolshoi de Moscú, ha dirigido su largometraje Bel Ami con estrellas como Uma Thurman o Robert Pattinson, y tiene su propio podcast sobre teatro. Y le sigue apasionando la tragedia: “Tiene que ver con nuestra inmensa capacidad de engañarnos a nosotros mismos y de nuestra capacidad de no asumir la responsabilidad de lo que hemos hecho. Pero podemos aprender”. Su compañero Nick Ormerod y él fundaron su compañía Cheek By Jowl allá por 1981 y todavía hoy siguen emocionando con sus propuestas teatrales que ya abarcan las 400 ciudades, y seguirán sumando.

¿Por qué no debemos abandonar las tragedias? A menudo resulta tentador alejarse de lo dramático en una época que parece apostar cada vez más por lo intrascendente, la diversión pasajera que puede ofrecer una comedia o un reel de instagram. Pero las tragedias no hacen eso: nos hablan de lo ineludible, aquello que no podemos evitar aunque quisiéramos, porque forma parte de nosotros mismos. Shakespeare es para Donnellan una forma de vida y el autor insiste en que sigue vigente: “nos embarca en un mundo donde usamos las palabras para incomunicar, para reafirmarnos…” y lo relaciona con la influencia de las redes sociales. Ahora Edipo rey llega a Teatros del Canal para recordarnos nuevamente que lo clásico no pierde relevancia, y que a este británico le queda mucho terreno que explorar. Antes de ver esta obra, ya estoy pensando en la siguiente.

 

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