Que los musicales están viviendo una época dorada en nuestro país ya no es noticia, todos lo sabemos, pero lo que realmente indica que este género ha comenzado a encontrar su espacio dentro de nuestras Artes Escénicas es que comiencen a salir a la luz proyectos de creación propia con la misma regularidad con la que las grandes productoras ponen en escena títulos venidos de fuera. Es cierto que, de un tiempo a esta parte, esto está sucediendo con mayor frecuencia, pero casi siempre la apuesta ha venido desde el pequeño y mediano formato, salvo contadas ocasiones. Esto es señal de que el público comienza a demandar productos originales, y que cada vez se necesita utilizar menos la coletilla de haber pasado por Broadway o el West End londinense como reclamo. Aunque tampoco nos engañemos, los pasos son lentos y también ha habido sonoros batacazos.

El caso es que esos grandes títulos han ido abriendo la mentalidad de público y productoras a la vez que han forjado una nueva generación de creadores y creadoras que se han servido de este crecimiento para formarse y encontrar su propia voz. Tal es el caso del compositor Andreu Gallén y la coreógrafa Ariadna Peya. Dos artistas que en Madrid puede que aún no suenen sus nombres, pero que ya cuentan con una trayectoria en el circuito escénico catalán. Esta pareja artística que se conoció trabajando en Maremar con Dagoll Dagom, pioneros en esto de los musicales de creación propia en nuestro país, vienen de arrasar con L’alegria que passa, espectáculo que resultó ser el cuarto más visto en Barcelona la temporada pasada y que contó con el reconocimiento por parte de crítica y público. Y es que, en cuanto a creación propia, los artistas catalanes han llevado siempre la delantera, sabiendo encontrar en este género todo un filón para contar historias, y dándole el espacio que se merece. Algo que, poco a poco, ha ido calando en el resto del país.

 

<i>Tiempo</i>, el nacimiento de un nuevo musical en Madrid
Escena del workshop del musical ‘Tiempo’. Foto de Pelayo Rocal

 

Esta pareja artística, Gallén y Peya, se ha dado cuenta del potencial que tienen trabajando juntos y ahora han decidido embarcarse en un nuevo proyecto del que están desarrollando un ‘workshop’; para los que no sepan qué es, un par de pinceladas para contar que es un taller donde, además de formación, se busca desarrollar una propuesta a través de su proceso creativo, que en este caso lleva por título Tiempo. Un laboratorio donde el ensayo y el error sirven para dar con el resultado final de una futura producción. Precisamente hace unos días tuvimos la ocasión de poder asistir a una muestra del resultado de ese trabajo que están realizando, dos números donde nos mostraron el derroche de talento y el torrente de emoción que están manejando. Una pequeña muestra de lo que son los primeros pasos de un proyecto que confiamos vaya creciendo y desarrollándose, para acabar siendo uno de los próximos grandes estrenos musicales.

La historia que cuenta Tiempo pone su mirada en un grupo de amigos a punto de estrenar una nueva década, los años 90, con todas sus esperanzas puestas en el que arranque de una etapa dentro de sus vidas llena de libertad, descubrimiento y alegría que, sin embargo, se verá truncada con la llegada del VIH, ensombreciendo su celebración e impregnándolo todo de olvido, enfermedad y muerte, “tres de las amenazas que esa madrugada entrarán a formar parte de sus vidas”, como apunta su equipo. Dani, un joven escritor, empujado por el amor hacia Álex, fallecido por esta enfermedad, será quien nos contará la historia de este grupo de amigos. Un intento por mantener la memoria viva de quiénes tuvieron que enfrentarse al miedo, a la incomprensión y al rechazo de la sociedad del momento; pero que, sin embargo, supieron hacer de su dolor “un espacio de cuidado y de reivindicación”.

 

<i>Tiempo</i>, el nacimiento de un nuevo musical en Madrid
‘Tiempo’, de Andreu Gallén y Ariadna Peya.

 

Una reflexión sobre el tiempo que esa generación no tuvo para poder asimilar lo que se (nos) vino encima y el tiempo que se le ofrece a las generaciones futuras gracias a mantener viva la memoria. O como el mismo equipo lo cuenta: “El dolor del tiempo que no será es, en una trágica paradoja, lo que los empuja a aprovechar el tiempo que sí es. Solo que su carpe diem no solo tiene que ver con vivir. Su carpe diem tiene que ver también con luchar”. Una filosofía que a algunos amantes de los musicales nos recuerda al ‘No day but today’ de Rent. Musical de Jonathan Larson que marcó una época, por romper con lo que se había visto y contado hasta ese momento, y que aquí, quién sabe, podría suceder con Tiempo.

Esta propuesta, además cuenta con la complicidad de nombres como los del autor Nando López, responsable del libreto y de las letras, junto a Gallén, o el gran Juanjo Llorens quien aporta ese toque de magia que tanto admiramos desde el diseño de iluminación. Este workshop, además cuenta con la participación de algunos nombres de esa nueva hornada de jóvenes intérpretes que estamos pudiendo ver en los últimos éxitos musicales que se representan actualmente, o han pasado, por nuestra cartelera como Aladdin, Mamma Mia!, El fantasma de la ópera, The Book of Mormon, Chicago o el mismo L’alegria que passa… Ellos son: Roc Bernadí, Eloi Gómez, Mariona Castillo, Guido Balzartetti, Alejandro Mesa, Mario Hornero, Valeria Jones, Pol Guimerá o Yuantao Górriz.

Lo que está claro es que podemos confirmar que el panorama musical actual es un hervidero de ideas y de creadores con ganas de ponerlas en escena, ahora lo que se necesita es que las grandes productoras, una vez que han logrado asentar el género del teatro musical como una opción cultural sólida, se atrevan a tender la mano a nuestros creadores para que muestren todo lo que nos tienen que contar, que no es poco.

 

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