JUNIO ES NUESTRO

Por José Antonio Alba

Desde hace cuatro años, el equipo que conformamos Godot, recibimos la llegada del mes de junio con una mezcla entre nervios y emoción. Hasta hace poco, era el mes en el que encarábamos el final de temporada comenzando a ponernos en ‘modo vacaciones’ y ralentizando la maquinaria, pero pensamos que qué era eso de dejar que la llama de la temporada se fuese apagando poco a poco. ¡De eso nada! Todo final de fiesta necesita de unos buenos fuegos artificiales con su correspondiente traca; así que, una noche entre risas y un “sujétame el cubata”, acabamos apropiándonos de junio y decidimos convertirlo en un mes para la celebración, en el mes de los Premios Godot.

Esta edición vamos a celebrarla con especial ilusión porque cumplimos nuestros primeros 15 años de andadura, coincidiendo con un montón de aniversarios redondos más a los que, de una manera u otra, vamos a dar cabida la noche del 9 de junio desde el Teatro Pavón. ¡La que están preparando Los Absurdos Teatro!

Es verdad que de vez en cuando nos preguntan -y nos preguntamos- que qué necesidad teníamos de complicarnos la vida metiéndonos en esta movida, porque es cierto que más de uno y dos (y tres y…) sinsabores nos acarrea hacerlos realidad. Pero es que lograr que se celebren año tras año, si se piensa bien, nos define con bastante precisión: Son un reflejo de nuestra pasión y de nuestro carácter amable y comprometido con la Cultura. Lo sentimos como un inmenso “Gracias”, como nuestro abrazo a todas las personas que hacen posible cuanto acontece durante la temporada y, por supuesto, que podamos contároslo. Nuestra ilusión, sin duda, es que se entiendan como una celebración de Madrid para las Artes Escénicas. ¿Nos acompañáis?

 

Este mes El barbero de Picasso abre nuestra edición de Godot. La producción del Teatro Español está escrita por Borja Ortiz de Gondra, dirigida por Chiqui Carabante y protagonizada por Pepe Viyuela, Antonio Molero, Mar Calvo y José Ramón Iglesias. También, entre otros muchos contenidos, hablamos de los Premios Godot, los MAX, Madferia y diferentes festivales como Clásicos en Alcalá y Cádiz en Danza. 

En Godoff, la portada es para Miradas al cuerpo, el festival de Danza organizado por Teatro Lagrada, un espacio que fomenta la creación y otorga visibilidad a espectáculos cuyas temáticas giran en torno al cuerpo. Además, entrevistamos a Isis Martín, Eva Llergo y Sabatino Cacho Palma, además de presentar una nueva edición del Festival Chupetes.

 

Voz en OFF: MIRADAS AL CUERPO

Por Sergio Díaz

Yo soy feo. Es algo objetivo. Un hecho. Alguien tiene que sacrificarse y llenar ese cupo. Lo tengo asumido, lo cual no significa que me guste del todo. El otro día me encontré con una conocida a la que hacía tiempo no veía. Tras conversar un rato me dice, sin venir a cuento: “Desde que no te veo la vida te ha tratado mal. No te abandones”. Yo mantuve el tipo y sonreí para salir del paso lo mejor que pude. Una cosa es saberlo tú en tu fuero interno y otra cosa es que te lo digan a la cara así, a puerta gayola. Lo que me llamó la atención es lo de que no me abandonase, justo ahora que estoy haciendo más deporte que nunca (pero está claro que tendría que dejar ya el chocolate y la leche con galletas).

Hace muchos años que yo no hablo mal del físico de nadie. Estaría bueno que lo hiciera. Uno puede cambiar su cuerpo con ejercicio y alimentación (y no siempre, nunca se sabe contra lo que un cuerpo está luchando), pero la cara que tengas, el pelo que tengas, la construcción ósea que tengas, es la que es, y juzgar tan duramente a la gente por algo tan azaroso es como ser nacionalista, no tiene ningún sentido. A mí me fastidió esa frase, pero bueno, sigo vistiendo pantalón Quechua y sudadera a mis 45 años (eso sí que es abandonarse), así que en el fondo no le doy tanta importancia. Lo que me jode de verdad es el sistema imperante, un sistema que siempre ha juzgado los cuerpos con una tremenda severidad, sobre todo, el de las mujeres. Un ejemplo reciente: En una plataforma televisiva me aparece el anuncio de un documental: Las Berrocal se llama. Y aparecen cuatro mujeres de tres generaciones, pero tal y como las ha dejado el photoshop y la cirugía, es como si todas fueran de la misma edad. Una distopía que no entiendo y no comparto. Sí entiendo y respeto que cada persona haga con su cuerpo lo que desee (cirugía incluida si de verdad te supone una carga mental), pero no comparto que nos entreguemos a la uniformidad y a la homogeneidad que demanda este mundo frívolo y superficial. Trabajemos para construir un mundo mejor y más diverso… en todo. También en los cuerpos, que seamos capaces de disfrutar, bailar y retozar sin vergüenza con el cuerpo que nos ha tocado tener, porque somos únicos e inimitables. Eso sí que es un gran valor. Miremos a los cuerpos como lo que son, un maravilloso armazón que contiene lo verdaderamente valioso de las personas. Miremos a los cuerpos con cariño para poder disfrutar de ellos sin miedo. Disfrutemos de las arrugas, el color de piel, la delgadez, las lorzas, las bolsas en los ojos e incluso del surco nasogeniano. Disfrutemos sin ataduras porque es una mierda tener que vivir dentro de algo que las miradas y palabras de los demás hacen que se convierta en una cárcel.

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