Cargando...Muchas veces los que por suerte ni hemos vivido una guerra nos preguntamos cómo transcurre la vida cotidiana en medio de esas circunstancias trágicas. ¿Limpias tu casa?, ¿vas a la escuela?, ¿paseas con tu novia?, ¿cuidas las plantas?, ¿oyes música? El autor de esta obra, Alfredo Sanzol, también se lo ha preguntado y para responderse se dedicó al espionaje. Recuerda su propia historia personal cuando de pequeño se hacía el dormido para escuchar las conversaciones entre su madre y su tía. Estas son las historias que te cuentan tus abuelos cuando les preguntas. Sus anécdotas, las de sus vecinos o sus amigos. Son las escenas del pasado que hay en las familias, que se cuentan, se reinventan, se adornan, a veces se olvidan y se vuelven a recordar.
Esto es Delicadas, pequeñas historias de vida en las que unas mujeres, por cierto, muy poco delicadas, rememoran escenas de su juventud y de su actualidad. Les acompañan hermanas, vecinas, amigos, novios, sueños y miedos, y también una flor inesperada, un perro que se escapa, un avión que aterriza cerca de casa, un árbol despistado o una caja de botones. Delicadas habla de ellas y también de nosotras y de nosotros.
Una costurera pega a la pared un crucifijo con cemento para que no se lo quiten los milicianos. Unas hermanas despiden a su hermano que va a la guerra. Una mujer necesita la ayuda heroica de sus vecinos para matar un ratón. Dos comerciantes de ganado descubren que su asistenta los considera peligrosamente intelectuales. Un percusionista de una banda militar ofrece un concierto de platillos, una historia de historias, a veces no tan frágiles ni delicadas.
