Esta joya del género lírico ha formado parte del repertorio del Teatro de la Zarzuela desde 1898, cuando pisó por primera vez su escenario. La obra de Tomás Bretón, que se había estrenado apenas cuatro años antes en el desaparecido Teatro Apolo, inmortalizaba en Madrid esta historia enmarcada en la calurosa noche de fiesta del 15 de agosto en la que propios y extraños celebran la festividad de la Virgen de la Paloma y en la que los más genuinos sentimientos afloran en cada diálogo, en cada canto y en cada uno de los actos de estos personajes castizos que llenan la escena con sus dimes y diretes o sus amores y rencillas.

El compositor salmantino fue, con todas las de la ley, uno de los grandes creadores de finales del XIX (45 zarzuelas, 9 óperas, 19 piezas sinfónicas y 9 de cámara). En este sentido, el musicólogo Víctor Sánchez señala que “la genialidad de La verbena de la Paloma nos recuerda una y otra vez la calidad de su creación, su sentido dramático y el atractivo de su música”. Y en este punto aprovecha también para recordar que Bretón luchó toda su vida por la “importancia que debía tener la actividad musical en la cultura española”.

 

La vida es una noche de verbena en Madrid
Compañía al completo en la escenografía de La verbena de la Paloma.

 

HOMENAJE AL TEATRO APOLO

Nuria Castejón, directora de escena y coreógrafa, ha querido contar con un prólogo cómico-lírico de Álvaro Tato, Adiós, Apolo, “como homenaje a los muchos artistas que hicieron del Teatro Apolo la catedral del género chico”, y, cómo no, a sus padres -los inolvidables héroes de la zarzuela Pepa Rosado y Rafael Castejón-, herederos de la tradición del Apolo. “En este prólogo -nos adelanta Álvaro Tato-, la compañía del Apolo ensaya en 1929 la última representación de la Verbena durante la noche de clausura del teatro; asistimos así a los entresijos de la troupe, a sus miserias y alegrías, a sus broncas entre veteranos y novatos, a sus artes y oficios… y aprovechamos para entrelazar algunas grandes piezas de diversos compositores y dar cuenta de la amplitud y variedad de un género culto y popular, disfrutón y callejero, que nos deja verdaderas joyas de gracejo y de gracia, entre polkas, chotis y valses. Todo, claro, a contrarreloj, pues el público no espera y hay que alzar el telón… por última vez. Adiós, Apolo, basado en los documentos y testimonios de la época, pero también en los recuerdos y vivencias de Nuria Castejón, depositaria de la memoria de padres y maestros de estirpe zarzuelera, intenta evocar nuestras raíces, celebrar el más puro género chico y recordarnos que la vida es una noche de verbena”.

 

UN REGALO FRESCO Y JOVEN

Para ilustrar el prólogo y el archifamoso sainete, la nueva producción del Teatro de la Zarzuela cuenta como director musical con José Miguel Pérez-Sierra, nuevo titular de la casa; la escenografía de Nicolás Boni; el vestuario de Gabriela Salaverri y la iluminación de Albert Faura. En el caso de Pérez-Sierra, no es menor la devoción que el músico siente por el título en cuestión y por su autor, al afirmar que ‘La verbena de la Paloma’ “es una obra maestra que conjuga lo folclórico, lo popular y lo culto de una manera que podemos encontrar en pocas partituras”; y explica asimismo que Bretón, como compositor, está interesado en la tradición musical europea “y por eso aquí afronta el desafío de hacer una obra profundamente popular con raíces del folclore madrileño, y enlazar todo de una manera magistral”.

El reparto que interpretará los diferentes roles puede calificarse de absolutamente redondo, equilibrado, atractivo, un elenco que cualquier director –musical o de escena– firmaría con los ojos cerrados para afrontar una Verbena. En él transitan Antonio Comas, Borja Quiza, Milagros Martín, Carmen Romeu, Ana San Martín, Gerardo López, Gurutze Beitia, Rafa Castejón, José Luis Martínez, Nuria Pérez, Alberto Frías, Adrián Quiñones, Ricardo Reguera, Mitxel Santamarina, Ana Goya, Andro Crespo, Albert Díaz y Ramón Grau en el papel de pianista. También participará Jesús Castejón poniendo la voz a la emisión de radio, y junto a todos ellos, como es de ley, el Coro Titular del Teatro de la Zarzuela dirigido por Antonio Fauró.

 

 

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