XIV edición del Festival Ellas Crean, del 1 de marzo al 7 de abril [entradilla]
El 1 de marzo dará comienzo la XIV edición del festival ‘Ellas crean’, que durará todo un mes. Un espacio en el que las mujeres somos, rompiendo con la rutina, las protagonistas.
Por Yaiza Cárdenas / @yaizalloriginal
Al fin llega marzo, el mes femenino del año. Tras 11 largos meses, por fin las mujeres volvemos a tener algo de peso. Tras 11 meses la sociedad nos escucha, o eso intenta hacer ver. Ahora nuestra palabra y nuestros sentimientos valen mucho. Todos aquellos negocios que nos intentan callar y no mueven un dedo por cambiar la desigualdad de género existente, buscando dar una imagen mejor a la que se han ganado, nos dejan ese espacio para expresar nuestro desacuerdo. Un espacio que, en cualquier otro mes del año, sería impensable.
Es en marzo cuando al sexo más maltratado nos suceden cosas bonitas, cosas como el Festival ‘Ellas crean’ que reúne a un gran número de mujeres artistas para dar visibilidad a su trabajo, que muchas veces pasa inadvertido en un mundo de hombres.
Con esta iniciativa, organizada por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades y el Centro Cultural Conde Duque, podremos acceder durante todo marzo y la primera semana de abril a actividades culturales para todos los gustos. En el terreno de la música cabe destacar a Carmen Linares, la cantaora presentará su nuevo disco Verso a verso, que será un homenaje al poeta Miguel Hernández e irá cargado de expresividad y humanidad, deleitándonos con su sensibilidad artística. Otra de las artistas a las que podremos ver es la cantante tunecina Emel Mathlouthi que, siguiendo el legado de su abuela Rimitti, opta por una música social que busca transmitir un mensaje de igualdad y justicia. La joven, que aúna la música tradicional árabe con el rock, es todo un ejemplo de progreso y fe en sus ideas, pues su canción ‘Kelmti Horra’ (Mi Palabra es Libre), prohibida por el régimen de Ben Ali, se convirtió en himno de su pueblo y de una revolución reconocida en la Ceremonia de Entrega del Premio Nobel de la Paz 2015, otorgado a la Sociedad Civil de Túnez. En el ámbito clásico, la mezzosoprano Marta Knörr y el pianista Mario Prisuelos rendirán un homenaje a la compositora Teresa Catalán, Premio Nacional de Música 2017. Su obra une dos generaciones de composición musical, la ‘de la República’ y la ‘de 1951’. Contaremos además con muchas otras artistas y con los distintos conciertos que nos ofrece la Comunidad de Madrid con la asociación La Noche en Vivo.
El área de danza la componen cuatro grandes espectáculos. Óyeme con los ojos, la coreografía de la Premio Nacional de Danza María Pagés, está inspirada en un poema de Sor Juana Inés de la Cruz sobre el compromiso con la vida y la memoria. En Flying pigs, de Eulália Bergadà, nos sumergiremos en el camino entre tradición y presente a través del folclore y las tradiciones. La obra trata de plasmar los obstáculos que nosotros mismos nos ponemos para avanzar y cómo, en nombre de la tradición, nos aferramos al pasado en vez de evolucionar hacia el futuro que deseamos.
Llegarán también a ‘Ellas crean’ dos espectáculos a estrenar, Women 17/27, proyecto dirigido por Ana Cabo y Jean Philippe Dury en el que 30 mujeres tienen como único límite su cuerpo, y Pour, una crítica social de la canadiense Daina Ashbee que habla del sufrimiento y desigualdad que aun hoy tenemos que soportar día a día las mujeres. Además, la UC3M presenta CienciA: ellas inventan, donde ciencia y danza se alían.
En teatro podremos ver De corazón y alma, interpretada por Ana Gracia y June Velayos y dirigida por Rosa Morales con la colaboración de Juan Carlos Corazza. La obra consiste en una adaptación del epistolario inédito entre las escritoras Carmen Laforet y Elena Fortún. Otra obra destacada será En tierra (Grounded), en la que Isabelle Stoffel interpreta a una piloto de caza que, debido a su embarazo, debe realizar algunos cambios en su carrera. En Una guarida con luz, Paloma Pedrero cuenta su historia a través de miembros de la ONG Caídos del Cielo.
En cine podremos asistir, entre otras, al ciclo Óperas primas de mujeres directoras, organizado por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas o a la proyección de Historia de una pasión, dirigida por Terence Davies y protagonizada por Cynthia Nixon, sobre la vida y obra de Emily Dickinson. Si preferimos optar por la poesía, tenemos la esperanzadora antología de poetisas colombianas Diecisiete pepitas de café. Además, este año habrá numerosos debates sobre la posición de la mujer en la cultura y sus logros y reivindicaciones. También se hablará de literatura, prestando especial atención a la generación del 87.
Para terminar, el festival contará con numerosas exposiciones, como Sin ellas no hay futuro, exposición fotográfica en colaboración con Médicos sin Fronteras que denuncia las amenazas a las que se ve sometida la supervivencia de las mujeres en contexto de crisis humanitaria, normalmente relacionadas con la reproducción. En esta línea, el Museo Nacional de Antropología ofrece el curso Sexualidades, género y culturas: miradas desde la antropología, además de la exposición fotográfica Sur la Route, de Ana Dévora, y demás contribuciones de asociaciones culturales como Tres en Suma y recintos como el Museo del Prado, del Romanticismo, de Sorolla…
Eso sí, mi curiosidad me llevó a investigar sobre las entidades que apoyaban el proyecto y, como no podía ser de otra manera y haciendo honor a la expresión “perro ladrador, poco mordedor”, la mayoría de organizaciones eran centros culturales. Pocos nombres de grandes empresas aparecían en el listado. De aquí podríamos sacar un mensaje negativo o uno positivo, pero como ya hay demasiadas cosas negativas con las que lidiar, os dejo con lo que yo me quedo… La cultura, por suerte, es uno de los sectores que más empatiza con la sociedad. Mientras la ética y concienciación social de grandes empresas se esfuman con su dinero, el arte es una flor creciente que, aun con una semilla débil que es pisoteada constantemente por los propios granjeros, tiene la luz y la ilusión suficientes para crecer y crecer, siempre en una misma dirección: hacia arriba.