8 de marzo. Qué celebramos y qué reclamamos

 

 

CELEBRAR

 

  1. El desarrollo del movimiento amplio de mujeres en la vida artística, en general, y la vida teatral, en particular.
  2. Los logros y avances a los que tanto ha contribuido el movimiento feminista, las asociaciones de mujeres, los grupos de trabajo: el articulado en materia de cultura de la Ley de Igualdad; las temporadas de Igualdad en teatros nacionales y festivales de teatro.
  3. La existencia de un tejido asociativo amplio, que pone en valor la creación de mujeres.

 

DENUNCIAR / RECLAMAR

 

  1. Las violencias contra las mujeres, en todas sus formas, en todos sus grados.
  2. La “normalización” de todas las violencias, también las simbólicas.
  3. La precariedad laboral y salarial de las mujeres en el medio teatral, con todas sus consecuencias: cobertura sanitaria, derecho al desempleo, derecho a las pensiones, etc.
  4. El techo de cristal, la brecha salarial, la diferencia en el desarrollo, en el tiempo y en las oportunidades, de la duración de las carreras artísticas de hombres y mujeres; la desigualdad en el uso del tiempo, en el reparto de los cuidados, en la conciliación de la vida laboral (artística) y familiar. ¡Menos “mística de la feminidad” y más igualdad real!
  5. La dificultad de conseguir, a pesar de todo, la paridad como criterio cultural.
  6. Como mujer de cultura, todas las formas de opresión, violencia, desigualdad social y laboral que hoy las mujeres siguen padeciendo en el mundo. Solo un dato: en la India ‘faltan’ sesenta millones de mujeres, cuyo nacimiento ha sido interrumpido por el único hecho de ser mujeres. Esta situación también ocurre en China, donde se pueden producir desequilibrios demográficos graves en las próximas décadas. Y en España, mucho, mucho que conseguir aún, en todas las esferas, en todos los ámbitos.

 

Nota. El 8 de marzo no podré estar en la manifestación. Estaré en Avignon, asistiendo a la primera lectura dramatizada de mi obra Moje holka, moje holka (Mi niña, niña mia), coescrita por Amaranta Osorio, y con traducción al francés de Antonia Amo y Julie Pérez. Es una obra que habla de las mujeres como fuerza de resistencia y de esperanza. Me duele no estar, pero, al menos, es por una buena razón.

 

 

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