La compañía Diágoras Producciones cumple este año su mayoría de edad. Ya son 18 años los que cumplen entregados a su particular manera de entender la profesión, extendiendo su brazos más allá de los escenarios, dedicándose además a la distribución, producción y creación de contenidos.
Actualmente contamos con ellos en la cartelera madrileña con Desnudando a Freddie, segunda temporada de este espectáculo en el Teatro de las Aguas, en el que el líder de Queen nos habla, desde el más allá, sobre todos esos aspectos que conformaron su leyenda.
Inconformistas en busca de la felicidad
Por Redacción
“Morir de felicidad por haber conseguido todo lo que te propusiste en la vida e iniciar una saga de triunfadores… ¿puede haber algo mejor?”, dicen desde Diagoras Producciones, explicándonos que el origen de su nombre -que hace referencia a Diagoras de Rodas, quien murió de felicidad siendo llevado a hombros por sus hijos, tras ver cómo triunfaban en los Juegos Olímpicos-, es precisamente su filosofía de vida como compañía.
Capitaneada por el polifacético Daniel Acebes, Diagoras Producciones celebra este año su decimoctavo aniversario en activo. Un periodo de tiempo en el que han producido casi una veintena de espectáculos de teatro, donde han tocado desde el teatro clásico, pasando por la comedia y los monólogos, hasta atreverse con el musical. El camino, como ellos mismos nos cuentan, no ha sido sencillo, pero su férrea determinación, el inconformismo y una muy personal manera de entender esta profesión, han hecho que, además de subirse a las tablas, se hayan lanzado con la distribución, la creación de eventos privados, el diseño de vestuario y atrezzo e incluso tienen su propio estudio, en Villaviciosa de Odón, que ofrecen al resto de profesionales para ensayos, presentaciones, grabaciones, etc… una manera de reinventarse y lograr permanecer en activo durante todos estos años. Incluso han creado Diagoras Producciones Asturianas, una especie de “hermano pequeño” que ya lleva cuatro años en activo desde su sede en Gijón.
«Hemos conseguido el reto de trabajar en lo que nos gusta de la manera que nos gusta, el arte, la cultura y la creatividad como forma de vida -dicen desde la compañía- Pero siempre desde lo personal, con el mejor equipo y personas que son amigos».
En su haber encontramos colaboraciones con, por ejemplo, la Fundación Siglo de Oro en títulos como el Enrique VIII, con el que visitaron el Globe londinense, pasando por El Perro del Hortelano o El castigo sin venganza. Y es que el teatro clásico siempre ha sido uno de sus pilares fundamentales, de ahí han surgido producciones como La traición en la amistad de María de Zayas o La hermosa fea, espectáculo con el que han estado varios años de gira y del que este pasado verano presentaron una versión renovada en el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid – Clásicos en Alcalá. Pero también se han atrevido con el teatro musical con títulos como El secreto de las mujeres o Goodbye España. Actualmente se encuentran representando la segunda temporada de Desnudando a Freddie en el Teatro de las Aguas de Madrid.
Sobre Desnudando a Freddie
Entre muchos otros temas, es una función que habla de amor, amor hacía los demás y el amor a uno mismo. Dejamos la crispación fuera y nos dejamos llevar por la energía y las canciones en vivo de Freddie Mercury.
Freddie concede su primera entrevista desde que murió, o tal vez la última. La vida de Freddie nos interesa. Sus excesos, su éxito, su coqueteo con las drogas, con el sexo, su modo de ser libre nos provoca curiosidad. Esta entrevista es, por todo ello, un regalo para cualquier periodista. Sin embargo, Freddie esconde una trampa en su conversación, es capaz de engatusarnos, de llevarnos a su terreno y subirnos a sus altares para después dejarnos caer en picado. Sus palabras son como un dardo que busca acomodo en el corazón, porque todos llevamos un pedazo de Freddie en nuestro interior, aunque algunos no queramos verlo.
Podríamos decir que existen dos formas de encontrar la identidad como ser humano, desde el exterior hacia lo más íntimo y viceversa. El exterior es un juego de maquillajes, pelucas, corbatas, zapatos de tacón. La intimidad está plagada de voces. Si conseguimos despojarnos de todo lo superficial, aparecen nítidas esas voces como el brillo de un diamante. Así era la voz de Freddie.