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De risas con… Esther Gimeno

«Lloro de risa con los vídeos de rusos borrachos teniendo accidentes de coche»

 

Por Jorge Gª Palomo/@jorgegpalomo

 

Nuestra invitada traza la mejor definición del sentido de la vida. De la suya, sí, pero sospecho que muchos nos quedamos con la copla: “Si no se puede reír, no es mi revolución”. Esther Gimeno se ha consolidado como una de las mejores cómicas de nuestro país. Lleva muchos años en la carretera y la hemos visto en teatro, cine o televisión. Entre otras curiosidades geniales, creó y presentó las noches de comedia en el mítico Café Comercial de Madrid. No hay quien la pare desde muy pequeñita, cuando se encaramaba a cualquier silla para imitar a Martes y 13. Cree que la cultura y las artes escénicas son esenciales para sobrevivir y le gusta el humor que arriesga, el que aporta una perspectiva genuina. Esther Gimeno es atrevida, crítica, punzante. Y aquí nos ha contado incluso cómo fue su primera vez… No os perdáis nada de esta gran mujer y disfrutad del test bienhumorado de Godot. Seguro que al final, como la famosa canción que ella baila a lo loco, decís: «Valió la pena»… ¡Bienvenidos todos!

 

¿Cómo se definiría Esther Gimeno y desde cuándo esta pasión por la comedia?

Soy una señora a la que siempre le ha interesado la política; por eso me metí en comedia. Y mi pasión por la comedia es desde pequeña: en Navidades me subía a una silla, pero no para cantar villancicos, sino para imitar a Martes y Trece.

¿Cómo es tu día a día? La gente imagina a los artistas en medio de una espiral de fiesta, orgías, libros y rock and roll…

Pues si quitas las orgías, la fiesta y el R&R, creo que se parece bastante a mi vida.

¿Dónde podemos verte habitualmente, micro en mano y sin filtros?

En los escenarios de comedia de todo el país, tanto en teatros como en bares sobre cajas de cerveza. En Madrid estoy en el Palacio de la Prensa con El Eje del Mal junto a Pilar de Francisco y Victoria Martin (de Living Postureo), dos mujeres graciosísimas con las que he escrito este alegato a soñar a lo grande. Acabamos de estrenar Ante todo humildad, un programa de radio para Libertad FM que grabamos en vivo en La Buena Ventura junto a Jesús Trucker y Paco Páez.

¿Vivimos buenos tiempos para el humor, pese a la atroz corrección política?

Los programas estrella en radio y TV incluyen el humor: eso es un gran impulso. El día que ese humor sea tan diverso en género, raza, edad, orientación sexual y que ofenda a todo el mundo por igual… serán realmente buenos tiempos para el humor.

El humor para Esther Gimeno es…

Gimnasia para el cerebro, relajación sin necesidad de pagar a un gurú, la mejor manera de fingir felicidad. Te enfrenta a tus fobias, te avisa de lo que piensas más íntimamente…

El teatro y la cultura son…

No son necesarios para vivir, pero sí para sobrevivir.

Los medios y las redes sociales son…

Una oligarquía y una democracia imperfecta, respectivamente.

El Eje del Mal es…

Un sueño hecho realidad: estar en un escenario con Pilar y Victoria, juntar comedia y política en la Gran Vía, que te paguen por ello y que, además, a la gente le esté encantando… es la leche. No es por dárnoslas, pero un 9,2 en Atrápalo… (Risa maléfica).

Tu tema infalible para desatar carcajadas…

Últimamente, la edad, no sé por qué (Risas). Y el feminismo, aunque parezca que no tiene ni (p…) gracia.

 

De risas con... Esther Gimeno en Madrid

 

¿Qué y quiénes te hacen reír a ti?

Me gustan quienes arriesgan, quienes evolucionan sin miedo a contradecirse. Hay muchos en los ‘Open Mic’ como el Comedy Ninja, la Riot Comedy, el Madafakas, las LGTB Comedy Nights… Pero voy a haceros una confesión culpable: lloro de la risa con los vídeos de rusos borrachos teniendo accidentes de coche.

¿Qué hay que tener para hacer un buen monólogo?

Atreverte con tu punto de vista más genuino. No significa que lo que cuentas en el escenario sea lo que piensas al 100%, pero de una forma indirecta dice mucho de ti.

¿Cómo recuerdas tu primera vez… en escena?

Quitando el cole, la primera vez fue en un aparcamiento subterráneo de un bloque de casas en San Sebastián de los Reyes. No me preguntes por qué no pudimos encontrar una opción mejor. El verano después de 1º de carrera me metí en un grupo de teatro aficionado y me estrené haciendo un sainete que se llamaba El triunfo de las mujeres, una comedia hipermachista, pero que disfrutamos muchísimo y el público también, cuando no les tapaba el escenario una columna…

¿Está cambiando por fin eso de que se programan menos cómicas? ¿El humor tiene todavía sexo en algunos foros, amiga?

No quiero emocionarme antes de tiempo, pero creo que sí. Últimamente, llaman la atención para mal esas programaciones en las que solo hay tíos. La gente está pidiendo variedad y eso supone incluir a la otra mitad de la población.

¿Cómo ves el reclamo mundial (y en España) del ‘stand up comedy’?

Pues lo veo genial. Cuanto más, mejor, porque así también el público se hace más experto y el nivel de la comedia tiene que subir obligatoriamente. ¡Y todas contentas!

Un momento inolvidable de tu vida fuera de los escenarios, acaso relacionado con el humor… Quién sabe, Esther.

Una clase de sexualidad que me dio mi padre con 15 ó 16 años. Yo siempre he tenido una relación de lujo con mis padres. Y un día un machito de mi clase dijo orgulloso que él no podía usar condones porque se le rompían… Imagínate de lo que estaba presumiendo. Se lo conté a mi padre, que era urólogo, buscando una respuesta científica. Mi padre abrió un condón, lo metió debajo del grifo de la cocina y mientras lo llenaba de agua me decía: «Mira lo que aguanta esto». Cuando lo había llenado con unos 5 litros, lo cerró, lo cogimos entre los dos, nos fuimos al balcón y lo tiramos al césped. Y después de reventarlo me dijo: «Al próximo que te diga esa gilipollez, le dices que nadie tiene tanta p*** y que aprenda a ponérselo».

Un teatro o lugar para reír a carcajadas. De Madrid o el mundo entero.

Cualquier bar súper moderno de gente sosa… Meterte con tus amigas en plan ‘aquelarre’, sabiendo que no encajáis y, en lugar de intentar pasar desapercibidas, darlo todo bailando. Cuanta más vergüenza ajena sienten los habituales, más risas.

Una película, libro o canción para sentirnos bien en épocas anodinas.

Película infalible: La boda de mi mejor amiga. Lectura: El Señor Pip, de Lloyd Jones. Y bailar a todo volumen Valió la pena, de Marc Anthony me quita cualquier moñez.

Un viaje inspirador para gente sensacional, como todos nosotros…

Marruecos, para recuperar el ritmo mediterráneo y desconectar desde el minuto uno. Cualquier viaje de carretera por EEUU. Para flipar con sus paisajes y con los que dominan el mundo.

Algo que me haya olvidado y te parezca ignominioso y quieras decirlo públicamente aquí, sin pudor…

Soy de Zaragoza y eso es para toda la vida. (Risas.)

Un mensaje a los lectores de Godot y teatreros del mundo, ávidos de cultura, sexo salvaje, risas y espectáculos…

Si no se puede reír, no es mi revolución.

 

Palabras de la gran cómica Esther Gimeno… ¡Infinitas gracias y risas!

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