Hace años que el hermano, el hijo, el nieto, abandona la casa después de que su padre le echara tras una discusión. La madre, la más vieja, la mayor, la mediana y la pequeña esperan su regreso consumiendo su vida. Al cabo del tiempo, ya desaparecido el padre, regresa el hermano con su macuto, testigo de viajes infinitos. Regresa cansado, extenuado, moribundo. Aparecen entre las enlutadas mujeres, recuerdos y reproches, alusión a vínculos trenzados entre unos y otras y otras y unos, connivencias, desencuentros… La madre y las más vieja se quedan con el hijo moribundo, la mayor decide quedarse con ellas, la mediana duda si quedarse o intentar rehacer su vida, la pequeña decide irse provocando el desasosiego del resto de mujeres; ¿o quizás queden todas juntas?
La palabra es la acción fundamental de la obra. Con un verbo barroco no gratuito, rico, ágil y abierto propone a las actrices ir encontrando las relaciones entre los miembros de la familia. ¿Qué desencadena la expulsión del hijo por el padre? ¿Cuál es el vínculo entre la mediana y el hermano? ¿Y entre el padre y la mediana? ¿Y entre la madre y el hijo?
Se abre un paréntesis con la marcha del hermano, del nieto, del hijo y se cierra con su regreso. Pero el tiempo ha transcurrido. Miguel Torres