Foto: Julian Mommert
La enorme figura de un toro, arquetipo de la cultura mediterránea, es una de las potentes imágenes escogidas por el director griego Dimitris Papaioannou para Transverse Orientation, que con el fondo de la música de Vivaldi, proyecta, mediante la danza, una serie de reflexiones sobre la historia de la humanidad, sobre su circularidad y la relación entre hombres y mujeres.
La orientación transversal del título de este espectáculo es la trayectoria que siguen insectos como las polillas impulsadas por un mecanismo interno, que se desbarata cuando cae sobre ellas la luz artificial, a la que se ven atraídas irremisiblemente girando en círculos. Este desvío de trayectoria lo aplica Papaioannou a la humanidad, que ha venido girando a su vez en círculos atraída por la idea de la divinidad en los sucesivos cambios de civilización, impulsados por un equilibrio entre la energía masculina y femenina.
Las consecutivas y hermosas escenas de Orientación transversal invitan, según la idea de Papaioannou, a considerar estas mutaciones y la relación con nuestros antepasados