Dos rivales tienen una inquietud: ganar a toda costa. Para ello, tendrán que superar sus límites, renunciar a todo e incluso llevar a cabo un pacto fáustico. La victoria se convierte en una obsesión, pero una vez que la consiguen, ¿qué queda?
Esta epopeya con tintes shakesperianos se sumerge en la ambición y desmesuras deportivas para tratar de responder a esta y otras preguntas. ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por conseguir el éxito?, ¿Qué es la victoria para ti?, ¿Serás capaz de vender tu alma por ganar una vez más?, ¿Por una ovación más?
El campeón nunca es absoluto, es su maldición y su droga, su perdición y su reclamo. Muchos deportistas acaban con sus vidas frustradas después de sus carreras, con una frase en el corazón: Vencer sin peligro es un triunfo sin gloria, o como diría Séneca: «Sine gloria vinci, qui sine periculo vincitur».