La obra de San Juan de la Cruz puede considerarse culmen de lo poético, si entendemos la poesía como procedimiento para materializar lo que no se puede expresar a través de los lenguajes prácticos, esto es, como expresión de lo inefable. Así es la poesía de San Juan, materia artística para hacer verbo el inexplicable y profundo gozo del encuentro del alma cristiana con Dios. Ese sentimiento, que sobrepasa los límites de lo sensorial y de lo comprensible, es la materia comunicativa a la que aspira un lenguaje místico que no tiene más remedio que rebasar por mucho los márgenes de lo simbólico.
Profundo gozo, la propuesta teatral de Elfo Teatro, inspirada en la obra mística del santo de Fontiveros. Bajo la dirección de Sofía Ugena-Sancho y de José Luis Luque, se presenta este montaje caracterizado por el respeto a los textos originales y por una buscada desnudez escénica que deja el protagonismo a la palabra. Sobre las tablas, un único actor acompañado de la música de la viola de gamba llena el escenario con los poemas místicos de San Juan de la Cruz.
Y como elementos escenográficos, unos cuantos objetos simbólicos que refuerzan la significación de los versos.
Esas son las líneas básicas de un montaje que cuadra a la perfección con una poesía que tiene mucho de oración y que no requiere de aparataje ni tramoya para tocar la sensibilidad del espectador.