Fotos: Kike Martos
Una mujer, encerrada 30 años en un sanatorio mental, sola, abandonada, privada del contacto con el exterior… clama justicia. Ella es Camille Claudel, genio de la escultura. La agitada relación que mantuvo con su maestro Auguste Rodin no permitió que se la viera en su real dimensión como escultora. Fue una artista que no temió hacer lo que quiso, decisión difícil en su época. Ella es Camille Claudel pero podría ser cualquier mujer que no ha podido decidir sobre su vida, otra mujer artista que fue borrada de la historia.
Tras el proceso de investigación realizado sobre la vida y obra de Camille Claudel, su correspondencia, la visita al hospital psiquiátrico de Montdevergues, el estudio sobre la mujer de la época y el abandono en los centros psiquiátricos, Laura Garmo ha elaborado este unipersonal que conjuga poética y narrativa, donde conocer a través del propio personaje: su vida, sus sentimientos, sus frustraciones, sus anhelos y su necesidad de crear belleza incluso en el horror.
«…no quede yo para siempre en esta nada con barrotes que es la prisión de locos, donde mi madre y todos ustedes me han confinado, por haber tratado de ser Camille y mujer, Camille y artista, Camille y amante y libre».