En el acto IV de la obra de Shakespeare, cuando cree que Desdémona le es infiel y se burla de él, Otelo dice: “Hasta nueve años querría estar matándola”. El argumento del clásico es conocido por todos: el Moro cree ser engañado por su esposa y los celos hacen que termine matándola en el último acto. Otros celos han sido los que han provocado esta tormenta, los de Yago, que al no resultar elegido capitán por el Moro, prepara una venganza maquiavélica para todos los personajes del drama.
Pero, ¿y si la trama no ocurriera en la dorada Venecia del siglo XVII? ¿No sería terrible que, sin traicionar el texto original, el mismo drama pudiera ocurrir de nuevo en otro lugar y en otro tiempo? ¿Y si esa venganza y ese asesinato fueran obra de unos jóvenes de hoy en día? ¿Y si Otelo fuera al instituto? Otelo bien puede ser un adolescente, y el palacio de Venecia bien podría ser un aula de un instituto cualquiera, donde las relaciones de amistad, amor, poder, celos y secretos corren de pupitre en pupitre, como el pañuelo de Desdémona.
Todos los personajes de Shakespeare están en nuestras aulas; sólo hay que localizarlos, escucharlos y dejarles hablar para que, en unos años, no vivan las tragedias que están destinados a vivir. La clase está a punto de acabar. El Instituto Venezia abre sus puertas.
El espectáculo no es una obra didáctica con la intención de conocer el teatro isabelino. El proyecto, basado en el texto de Shakespeare, se enmarca en el Teatro de Valores, y aborda temas actuales entre los jóvenes, como el acoso, el bullying, el uso de las redes sociales y la violencia de género.