Matilde Landa fue una destacada militante comunista de los años 30 y 40 condenada a muerte y conmutada la pena por 30 años de prisión. Encerrada en la cárcel de Ventas de Madrid es trasladada a Can Sales, la prisión para mujeres de Palma de Mallorca de condiciones más severas. Dada su relevancia se intenta mediante chantaje de alimentación e higiene a las presas y sus hijos que Matilde se bautice, y presentar el hecho como una gran derrota de la izquierda. Para conseguirlo envían a Bárbara Pons, catequista de Acción Católica dando lugar a unos encuentros dialécticos entre ambos personajes. Finalmente Matilde no soportando la presión decide suicidarse para no tener que renunciar a sus principios.
Sobre un hecho histórico Agustín Iglesias construye un texto dramático fruto de una exhaustiva investigación histórica. «Un enemigo es alguien cuya historia no has escuchado».