Ella, una mujer profesional, con carrera, trabajo y todo a lo que una puede aspirar, se da cuenta que no funciona la cosa. Y ese es el gatillo que desencadena toda una serie de reflexiones en su habitación de un estudio de 30 m². Un viaje por la precariedad, por la presión que sufren las mujeres, por la pérdida de expectativas, la falta de sueños, etc., pero con mucho humor y mucha mala baba. Y con un final que te invita a salir de la casa a vivir a tope, que la vida es corta y hay que vivirla.
Una intérprete brillante para una obra llena de fuerza, humor y ganas de decir verdades.