Un delicioso ensayo sobre la soledad, que propone un encuentro íntimo de una hora con una mujer que intenta gestionar su resaca y su pena hablando. Buscando en las palabras y en la música algún alivio.
Alicia está sola en su casa, hablando con sus plantas. Les habla desde que descubrió que están vivas. Desde el día en que, después de regarlas, las vio moverse. Desde ese día las cuida y come carne sin culpa. Desde ese día sabe que ver crecer tus plantas te puede cambiar la vida.