¿Has sentido alguna vez que al lugar donde creciste ya no puedes regresar?
La Covancha es ese lugar de tu infancia que huele a rosquillas y a café recién hecho, donde tu abuela te enseñaba a amasar y tu madre a freír. En un espacio aséptico como una sala de teatro, queremos generar a través de los sentidos ese viaje hacia ese lugar que un día dejaste y al que siempre quieres volver.
A través del rito y de lo artesanal, volverás a casa y podrás abrir tu álbum de fotos familiar para desentrañar esos gestos y volver a ver esa mirada, la que consuela y abriga. La Covancha es un culto a lo pequeño, a lo cotidiano, a todo aquello que podemos agarrar con las manos. Es la insaciable búsqueda entre los recuerdos.
Es ese mapa generacional que crea nuestra memoria y se va perpetuando en el tiempo.