Cargando...
Kinderbuch surge de la apropiación de algunos temas, que aquí llamamos motivos (en el sentido de patrón, imagen o parte de ella), provenientes de Hedda Gabler, pieza de Henrik Ibsen estrenada hacia 1891. La obra no pretende constituirse en una versión al uso, ya que del texto original sólo se conservan algunos nombres alterados, las relaciones de su protagonista, algún tópico sostenido a modo de estribillo (‘la belleza’, por caso) o apenas dos o tres frases que se vuelven funcionales en otro contexto ficcional.
El proyecto nació apenas como embrión para una suerte de teatro sin atrezo ni elementos espectaculares y luego se expandió hasta constituir una pieza completa, ya abstraída por completo del material intertextual. Así, la puesta en escena de Kinderbuch intenta responder a un criterio de serialidad en el monólogo que se ha impuesto en la cartelera porteña. Intensidad, ritmo, construcción variedad espacial a partir del lenguaje y mínimos objetos, etc., son los procedimientos utilizados a partir de materiales básicos del teatro: una actriz, un texto, una caja negra, claroscuros, sonidos levemente elaborados.
En una sociedad distópica en la que las mujeres de los funcionarios deben vivir encerradas y amenazadas por un mundo exterior que, dicen, está lleno de insurgentes. La protagonista, casada con un político y embarazada, pasa el rato disparando en un campo de tiro, cosiendo, escribiendo y leyendo cartas. Así es como van volviendo las voces del pasado: la de su padre, la de un antiguo amor, la de una amiga… Todas estas hacen que se empiece a conocer el origen de la violenta sociedad y de los demonios personales de la protagonista. Conoceréis a la persona oscura que tiene detrás, y no empatizaréis nunca con ella, pero entenderéis qué ha tenido que pasar para terminar siendo como es.
Toda la cartelera de obras de teatro de Madrid aquí
