Juicio a la razón es una obra que habla de la proyección que tendemos a hacer en nuestra pareja, creando un yo conjunto y olvidándonos o modificando el yo individual primario, y que juega con una suerte de lenguaje psicologista en el que los protagonistas se pierden una y otra vez.
Javier y Paloma son una expareja incapaz de separarse por más que lo deseen, y es por esto que crean un evento bajo el aspecto de un juicio con el fin de separarse para siempre. Este montaje hace del espectador un personaje más al nombrarle jurado popular con capacidad de voto a través de un código QR. Podrán votar y decidir democráticamente a quién de los dos le pertenece la razón del cierre de cinco años de unión. Así una vez tengan el dato objetivo del jurado podrán dejar de hablar de su relación y de volver a ella concluyendo por fin este sin sentido.
Ambos personajes, con sus mejores intenciones dentro de las políticas del cuidado, no hacen más que ponerse zancadillas, incluso así mismos. Presos de un amor que fue y que se mantiene en sus huesos, saben que necesitan separarse, pero hay algo que les mantiene unidos. Necesitan ayuda. Necesitan nuestra ayuda.