Son muchas las referencias en la tradición popular española al diablo cojuelo, figura que se aleja de su concepción maligna gracias a su cojera y se acerca a una imagen más picaresca y satírica. El pobre diablo fue de los primeros en alzarse en la rebelión celestial y caer en los infiernos y el resto de diablos le cayeron encima, provocando su característica forma de andar por los mundos.
Juan Mayorga ha adaptado para la compañía Rhum&Cia la maravillosa novela de Vélez de Guevara, permitiéndonos disfrutar de la confrontación entre formas de teatro cómico popular del siglo XVII y sus epígonos contemporáneos, los payasos.
A los payasos de Rhum&Cia les encargan hacer un clásico y se lo toman como una gran ocasión. No quieren que sus nietos se digan: «Mi abuelo empezó payaso y de ahí no pasó». Quieren que se digan: «Mi abuelo empezó payaso, pero se esforzó y acabó haciendo clásicos, que son la cultura, la dignidad y el futuro».
Eligen -porque no había otro en la librería- El diablo cojuelo de Luis Vélez de Guevara, subtitulado Novela de la otra vida traducida a esta. Así es como empiezan a enredarse -o, más bien, a reñir- dos tramas: la de la loca obra de Vélez -tratada con mucho respeto y con alguna libertad- y la de una compañía siempre a punto de fracasar -a lo payaso- en su empeño por llevarla a escena.
Y así es como personajes del siglo XVII y payasos del XXI levantan tejados y viajan por las tierras y los aires de una España esperpéntica.