Un recorrido por paisajes emocionales transitados por feminidades diversas, cuyas edades oscilan entre los 9 y los 77 años. El ciclo de la vida y la muerte, el deseo, la infancia, la violencia, las maternidades, la identidad… Es un espectáculo vivo en continua transformación. Cada nueva puesta está marcada por la particularidad del momento y de las integrantes de la compañía.
A través de un lenguaje teatral poblado de imágenes sensibles, visibilizamos a la mujer por el simple hecho de serlo. Para ello, indagamos en nuestras vivencias e imaginario, aprendiendo nuevas formas de contar los relatos que nos habitan. Nuestros cuerpos hablan. El fuerte componente inclusivo e intergeneracional se cristaliza sobre el escenario en un magma humano de características peculiares. Por momentos, trascendemos nuestra propia persona para transformarnos en una sola, rozando lo arquetípico. La sororidad es una clave constante.