Cuando haces ‘cruising’ se da algo más que el propio acto sexual. Ese merodeo en los parques, baños públicos, en los descampados y polígonos. ¿Qué buscamos? Buscamos sexo, eso ya ha quedado claro. Pero algo se va aconteciendo en esa búsqueda donde se cruzan miradas, señales, se intuyen decisiones, se descifran códigos no verbales en los que interviene el instinto y todo apunta hacia un mismo deseo: el contacto. La necesidad de tocar y ser tocado que va más allá de lo meramente sexual. Esa necesidad de sentir y sentirte con alguien igual que tú y aunque el momento sea ínfimo su disfrute hace que se suspenda el tiempo y lo que acontece en ese hermético espacio es todo lo que importa. La necesidad está allí, siempre va a estar allí latente y empuja al deseo a dar rienda suelta a toda su energía sexual como un torrente de agua. Como un océano. Conectar con alguien mediante el sexo es una vía constante en nosotros, en mí. El ‘cruising’ se juzga no por ser furtivo, ni ilícito, ni inmoral sino porque está desvinculado del amor, es práctico y muchas veces casual. No te ata a nada y dignifica al sexo como un ejercicio más de lo cotidiano, sin ninguna otra responsabilidad más que el deseo.
Desconocidx utiliza el ‘cruising’ y el sexo anal como pilares temáticos para hablar del deseo, el placer, los límites, la rabia contenida, la represión sexual y la liberación.
Desconocidx habla del deseo y de los límites del deseo. Sondear los límites, bordearlos, cruzarlos, volver, siempre se puede volver.
¿Está mal cumplir las fantasías más recónditas de nuestro instinto? ¿Por qué me siento tan juzgado? ¿Por qué me avergüenzo de lo que hago?
Palabra de Misael Calderón sobre su obra y el ciclo [abril imaginario]
Desconocidx parte de una experiencia personal que tuve con respecto al ‘cruising’. A partir de ahí fui generando la pieza también sumándole una visión más política en cuanto al sexo anal y sobre esos dos temas fundamentales es sobre los que se asienta la obra. El trabajo con Carlos Tuñón ha ido muy bien, él nos ha ido asesorando durante todo el proceso creativo y su mirada ha sido fundamental para lleva a buen término la obra.
El proceso creativo ha sido muy interesante pero también complicado porque al final yo soy el dramaturgo, el director y el intérprete. Ha sido como volverme loco todo el tiempo y no parar de pensar en todo lo que había que solucionar para la creación. Menos mal que tengo compañeras de viaje excelentes como mi ayudante de dirección que es la maravillosa Carla Nyman. Estuvimos ya juntos en el Curso de dirección también con Carlos el año pasado y ya venimos trabajando desde ese momento. Nos compenetramos muy bien, siempre vamos en la misma dirección y juntos vamos escalando continuamente. También me han ayudado Antiel Jiménez y Lydia Aranda y gracias a ellos va a poder ver la luz Desconocidx.
En la sociedad el sexo siempre ha sido tabú, y el sexo anal ha sido, y es, como la parte más oscura del sexo. Se habla de ello con sorna, buscando la risa, el chiste, la mofa. Creo que es importante naturalizar la analidad y la potencialidad de placer que se esconde en ese pequeño orificio. En la mayoría de veces se autoinhibe, censura y juzga de manera negativa y en ello, pienso, colaboramos todos. Por ejemplo, las connotaciones peyorativas hacia el placer anal se encuentran bastante sumergidas en nuestra habla cotidiana («que te den por culo», «que te den por saco»…), no me extraña que aún siga siendo un tema del que de miedo o vergüenza hablar según el núcleo social donde te muevas, y este es solo uno de tantos motivos que rodean los prejuicios entorno al sexo anal. Para los hombres homosexuales ha sido nuestra forma natural de relacionarnos con el sexo, sin embargo funciona de distinta manera en las relaciones heterosexuales: con menos prejuicios y más naturalidad en las mujeres y con terror y desprecio en los hombres. Aunque todo esto se va diluyendo cada vez más, creo que es un momento interesante para abrir más aún el paso hacia la naturalidad que le corresponde al sexo anal, independientemente de tu condición sexual. Porque todxs tenemos un ano entre los glúteos. Mi intención con Desconocidx es mostrar esta realidad. Aún siguen quedando reductos oscuros, etiquetas, tabúes y mitos que hay que derribar y sobre los que hay que hablar. Desde allí nace mi Desconocidx.
Por otro lado, el ‘cruising’ históricamente ha sido una práctica clandestina que a muchos nos ha permitido explorarnos, explorar, indagar en nuestra propia sexualidad cuando todo a nuestro alrededor indicaba que no encajábamos en lo que exigía la sociedad. Hoy en día se ha extendido a lugares de los que se conoce su movimiento, pero de ser pillado cualquier practicante de ‘cruising’ por la policía se le multa y reprende. A mí me parece un interesante atentado contra lo establecido y una práctica que llega a ser política aún hoy.
Hay una idea que suele rondarme la cabeza cuando hablo de ‘cruising’ y es que poco se habla de la gran cantidad de homosexuales que siguen en el armario y aunque parezca historia de otras épocas hay muchos que se siguen casando, formando familias y llevando una doble vida. No me parece extraña la existencia de una práctica que nació de una cultura en el armario y de la que sigue siendo necesaria para algunos hombres. La pregunta sería por qué hoy aún hay gente que vive en el armario, en esta aparente libertad en la que vivimos… hay algo que se nos escapa.
El ‘cruising’ vive en la marginalidad y lo mismo se podría decir del sexo anal en la sexualidad, es por eso mi interés de tratarlo y dialogar en torno a ello en mi primera pieza.
En la obra también se habla del placer, del gozo, de los límites, de jugar con esos límites, yo de hecho lo hago en escena también como intérprete y performer. Me he sentido muchas veces al borde del abismo en este trabajo, y creo que es muy interesante para todo tipo de público, no solo queer, sino a todas las personas mayores de 18 años, porque al final todos y todas deseamos y todas y todos buscamos el placer y jugamos muchas veces con los límites de ese placer. Podría decirse de Desconocidx que no es para todo tipo de espectador, pero yo creo que es todo lo contrario, es una apertura a mi intimidad que, como yo, todos hemos sentido o vivido desde nuestro propio mundo. Yo sólo deseo, lo único que quiero es desear».