Cuando Amalia vuelve a su pueblo siempre aparece el mismo sueño: el río de su juventud, los gritos amenazantes de guardinhas y carabineros, mujeres cruzando las frías aguas cargadas de bultos, las canciones de su madre, la alegría de su amiga Rosa, los secretos de la Basilisa, la envidiosa de su suegra, la Pelá -que tantas veces la denunció-, el simpático Chiribique…
Amalia nos cuenta su historia desde 1942 a 1964, cuando ya viuda y con ocho hijos emigra a Barcelona.
Amalia y el río se basa en la historia real de Antonia ‘La Lirina’, vecina de Olivenza, que el profesor de Antropología Social de la Universidad de Extremadura, Eusebio Medina García, recogió, junto con otras voces de contrabandistas y estraperlistas, en su tesis doctoral Contrabando en la frontera de Portugal.
La historia sucede en la frontera extremeña con Portugal, entre Olivenza y Badajoz, durante los años 1942 y 1964. Un retazo vivo de las historias ocultas del contrabando en España, protagonizado por una mujer mochilera y estraperlista durante los inacabables años de la posguerra en España.
Las mujeres del estraperlo son una comunidad de mujeres invisibles. Precarias, veladas a la mirada escrutadora de la figura masculina, unidas por una sororidad fruto de la necesidad, la dignidad y el reconocimiento de encontrarse en el mismo territorio de la supervivencia. La voz de Amalia es la de una mujer fuerte, inteligente, socarrona. Vitalista y astuta frente a las autoridades vencedoras que en la frontera son guardinhas, policías, guardias civiles, fiscales y toda una espesa malla de contrabando incrustada en el tejido social.