Belén y Abril caminan sin descanso. Caminan por hacerse, por saberse. Tambaleantes, firmes, en círculos o por tangentes, pero, sea como sea, siempre tentadas primero, y asediadas sino, para que lo dejen de hacer. Es una huida truncada desde el comienzo. Y es que en el comienzo ya, como un cruce fortuito, Abajadero siempre aparece. Abajadero, de mil caras pero siempre cuesta abajo, empuja con fuerza por conducirlas allí donde Abajadero requiere.
¡Pero qué lindo visitar Abajadero, una ciudad de foto, quizá sin luz, habitada por personajes de película, quizá sin trama. Pero qué lindo así, posando Abajadero!