La temática de Ellas Crean varía en cada edición. ¿Por qué el enfoque de este año y por qué ahora?
Esta pregunta surge porque fuimos invitadas a participar, fuera de tiempo, en la exposición de Paula Rego en el Museo Picasso de Málaga. Estando allí ante sus cuadros, que fueron un revulsivo para la sociedad, y en el contexto de una conversación distendida sobre el arte, nos preguntamos qué era subversivo ahora mismo. Lo planteamos como una indagación, como una reunión de varias creadoras para hablar de ello. No es tanto buscar una respuesta, sino un bullir de lo que se está haciendo.
Está cuestión se relaciona con una mirada hacia la España vaciada, ¿cómo nace este enlace?
Parece un poco extraño ir al mundo rural, pero a lo mejor también es subversivo el reivindicar la cultura que están haciendo en pueblos de menos de trescientos habitantes. La pandemia nos ha hecho descubrirlo como un mundo idílico, como ese lugar en el que sí que se puede pasear, pero no es tan perfecto. Hay una reivindicación ahí, hay una llamada de atención sobre una España que languidece y que se nos muere. Quizás lo subversivo sea llenar esa España vaciada de cultura: llevar a los pueblos la danza y la música contemporánea, subvertir el orden de lo que se entiende que puede pasar allí.
También tenía muchas ganas de traer mujeres que están creando en relación con lo rural. Nuestros gobernantes no se han dado cuenta de que el petróleo de España está en la cultura, somos ricos en eso, en patrimonio cultural y en talento. Si unimos ambas con el paisaje podemos lograr una fuente de riqueza, mostrar nuestros pueblos y llenar la España vaciada con un turismo cultural sostenible. Hay muchas mujeres que están escribiendo y haciendo cine desde esa mirada, como Eva Baltasar, Sara Mesa, Edurne Portela o Virginia Mendoza, que apuestan por contar las historias de unos pueblos que se nos mueren y recuperar la memoria antes de que se pierda. Ellas Crean comparte ese compromiso ético y hemos decidido dar el salto ahora hacia este tema siguiendo con la tendencia que se ha acelerado con la pandemia de reivindicar lo rural desde el arte.
¿Cómo se materializa este reclamo desde un festival en Madrid?
Llamando la atención sobre lo que se está haciendo. Aunque sea un festival que se hace desde Madrid tiene que ver con todo lo que está pasando en el resto de España y el poder que tiene es el de irradiar. Ojalá pudiéramos hacer el festival en todas las zonas despobladas, pero no hay presupuesto, así que buscamos poner el foco de atención sobre esos lugares y hablar de ellos para que se pueda plantear poner en marcha allí iniciativas similares. Somos pequeños, pero queremos tener un efecto multiplicador con idea de que, al final, si tú estás contando cosas y unes a gente que cuenta lo mismo quizás puedas modificar inercias.
Como comentas, intentáis unir a artistas que tratan estas mismas ideas. ¿Cómo se designa la programación?
Se vertebra a partir de los espacios. Al no tener una sede tenemos que adecuarnos al entorno. Por ejemplo, uno de nuestros principales pilares es la danza, una disciplina que se adapta a cualquier espacio, y para potenciarla decidimos contactar con los museos, que también buscaban dinamizarse y convertirse no en un lugar donde ir a ver cosas sino uno en el que pasen cosas. Una vez tenemos los espacios intentamos contextualizar una programación que sea la más adecuada, intentando que estén representadas todas las sensibilidades. En el caso de la preciosa pieza de Júlia Godina y Alexa Moya, en la que bailan sobre una plataforma, queríamos llevarla a una sala de exposiciones donde estuviese pasando la gente. En el caso de la música medieval nos parecía muy adecuado que sonase en el Museo Arqueológico de la mano del ensemble vocal femenino Egeria. La idea es que las artistas puedan crear también a partir del espacio y proponer un diálogo entre la arquitectura, los jardines y el público.
El festival acoge a artistas consolidadas y al mismo tiempo ofrece un espacio para la cultura emergente, ¿cómo encontráis cada propuesta?
Lo que hacemos es estar viendo mucho y de forma constante. Estamos muy atentas a las redes sociales, donde hay muchísima información, y procuramos ir a ver casi todo atendiendo a las propuestas que nos llegan. Se están abriendo muchos espacios para la creación y como programadoras nuestra responsabilidad es ir a verlos. Todas las propuestas están escogidas con detalle porque cuentan historias importantes de la sociedad, además de obras por pura creación. Intentamos que haya una calidad en el festival y que todos los públicos se puedan reconocer.
Esta es la décimo novena edición, ¿cómo ha cambiado a lo largo de estos años?
Al principio había mujeres que eran reacias a estar en un festival solo de mujeres. A medida que Ellas Crean avanza, también avanzamos en derechos y España se convierte en una especie de modelo a seguir en cuanto a derechos civiles. El discurso fue saliendo de los círculos feministas para ir normalizándose y con ello fue creciendo la reivindicación de querer formar parte del festival. Ellas Crean es un festival amable que tiene una reivindicación feminista, pero cuyo programa es variado y diverso.
Siempre hemos pretendido ser un modelo, un espejo donde se puedan mirar otras mujeres y mostrar que pueden dirigir, escribir y montar una coreografía. Estamos aquí porque otras mujeres nos han abierto el camino y desde lo público tenemos la obligación de dar canales al talento que está por aflorar.
Albergáis muy diversas disciplinas, desde el flamenco hasta el ensayo pasando por teatro, danza, música, literatura y performance. ¿Los retos a los que se enfrentan las mujeres son iguales en todas?
Parece que en el cine se está promocionando mucho desde lo público el trabajo hecho por mujeres, pero eso no está pasando en el resto de las artes. En la música, por ejemplo, la igualdad es absolutamente deficitaria. Hace falta que las administraciones y lo público sean modélicos y programen a mujeres. ¿Qué hace una artista si al final no se estrena su obra? ¿Qué hace una compositora si al final no se interpreta su obra? Nosotras tenemos que posibilitar que sí que se haga, hace falta incidir en ello.
¿Cuáles son tus perspectivas para el futuro?
Lo ideal es que un festival como Ellas Crean deje de existir porque ya no sea necesario. Pero mientras siga siéndolo, que las administraciones nos sigan apoyando para poder continuar ofreciendo un espacio de encuentro entre artistas emergentes y consolidadas, espacios importantes y salas pequeñas. Ojalá poder mantener ese apoyo institucional, porque la individualidad es un lenguaje patriarcal y debemos tender a ponernos de acuerdo, aunque solo sea durante un mes.
Ellas Crean pretende impulsar un cambio social y político, ¿de qué manera puede actualmente la cultura transformar la sociedad?
Yo siempre digo que uno solo no va a ningún sitio. Lo colectivo es la suma de muchas individualidades, conservando la personalidad de cada uno, y la suma de talentos es una fuerza increíble. La solidaridad, la empatía y la sororidad son el camino para todo; estamos aquí para hacernos la vida agradable y uno solo no puede. Creo que el futuro va por coger lo bueno y juntarlo. Y en el momento en que logremos que en el imaginario de la gente, cuando le pregunten por poesía o música le salga con la misma facilidad el nombre de una mujer que el de un hombre, habremos conseguido el cambio.
UNA EXTENSA PROGRAMACIÓN DIVERSA Y DE CALIDAD
Museo Arqueológico Nacional, Casa de América, Museo del Prado, Biblioteca Nacional, Museo Thyssen-Bornemisza, Residencia de Estudiantes, Teatro de La Abadía, Teatro Fernán Gómez o MNCARS serán sólo algunos espacios que albergarán la multitud de propuestas de un festival que, como hemos ya comentado, se celebrará del 2 al 30 de marzo. Dentro del numeroso abanico de propuestas aquí os adelantamos brevemente algunas de ellas:
Siendo un tema central este año, la España Deshabitada será el núcleo de las conversaciones que mantendrán voces y miradas tan interesantes como las de la dramaturga Jana Pacheco, María del Mar Suárez (La Chachi), Marina Vargas y Marisa González, Edurne Portela, Virginia Mendoza, Tamara Crespo, Nuria Sebastián o Pilar Ríus.
En el aspecto musical brillarán con fuerza nombres como los de Alba Careta, una de las trompetistas de jazz más interesantes del panorama nacional actual, el grupo de música medieval Egeria, Sira Hernández o Silvia Nogales. Mientras, en uno de los apartados fundamentales de Ellas Crean como es la danza, podremos ver piezas de Dácil González, Carmen Fumero, Olga Pericet, Melania Olcina Yugero o La Chachi, entre otras.
La performance estará representada con el estreno en España del proyecto colaborativo 30 Bosquejo de alturas, capitaneado por la directora francesa Sylvie Mongin, junto con las españolas Eva Redondo y Jana Pacheco, en el que participan más de 30 actrices españolas y americanas; o la oportunidad de ver darme-darse-darnos de la artista mexicana Lorena Wollfer.
También el teatro, como no podía ser de otra forma, sumará grandes atractivos a la programación con Todas las santas, con la dirección de Luz Arcas; Pundonor, dirigida por Andrea Garrote y Rafael Spregelburd; Hay alguien en el bosque, de Anna Maria Ricart y con Ariadna Gil en el elenco; o la adaptación de la novela de Marta Sanz Daniela Astor y la caja negra, con dirección de Raquel Alarcón.
Y esto solo es una pequeña muestra, os recomendamos consultar su web para descubrir más propuestas de estas mismas disciplinas o de otras como las de poesía, literatura, arte, cine… a las que se suman diversas actividades. En definitiva, una oferta para todos los paladares.
Os invitamos a descubrir toda su programación en su web.