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Foto: Marina Castañeda
Mirando hacia el mundo clásico, y en particular a la filosofía estoica, nos adentramos en su pensamiento para entender qué tenemos por delante. Mirar al futuro, el nuestro, implica desbrozar el pasado. Comprender el presente requiere andar de espaldas hacia adelante. Mirar fijamente al pasado avanzando a ciegas hacia el futuro. En nuestro deambular en círculos por la existencia necesitamos un faro. Cuando no sirven los que brillan hay que buscar otros con antorchas. En esa luz y calor estamos. Pensarnos juntos, jóvenes y viejos. Buscar la perfección en lo invisible tomando como modelo lo geométrico. Lo sublime del orden frente a la fascinación del caos.
