Vamos a empezar por el final, por los balances. Echando la vista atrás, contemplando tu paso por la CND, ¿cómo te sientes tras estos años dirigiéndola?
Satisfecho del trabajo realizado. En tan poco tiempo hemos conseguido mejorar significativamente la calidad artística de la CND, que era mi objetivo principal. Creo sinceramente que fue la razón por la que el INAEM, y en definitiva el Ministerio de Cultura, quiso en su momento contar conmigo. Haber conseguido esto es una hazaña, pues en realidad no han sido cinco años, si descontamos el período de COVID. Todo ello lleva un enorme trabajo que pienso hemos hecho bien con el esfuerzo de toda la compañía. La parte frustrante es que ahora estábamos ya preparados para crear, desde esa base, otras obras que consiguieran afianzar nuestra identidad.
Allá por el 2020 nos decías: “Hay que reimaginar la danza, abrir los brazos y ponerla al alcance de todo el mundo”, ¿sientes que esto ha sucedido durante estos años en los que has estado al frente de la compañía?
Todo tiene un lugar, un momento y un porqué. La danza debe estar presente, tanto en los grandes teatros de ópera, como en otros entornos. La gente tiene la impresión de que el ballet es elitista, o que el ballet ruso debe de ser bueno… No es así. En España podemos encontrar magníficas representaciones de danza por precios más que asequibles para cualquier espectador con un mínimo interés. Definitivamente sí, creo que hemos acercado la danza a toda la gente que hemos podido. Y con el marco administrativo y jurídico en el que está enclavada una unidad artística como la CND, es realmente complicado. Espero y deseo que algún día todo esto pueda cambiar.
¿De qué manera se ha visto materializado?
Algo que me llena de satisfacción es, por ejemplo, la colaboración con colegios como el Ponce León para hacer talleres con niños sordos y con distintas capacidades. Los resultados son realmente inspiradores. Otra cosa que me ha hecho especial ilusión es haber podido ofrecer audio-descripción en la mayoría de nuestras funciones y muestras táctiles para que personas ciegas puedan disfrutar de las funciones. Esta vertiente dentro del arte de la danza al que he dedicado mi vida, creo que engrandece una sociedad.
También nos dijiste: “Damos por hecho que todo va a estar ahí y creo que hay que vivir y crear como si no lo fuera a estar”, ¿de qué manera lo ha aplicado en estos años? ¿Qué retos o proyectos se te han quedado pendientes de realizar?
Sí, esa es claramente mi filosofía, que es muy opuesta a una tendencia que encontré al volver a España. Como bien dice mi admirado Antonio Banderas: “nos cuesta emprender, soñarlo y atrevernos”. En España se tiene pánico a equivocarse por el qué dirán. Recientemente leí que cuando preguntan a los jóvenes cuál es su objetivo laboral, el 75% respondió que le gustaría ser funcionario… Esto dice mucho acerca del mundo laboral artístico de los jóvenes. En especial para un artista, el fracaso y la crítica es fundamental, sobre todo comprender que nada es permanente. Se nos va el tiempo buscando lo “seguro”, cuando en esta vida nada lo es. Lo refería también el gran Fernando Fernán Gómez en una de sus últimas entrevistas, pues lo había comprobado muy de cerca y realmente era la voz de la experiencia, pero que casa mucho con esta idea. En mi caso, he ido siempre a por aquello con lo que he soñado, me he expuesto a la crítica y me la he pegado, pero solo para hacerme más fuerte al levantarme. Nunca voy a hacer Arte buscando contentar a lobbies, críticos o políticos. No puede surgir nada bueno con esas premisas.
Se me han quedado muchas propuestas por hacer, pero sobre todo una en la que llevo soñando mucho tiempo. Quién sabe, quizás es mejor que no se haya llevado a cabo en este período y pueda ver mejor la luz en otro marco más adecuado. ¡Estad atentos!
Durante tu gestión, la Compañía Nacional de Danza ha elevado el nivel artístico y ha obtenido grandes éxitos. ¿Cuáles son esos grandes hitos que te hacen sentir orgulloso de tu paso por ella?
¡Muchos! Hoy se habla de la CND en el mundo. Mejor dicho, se sigue hablando. Hemos logrado hacer grandes obras a un nivel comparable a otras grandes compañías de talla internacional que funcionan con mejores medios en todos los sentidos. A principio de año realizamos una gira de cinco semanas por EEUU y Canadá con extraordinario éxito y el público puesto en pie en todas las funciones. Las críticas han sido también inmejorables y hemos recibido varios reconocimientos de excelencia artística. Espero sinceramente que en un futuro se siga hablando de la CND, y al mismo nivel.
Igual que tú has realizado una aportación a la CND, ¿qué sientes que has recibido tú?
Por una parte, mucho aprendizaje. Dicen que “La mala mar hace a un marinero experto”. También mucha decepción, pues veo que la situación de la danza en España no solo no cambia, sino que empeora. Ahí están las cifras en número de funciones y espectadores. Comparadas con las de hace tan solo una década, son alarmantes. Algo se está haciendo mal. Y mucha frustración, pues no veo voluntad política de que esto cambie. Al fin y al cabo, de los cuatro Ministros de Cultura que han pasado desde que estoy aquí, no me he sentado con ninguno. Esto es impensable en cualquier otro país europeo. No es una crítica, es la realidad.
¿En qué punto se encuentra la CND y hacia dónde crees que debería encaminarse en estos momentos?
Bajo mi punto de vista es una compañía que ha experimentado una transformación y está en un buen momento. Es triste comprobar que cada cierto tiempo todo vuelve a pender de un hilo, casi del capricho de algún despacho, y que no haya una base sólida que permita a una compañía nacional tener esa base resuelta sobre la que poder crear. El tiempo dirá por dónde la conducirá la nueva directora. (Días después de esta entrevista el INAEM ha anunciado que la dirección de la CND será asumida por la bailarina, coreógrafa, gestora y profesora Muriel Romero)
Un espacio dedicado única y exclusivamente para la danza, como la Nave 11 de Matadero o el nacimiento del Ballet Español de la Comunidad de Madrid, ponen el foco en nuevos caminos para la danza en Madrid, ¿cómo sientes este tipo de noticias? ¿estamos viviendo algunos primeros pasos ‘esperanzadores’ para que la danza?
Aplaudo a la Comunidad de Madrid por su apuesta por la danza. Ojalá sea un despertar y se consolide pronto. Deberíamos tener grandes compañías de nivel estatal en las principales comunidades. Talento hay y de sobra. Pero cuidado, también es necesario el apoyo continuado, no puede ser flor de un día. Consolidar una compañía de nivel en el tiempo necesita el respaldo constante. Creo que la clave es tener un sistema público-privado, como en el resto del mundo.
Respecto al espacio para la danza, es inaudito que no tengamos en España una sola compañía de danza residente de un teatro como en la gran mayoría del mundo. En Alemania al menos 10, en Italia 4, en Francia otros 4, Lisboa lo tiene… es una de las reivindicaciones más antiguas. ¡¡¡No lo entiendo!!!
¿Cuánto hay de conformismo y emprendimiento dentro de la danza en España?
Existe una gran desidia. El principal problema que tiene la danza es la falta de unión en el sector. Otros gremios están más unidos, se hacen respetar y consiguen más cosas. Pero tampoco finalmente se trata de eso. El apoyo a la danza debería existir “de oficio”, no se debería de reivindicar. En España hemos tenido históricamente grandes artistas en todo tipo de danza. Muy grandes y reconocidos internacionalmente. También en la actualidad los tenemos. No es posible que el apoyo público sea el que es y siga todo igual. Por tanto, lo achaco a la precariedad presupuestaria para la danza. Cuando hay un trocito de tarta tan pequeño, es normal que todos lo quieran, incluso pisando al compañero.
Te despides con un programa incluido dentro de la programación de Los Veranos de la Villa. Vemos que tres de las cuatro piezas han sido estrenadas en España por la CND durante tu gestión y una es de Nacho Duato, ¿por qué has querido conformar este programa?
Es un programa que describe gran parte de lo que hemos hecho en estos años. Las cuatro piezas tienen un porqué. Les dejo descubrirlo a los espectadores, o al menos imaginarlo. Que todos saquen conclusiones.
Aunque ahora pasamos a desgranarlas una por una, ¿qué reto supone llevar a cabo este programa?
El reto ha estado en ponerlas en escena al nivel en que lo hacemos. Reitero el nivel alcanzado por la Compañía, sin el cual evidentemente no podríamos hacer este programa.
¿Por dónde se quiere hacer transitar al público a través de este programa?
Es un recorrido por diversos estilos, todos los cuales pueden ser abordados con solvencia técnica y artística por la compañía. Ofreceremos al público un escaparate real de lo que la Compañía Nacional de Danza es hoy y quizás no vuelva a ser.
Nos gustaría que nos dieras unas pinceladas introductorias a cada una de las piezas: Arrancamos con ‘Remansos’, pieza de Nacho Duato, ¿qué te ha llevado a recuperarla?
¡Granados y Duato son dos “Marca España”! Y pueden presentarse con la mayor dignidad en cualquier escenario del mundo como tantas veces se ha hecho. Es una pieza llena de poesía. Su contenido está lleno de calidad, musicalidad y delicadeza. Para mí es una de las mejores obras de Duato.
‘Sinatra Suite’ de Twyla Tharp, la estrenaste por primera vez en España hace justo un año en la Zarzuela, y ahora te podremos ver interpretándola uno de los días, ¿quizá sea la más teatral de todas las del programa? ¿por qué has elegido esta para subirte al escenario?
Estas obras no son fáciles de interpretar. Requieren un bagaje artístico y mucha experiencia. Siempre me han dicho que soy buen actor. Hay que tener el alma llena para poder pararse en el escenario y llenarlo cuando no hay pasos… La elección es simbólica. Al final de la pieza, aparece él y camina hacia la muerte. Es otro ciclo más de la vida, como mi salida de la compañía. Es la mejor y más elegante manera de expresarla que he encontrado.
‘Tschaikovsky pas de deux’ también la estrenaste tú en España con la CND, ¿qué posee esta pieza, creada por George Balanchine, para que la seleccionaras?
Bueno, en realidad Tchaikovsky pas de deux estaba en el repertorio de la compañía cuando esta tenía otro nombre. Se ha representado bajo la dirección de María de Ávila y también con Maya Plisetskaya. Es un gran clásico y favorita del público. Precisamente se cumplen 10 años del fallecimiento de María de Ávila y creo que es una perfecta manera de rendirle homenaje, ya que no ha sido posible hacerlo mediante otros proyectos que se truncaron por los despachos. Volvemos a lo mismo, pero por mi parte habré cumplido con un deber hacia nuestros grandes artistas. Lo contrario no es comprensible.
Y por último, cierras el programa con una creación propia, ‘Passengers Within’. La pieza habla del despertar ante el sometimiento que marca la sociedad actual, ¿por qué la has elegido? ¿quieres lanzar algún mensaje concreto como rúbrica?
Es la obra de la que más orgulloso me siento como creador. El momento de la creación coreográfica es muy intenso en todos los sentidos. Por una parte, se vuelcan muchos sentimientos que han de poderse transmitir a otros cuerpos que la van a interpretar. Transmitir todo eso y hacerlo de manera plena es muy difícil y ahí reside el secreto. En ese sentido, ahora la compañía la baila mejor que cuando se creó en 2022, quiere decir que esa transmisión de la que hablo se ha realizado por completo, o al menos en gran medida.
Llegaste a España después de 23 años como bailarín en EEUU, en el American Ballet
Theater y en el New York City Ballet, cosechando muchas noches de éxito en una grandísima carrera, ¿hacia dónde se encaminan tus pasos en este momento?
De momento, a respirar. Salir de la administración pública requiere un tiempo de reflexión y sosiego. Ha sido un tiempo convulso, lleno de lucha. Desde que se hizo público que no continuaría al frente de la CND me han llamado de varios sitios, pero de momento no me veo embarcándome en algo permanente. Se están abriendo muchas ventanas que me apetecen. Algún proyecto para bailar, otros de coreografía y una película. En este momento me siento más atraído por hacer proyectos con gente que me inspira y ven este arte como lo veo yo.
¿Cuál es el aprendizaje que te llevas de esta etapa?
Uff… ¡muchísimo! He ejercitado mucha contención, paciencia y otras herramientas. También la aceptación de muchas cosas. No se puede cambiar la mentalidad de nadie, sobre todo cuando no hablan tu idioma. También comprender que es imposible tener una compañía al nivel que yo pretendía y contando con grandes títulos clásicos en estas condiciones. El presupuesto es lamentable, los sueldos de los bailarines irrisorios, lo cual hace imposible retener, o incorporar talento y sin teatro… Agradecimiento, pues para mí no hay malas experiencias, sino oportunidades para progresar.
La vida es un constante cambio de ritmos, a finales de agosto, cuando finalice esta etapa, ¿a qué ritmo latirá el corazón de Joaquín de Luz?
Pues sí, nos cuesta mucho aceptar los cambios y nos empeñamos en intentarlo controlar. Con ello somos infinitamente infelices buscando la eterna “felicidad”, lo cual es bastante difícil. Mi corazón late con pasión todos los días por este maravilloso mundo que me ha tocado vivir. Ahora se habla mucho de reducir la jornada laboral… He sido afortunado pues nunca me ha costado hacer el trabajo: las horas se me hacen cortas. ¡¡¡Soy un ciudadano de la barra de ballet!!!!