“¿Cómo están ustedeeeees…?” Es oír esta frase y nos invade la nostalgia y la ilusión. Y es que esta apertura de El gran circo de RTVE, comúnmente conocidos como Los payasos de la Tele, activa nuestro imaginario y nuestros recuerdos situándonos en ese sofá de casa en el que cantábamos en familia Había una vez un circo, Susanita tiene un ratón u Hola Don Pepito, Hola Don José, de la troupe de clowns españoles más querida por diferentes generaciones, que inicialmente estaba formada por Gaby, Fofó y Miliki y a la que posteriormente se sumaron sus hijos Fofito, Milikito y Rody. Un legado que en 2024 continúa. “Hace 400 años había un Aragón y hoy lo sigue habiendo”, dice Rodrigo Aragón, hijo de Gaby.
El Nuevo Teatro Alcalá será, durante cuatro semanas, el encargado de atesorar la magia del clown y el legado de la familia Aragón con el estreno mundial de este nuevo montaje. Todo ello bajo la dirección de un Esteve Ferrer al que se le ilumina la mirada al hablar del proyecto, que empezó hace cosa de un año, coincidiendo con el 50 aniversario de la emisión del primer programa de Los Payasos de la Tele: “Yo, como creador y director, le debía este espectáculo al género”.
Una obra de teatro que, a través de la abuela Eva (interpretada por Mónica Aragón), parte de la idea de que “mientras tengas tus recuerdos, jamás celebrarás un cumpleaños solo”. Y es que, en una época en la que las pantallas nos invaden y separan, es bonito volver a esos momentos en los que la televisión nos ha unido más a los nuestros o incluso evitado que sintiésemos soledad.
Había una vez, mi familia, en el que las mujeres clown adquieren un peso importante, destaca, según su creador, por los arreglos musicales de Emilio Aragón, que nos harán cantar y bailar las canciones de nuestra infancia con ritmos a los que no estamos acostumbrados: música latina, estilo Broadway… ¡Todo para remar a favor de la historia!
Este espectáculo, para niños de 4 a 100 años, nos acerca todos los subgéneros y técnicas características del universo del clown, como la gestual, la textual o la parodia, utilizando todos sus formatos (entrada clásica completa, magia, números musicales…). Un reencuentro en el que Emilio ha dejado absoluta libertad a Esteve y que busca reconocer el valor de una profesión que tanto nos alegra la vida – “Igual que no se puede perder El Quijote, no podemos permitir que se pierda el legado de un género que nos hace mejores personas” (Esteve Ferrer), así como pasar el testigo de la troupe a la generación actual de esos payasos que no llevaban la nariz roja. “Para mí, esto ha sido poder descubrir el payaso que siempre he querido ser -asegura Rodrigo-. Nos morimos de ganas. No sabemos vivir si no es en un escenario”.
Con el humor, la nostalgia, el romanticismo, la belleza y el amor por bandera, la obra mantiene la autenticidad de la familia Aragón a través de números como El mar idiota y está pensada para, al igual que hace el género del clown, hacer disfrutar y reír al público independientemente de la edad que tenga. Una oportunidad de oro para devolvernos esa inocencia de nuestra infancia, abrazar nuestros recuerdos y recordar que “cuando utilizas la imaginación, el cielo es el límite”, remata Rodrigo Aragón.
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