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Por Álvaro Vicente
Fotos: Clara Larrea
¿Os habéis preguntado alguna vez qué llevamos dentro? Dentro del cuerpo… Esa es la pregunta motor de este delicado, frágil, poético espectáculo de la compañía riojana El Patio Teatro, que lleva desde 2010 tratando de acercar al público historias que surgen de su asombro cotidiano, de ese mirar diáfano y abierto a la sorpresa hacia todo lo que les rodea. Parecería que son historias pequeñas que solo les importan a ellos, pero después de sus montajes A mano, Conservando memoria y HUBO, con los que nos han deleitado estos años, hemos terminado por comprobar que sus historias son las de todos y todas, y que ese lenguaje propio que han ido encontrando es vehículo de emociones y aprendizajes, disfrutes y huellas que quedan en el cajón de las vivencias artísticas transformadoras. Ese lenguaje propio de Izaskun Fernández y Julián Sáenz López, integrantes de El Patio Teatro, se refugia en los objetos, de los que extraen la vida con sus propias manos a poca distancia de nuestros ojos extasiados.
Un viaje al interior de nuestro interior. Así definen Entrañas sus propios responsables. ¿Quién no se hizo de niño todas aquellas preguntas? ¿A dónde van los cuerpos cuando desaparecen? ¿De qué estamos hechos por dentro? ¿Ser es ser un cuerpo? La filosofía y la religión llevan siglos a vueltas con esta carcasa que encierra la vida, que alberga el alma. Misterio nunca resuelto, ejerce una fascinación sobre los niños y las niñas a medida que van tomando conciencia de su propio cuerpo. “Si hay un cuerpo que nadie puede ignorar sin pecado y en el que sigue residiendo un nudo vital general, es el de los niños”, dice Santiago Alba Rico antes de acordarse de los revolcones místicos jugando con sus hijos, para los que se necesitan, también, los cuerpos.
Entrañas, una íntima y delicada lección de anatomía, ha sido merecedora del premio Drac D’or a la Mejor Escenografía en la última edición de la Feria de Títeres de Lleida. Es en sí misma una caja de sorpresas, donde hay tarros y cajas que esconden todas las sorpresas que nuestro cuerpo esconde. Viejas ilustraciones donde los artistas retrataban nuestro interior a mano alzada cuando todavía no había tomografía axial computerizada ni Marie Curie empezó a vislumbrar lo que luego serían las radiografías. Mapas infinitos de ligamentos cruzados donde se pierde el sentido de nuestra existencia. Huesos, huesos, tú eres solo huesos, unidos por muy poca piel, que cantaban Los Burros.
Y a pesar de vernos por dentro, este breve paseo por las entrañas del cuerpo humano deja muchas más preguntas que respuestas. ¿Qué es un cuerpo? ¿Qué somos? ¿Qué o quién da vida a este montón de materia? Mientras avanza la pieza, el enigmático y poético lenguaje científico se amiga con el plano emocional y surge el mágico momento en el que el latido del corazón habla del amor. Una preciosa aventura, en definitiva, que como todo aquel viaje preparado a conciencia para que sea un antes y un después, ha exigido un contrapunto intuitivo que sintetiza el conocimiento en belleza. Esto El Patio lo sabe hacer realmente bien, por eso ahora mismo es una de las compañías más talentosas de nuestro país en este tipo de trabajos. Una suerte poder verlos en el Espacio Abierto de nuevo durante el Festival de Otoño.
A partir de 8 años.
