EL CUERPO COMO ARMA – SANDRA KRAMEROVA (9-10-11 de junio)
A veces, el lugar en el que una nace y la distancia que puede tomar a posteriori con él, con un montón de connotaciones alrededor (sociales y políticas en este caso) son germen y resultado creativo. Es lo que sucede con esta pieza de la creadora eslovaca Sandra Kramerova, un solo de danza teatro apoyado y reconocido en Ámsterdam, ciudad en la que reside buena parte de su tiempo y desde hace años, que radiografía uno de los eventos de propaganda política, disfrazada de encuentro sociocultural, de la antigua Checoslovaquia. Se trata del Spartakiáda, una concentración masiva de gimnasia diseñada para celebrar la liberación de Checoslovaquia por parte del Ejército Rojo en 1954. “Era una manera de contarle al resto del mundo la superioridad del pueblo checoslovaco. Estamos sanos, somos fuertes, miren nuestras aptitudes físicas… Y miles de personas participaban en ello sin cuestionarse el uso de sus cuerpos como arma política”, explica Kramerova por teléfono a este medio desde la capital holandesa. La Spartakiáda se celebró cada cinco años entre 1955 y 1990 y mostraba a miles de personas sincronizadas en una coreografía que quería divulgar la idea de unidad y paz. “Mi solo retrata los conflictos que experimenta una de esas personas, una de las gimnastas. Cómo se cuestiona la posición en la que se encuentra. Por otro lado, se da la paradoja de cristalizar en un solo escénico, un evento nacido y desarrollado por miles de personas completamente uniformadas”. A través de la danza contemporánea y expresiones propias de la gimnasia, extraídas de ese vocabulario corporal identificativo de la Spartakiáda, la coreógrafa e intérprete radiografía en escena una Europa del Este de mediados del siglo pasado de la que se derrama el cuerpo como fin político. La pieza lleva audiovisuales del creador Álvaro Congosto, colaborador habitual de Kramerova en sus últimos trabajos. Creada en junio de 2022 y representada en Ámsterdam y Nueva York, será la primera vez que esta pieza se vea en Madrid.
LA VIDA COMO RUIDO, EL RUIDO COMO VIDA – JESÚS CUSTODIO (16-17-18 de junio)
La frase que da nombre al título de este trabajo de flamenco contemporáneo pertenece al músico Wolf Vostel, uno de los pioneros del Happening en Europa, del movimiento Fluxus y del videoarte. También creador con un museo dedicado a su trayectoria influyente que se encuentra en Malpartida (Cáceres),“me interesaba mostrar el universo sonoro de este importante músico afincado en Extremadura”, cuenta en conversación telefónica Jesús Custodio, coreógrafo y bailaor extremeño que vuelve a Madrid tras su paso por la Sala Azarte el pasado mes de marzo. “Se trata de poner en escena esos ruidos cotidianos que acaban acompañando la vida”. En este sentido, el cuerpo en movimiento y los sonidos que cristalizan del desarrollo escénico del flamenco, también se revelan como diario vital o banda sonora. “El taconeo, los pitos, van dialogando con el resto de instrumentos que integran la performance”.
Formado en Madrid con Rafael de Córdoba, uno de los grandes de la historia del flamenco y titulado en danza española por el Conservatorio Profesional Carmen Amaya, hace unos años Custodio decidió volver a su comunidad autónoma de origen y afincar allí su compañía, que pasó a llamarse La Barraca en 2018. “Me interesa la danza española y el flamenco fusionado con la danza contemporánea. En este sentido me veo muy poco comercial, completamente alejado de la élite turista de tablao. Como también dijo Vostel, ‘no hay tradición sin vanguardia ni vanguardia sin tradición’. Me interesa la fusión de lo uno y lo otro”, explica. En la pieza, la proyección de audiovisuales y un vestuario que pasa del negro al mostaza, vienen a certificar el lenguaje escénico que interesan a este creador. “Mostaza dorado en homenaje a la Medalla de Oro a las Bellas Artes que se le concedió a Wolf Vostel en 2019”, concluye.
TE RECUERDO AMARILLO LIMÓN – INERVO CÍA. Y ASOCIACIÓN BIOMIMA (23-24-25 de junio)
Podría decirse que dos son los ejes fundamentales sobre los que descansa esta pieza multidisciplinar y ecofeminista. Por un lado y a nivel más formal, la coherencia que sostiene el armazón de esta pieza de danza teatro. De él resaltan, por ejemplo, elementos escenográficos como macetas móviles y árboles reales así como el uso de materiales biodegradables e hidrosolubles para la realización de la escenografía realizada de manera muy artesanal. El vestuario, además, ha sido creado a raíz de las redes que se usan para envasar limones y patatas para su venta, unos de los plásticos más contaminantes para el planeta. Y en este punto reside la otra pata esencial de la propuesta, que vertebra el discurso: el maltrato, tanto individual como colectivo hacia el ecosistema y el peligro y realidad de desertificación en el que nos vemos envueltos por mérito propio. Capas de significado que conviven con la interdisciplinariedad de un espectáculo capitaneado por la coreógrafa Carlotta Storelli e interpretado también por ella junto a Looping Grace. Una pieza de danza, música, teatro, artes plásticas y artes de acción que encuentra su origen en el Bionic Festival de 2022, en los patios de Teatros del Canal.
BE A HUMAN – CÍA. ALTRAVERSO (30 de junio, 1-2 de julio)
Los creadores Sabine Lane y Maximiliano Sanford firman esta pieza que tiene dirección y coreografía de Sanford e interpretación de Lane, bailarina y actriz, pero también vídeo artista, ilustradora y maquilladora profesional. Una ecléctica trayectoria conformada por un amplio abanico artístico que se desprende de sus puestas en escena. En esta ocasión, para hablar del estropicio en el que nos vemos condenadas a vivir cuando no es posible escapar a ciertos cánones impuestos para destacar o simplemente ser hacia fuera.
Esto es, una sociedad centrada en la exhibición y el espectáculo donde se valora la construcción de un personaje por encima de la propia identidad. Para ello, Lane se mueve en una especie de camerino escénico, metáfora del espacio íntimo y privado, también psíquico de cada cual, donde el conflicto de una mujer obsesionada por encajar balancea la acción. Un espejo móvil que juega con el reflejo de la intérprete y el de los espectadores, completan el símil escénico entre realidad y ficción. “Nuestra historia no trata de una mujer que se anula ante la brutalidad de un mundo absurdo sin correspondencia, trata de la superación sobre sí misma”, se lee en el programa de ella pieza. A nivel corporal, “la pieza se inspira en una batalla del baile Vogue, desde una conciencia critica a las normas que imponen estos escenarios de entretenimiento”. Be a human es la segunda colaboración que desarrollan Sabine Lane y Maximiliano Sanford tras el montaje Con el nudo en la garganta.