XXV Festival de Teatro Clásico Castillo de Peñíscola
Por Redacción
El teatro ha conseguido hacerse un hueco importante en esta bella localidad costera de la provincia de Castellón. Cuando llega el buen tiempo las ciudades del litoral se transforman. El silencio, que ha sido el protagonista durante la mayor parte del año, se convierte ahora en alboroto y ruido. La gente toma las calles y el tiempo libre se reparte entre la playa, el chiringuito y la música del paseo marítimo. Pero en Peñíscola llevan 25 años empeñándose en que el teatro tenga un lugar preponderante también entre el ocio de Peñiscolanos y turistas, y para ello organizan, con mucho mimo, este Festival de Teatro Clásico Castillo de Peñíscola que lleva a la ciudad custodiada por el Castillo del Papa Luna a las mejores compañías teatrales nacionales e internacionales.
Y es que desde el jueves 7 al domingo 24 podremos disfrutar con propuestas de la talla de Aquiles (imagen destacada), de La Fam, y El viento salvaje, de Las Niñas de Cádiz (7 de julio); No es amor, de Lara Misó y Colectivo Sin Par (8 de julio); Els ocells/Las aves, de La Calòrica (9 de julio, obra por la que Albert Pascual consiguió ser uno de los tres finalistas al I Premio Godot al Mejor Vestuario); Tartufo, de Lantia Escénica y Focus (12 de julio); Noche de reyes, de Ur Teatro y Teatro Español (14 de julio); Lázaro, de Leamok (15 de julio); La niebla, de Arden Producciones (16 de julio); El lindo Don Diego, de la Compañía Argentina de Teatro Clásico (19 de julio); Numancia, de Nao d’amores y Compañía Nacional de Teatro Clásico (21 de julio, obra por la que Deborah Macías ganó el I Premio Godot al Mejor Vestuario); Quijote, de Bambalina Teatre (22 de julio); Torquemada, de Pérez de la Fuente Producciones (23 de julio); y Maletes de terra, de Visitants, cerrando el festival el 24 de julio.
En esta edición tan especial de las bodas de plata ha habido algunos cambios con respecto a otros años. Y el principal y más notable es que Javier Sahuquillo se estrena como Director Artístico del certamen, sustituyendo a la persona que ha ostentado el cargo durante la última década, Carles Benlliure. Con Sahuquillo llegan nuevas ideas, una nueva forma de hacer las cosas y la ilusión de seguir consolidando este evento como uno de los más importantes del circuito veraniego de festivales. Esta programación arriesgada, pero de gran calidad y que pretende captar la mirada de nuevos públicos, y la apertura de nuevos espacios de exhibición así lo demuestra. Y es que Peñíscola, además de muchas otras cosas, también es teatro.
