Anton Chéjov es más conocido por sus dramas, sobre todo La Gaviota, Tío Vania, Las Tres hermanas y El jardín de los cerezos, pero también practicaba el relato, el cuento y la comedia. Sus comedias son de formato más corto que sus dramas pero no están exentos de la misma profundidad; sus personajes, en uno y otro estilo viven situaciones cotidianas y a través de ellos profundiza y ahonda en la esencia del ser humano, aparentemente lo que sucede parece trivial pero rascando descubrimos todo lo recóndito y profundo que contienen sus personajes.
Los científicos relacionan el sentido del humor con la inteligencia y dicen que la risa desencadena una actividad neuronal que produce un estado de felicidad. Los alumnos de la escuela de Lagrada, ya intérpretes, nos presentan su trabajo de graduación con dos textos cortos, como son El Oso y Petición de mano, que son ricos en contenido y bellos en su forma, con un proceso de trabajo serio y riguroso pero lúdico al mismo tiempo; el arte no debe ser sinónimo de aburrido y denso sino liberador y enriquecedor dirigido a espectadores con el culo sentado y la cabeza de pie.