La compañía La Piel presenta un programa triple compuesto por tres piezas cortas: NINDA nos presenta un solo de alta expresividad, donde la carga emocional guía el viaje del intérprete a través de las diferentes fases del duelo; en la segunda pieza, Evlilik, una pareja se enfrenta al amor desde el conflicto de una intimidad impuesta por la sociedad. El programa se completa con DUX, un dúo basado en el impacto visual y el virtuosismo en el que las imágenes sugerentes se entrelazan con la calidad del movimiento.
NINDA, las cinco fases del duelo
Negación, Ira, Negociación, Depresión, Aceptación. NINDA, acrónimo de cada una de las fases de la primera teoría del duelo, plantea el recorrido vital de una persona desde que se genera la pérdida hasta que es capaz de asimilar dicho conflicto y seguir adelante. El cuerpo del intérprete y un cayado como único compañero ilustran este viaje emocional a través del movimiento.
Evlilik
El trabajo para la muestra es un dúo cuyo tema principal es la falta de amor en la pareja. La peculiaridad es que el vínculo entre las intérpretes es un matrimonio concertado. Un fenómeno cultural aún presente en muchas culturas que une para toda la vida a dos personas casi desconocidas. El conflicto no surge del propio fenómeno en sí, sino de la falta de amor y las ansias de libertad para poder escoger a la persona que se desee. La asimetría que existe en estas relaciones, en las que la mujer no tiene los mismos derechos que el hombre, genera el drama real en la pieza. La educación de mujeres y hombres es un elemento fundamental para transformar el pensamiento y alcanzar una igualdad real, basada en el respeto y la empatía. El movimiento se trabaja a partir de las diferentes partes por las que pasa la relación, desde el primer encuentro a fases de convivencia.
Una unión sagrada entre dos desconocidos, juntos para el resto de sus vidas, sin importar lo que piensen. Aprenderás a amar con el tiempo. Pero…¿y si no lo haces?
DUX
Respiramos en nuestra cabeza de tierra. Me muevo a dos. Tan parecidos, tan diferentes. Se enlazan como cadenas de ADN. Dos cuerpos, una misma respiración. La base de este dúo masculino se apoya en dos bloques fundamentales, calidades de movimiento y una estética contradictoria. Desde el principio, la obra reposa en una imagen; el tiempo, el movimiento y su fisicalidad determinan el enfoque escénico de DUX.