«El cambio conlleva tales disparates como que a los tramoyistas se les exija una titulación de FP de Grado Superior de Artista Fallero»
Los técnicos teatrales del INAEM han convocado movilizaciones y manifestaciones para alzar la voz frente a la injusta convocatoria de empleo en teatros estatales de este año. Los requisitos de acceso han sido modificados para exigir estudios muy concretos para cada área técnica teatral. Esta transformación de las bases no ha dejado indiferente a nadie y es la razón por la que cientos de profesionales no podrán tener plaza este año; enfrentándose así a un futuro incierto y desolador. En mitad de la guerra, los estrenos de la nueva temporada están en peligro.
Trabajadores de las Artes Escénicas: sin encaje en la administración
Por Marta Santiago
La música, la iluminación, el vestuario, la maquinaria, la peluquería, las tramoyas… Siempre han existido como parte indispensable de la creación teatral, aunque todas estas tareas parezcan insignificantes y han sido eclipsadas por la labor del director y los intérpretes teatrales. El teatro, que es un espacio oscuro con paredes negras y sin ventanas se presta a que se haga de él lo que se quiera, y todo lo que se construye encima del escenario acaba siendo un perfecto paisaje; pero, con el paso del tiempo, las producciones han aumentado su grado de dificultad, exigiendo a los técnicos especialistas de cada sector a prepararse para grandes retos, demostrando diariamente su gran profesionalidad. Cuando hablamos del mundo técnico teatral, nos referimos a todas esas personas que se encuentran detrás del telón y que no son la cara visible del espectáculo, pero que lo construyen desde cero; sin embargo, a pesar de la belleza del oficio, al igual que los que se suben al escenario, los técnicos teatrales no viven una vida de color de rosa.
El nuevo planteamiento de acceso a la convocatoria de plazas técnicas teatrales
Anualmente el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) convoca una serie de plazas (algunas temporales y otras fijas) para cubrir las necesidades técnicas de los Teatros Nacionales que, históricamente, han adolecido de una falta estructural de personal. De esta forma, se da la oportunidad a muchos técnicos del país a poder desarrollarse como profesional y vivir de aquello para lo que se han preparado. Hasta ahora todas estas necesidades se han cubierto con contratos temporales (hablamos de contratos de catorce días, más o menos) y precarios (situación que los sindicatos y trabajadores han denunciado, acumulando así el INAEM decenas de sentencias judiciales desfavorables). Es importante destacar que el número de plazas ofertadas en los últimos años ha sido muy pobre, pues se ofertaban de una a tres puestos por área técnica (cuando se convocaba, pues algunas llevan años sin convocarse).
Si ya la situación era precaria, las cosas lejos de facilitarse, se han vuelto mucho más oscuras. El pasado 17 de mayo de 2019 en el BOE fue publicado el IV Convenio Único para el personal laboral de la Administración General del Estado, mediante el cual se modificaba de manera drástica la clasificación de todo este personal teatral. Un encuadramiento que se realiza sin tener en cuenta las funciones propias del puesto de trabajo a realizar. Esto, evidentemente, suponía un cambio sustancial en las bases de las convocatorias de plazas sacadas por el INAEM: dependiendo de la «afinidad del puesto establecida», se empieza a exigir una determinada titulación como requerimiento de acceso. Frente a esta situación, la Plataforma del Personal Temporal de INAEM, que cuenta con más de 200 personas implicadas y afectadas por esta modificación, se ha visto obligada a ponerse en pie de guerra en pro a la defensa de todos los sectores técnicos teatrales. Esta alteración ha provocado «tales disparates como que a los tramoyistas se les exija una titulación de FP de Grado Superior de Artista Fallero (la cual, además, solo se imparte en Valencia); a los luminotécnicos una FP de Grado Superior cuyos contenidos son eminentemente fotografía y vídeo; o titulaciones que apenas llevan tres años impartiéndose, como en el caso del área técnica de peluquería», nos explican los portavoces de la Plataforma. Añadimos a todo esto que fue muy complejo llegar a un acuerdo definitivo, por lo que la propuesta se firmó dos veces, siendo la última en junio de 2021 y aplicado en las convocatorias de julio de este año, lo que significa que el personal no ha tenido tiempo para poder adaptarse a las nuevas cláusulas.
Los nuevos requisitos dejan fuera a cientos de profesionales
Estos cambios precipitados y las pocas plazas ofertadas de FP en la Comunidad de Madrid (7.000 personas se han quedado sin plaza para cursar grado) este año, han obligado, según aclara la Plataforma, «a algunos técnicos a prepararse titulaciones que únicamente se imparten en determinadas comunidades». Estamos hablando de una auténtica absurdez, teniendo en cuenta que los teatros y compañías a los que prestan servicio técnico el personal del INAEM se encuentran en Madrid. La mayoría de estas personas cuenta con una titulación universitaria superior a la exigida o estudios específicos no homologados pero impartidos por centros de estudios puramente teatrales. Después de años publicando muy pocas plazas, este año se ha decidido convocar una gran oferta de empleos por primera vez (un número jamás visto en los últimos diez años) para trabajar con puesto fijo en el INAEM pero dejando fuera a la mayor parte del personal temporal debido a los nuevos requisitos. «Estamos hablando de personas que han demostrado su capacidad, profesionalidad y preparación para desarrollar las tareas del puesto de trabajo durante años, superando los periodos de prueba establecidos en los diferentes contratos laborales que llevamos años encadenando», nos comentan los integrantes de la Plataforma de trabajadores del INAEM. Por otra parte, dicho acuerdo ha tardado más de tres años en firmarse definitivamente puesto que la solución de «exigir estudios por aproximación» no es del todo correcta: en todas las titulaciones que ahora mismo son exigidas, la carga lectiva dedicada a los oficios escénicos es considerablemente inferior a lo recomendado en los Reales Decretos que regulan las cualificaciones profesionales de dichos puestos. Algunos de los centros que, hasta ahora han sido los que han preparado a la mayoría de técnicos teatrales, son el Centro de Tecnología del Espectáculo (que depende paradójicamente del INAEM), el Centro de Referencia Nacional del Espectáculo en Vivo, el Centro de Formación Escénica de Andalucía o ESTAE en Cataluña. Todos ellos son puntos de referencia indiscutibles para especializarse en la técnica teatral y, actualmente, están impartiendo una serie de contenidos que, ciñéndonos al nuevo plan exigido para trabajar en los teatros estatales, puede que no sean suficientes para conseguir entrar en el mundo teatral desde este año en adelante.
Un compendio de malas decisiones
Esta situación, en definitiva, es muy compleja y ha sido una continuación de decisiones fatales que enmarcan el poco valor que se da al gremio. Décadas de dejadez y falta de respaldo por parte de la administración pública con especial mención al Ministerio de Educación, que no se ha preocupado de crear en los itinerarios formativos una familia profesional de las Artes Escénicas; y al Ministerio de Trabajo, por no encuadrar las funciones y profesiones reales del mundo teatral. Pero, si tuviéramos que señalar con un dedo acusador a los causantes de tal desastre, en primer lugar, tendríamos que situar a Función Pública, que es el último anclaje de la convocatoria. En este caso, los integrantes de la Plataforma de Personal Temporal del INAEM opinan que no hay expertos adecuados para elaborar y firmar dicho convenido, pues de ser así, sería preocupante que alguien conocedor del campo teatral firmara tales desidias. Por otro lado, es innegable que el INAEM y los sindicatos firmantes también tienen parte de responsabilidad.
Manifestaciones y movilizaciones en contra de la injusta convocatoria
La convocatoria finaliza el día 30 de este mes, y tan pronto como han podido ponerse a trabajar en ello, la Plataforma convocó una manifestación el pasado sábado 11 de septiembre y están planeando convocar otra nueva el viernes 17 de septiembre (coincidiendo con un estreno del CDN en el Teatro María Guerrero). Además, también pararán las funciones en el CDN y en el Clásico el 23 de septiembre y los días 7, 8 y 13 de octubre. Por otro lado, han solicitado reunirse con el Ministerio de Cultura y Deporte, el Ministerio de Hacienda y Función Pública, con la Secretaría General del INAEM y la subdirección General de Personal de INAEM. A pesar de que aún no tienen la confirmación de parte de todos ellos, siguen manteniendo la esperanza de que con la presión mediática, Función Pública acabe reculando.
El INAEM deja clara su postura
Frente a todas las acusaciones y malestar general, el INAEM tiene muy clara su postura institucional y así nos lo hacen saber. «Somos conscientes de la excepcionalidad de este tipo de profesiones y de las dificultades para encajar en el contexto de la Administración General del Estado con unas categorías profesionales no equiparables ni análogas a ningunas otras en el marco de la Administración, cuya formación especializada no está, en muchos casos, homologada», nos explican fuentes del INAEM. Además, aprovechan para recalcar que, con esta convocatoria, lo único que se está dejando claro es que se necesita buscar soluciones con toda la rapidez posible específicas y concretas «que permitan resolver las permanentes dificultades del INAEM para encajar en el marco administrativo vigente. El Ministerio de Cultura y Deporte está buscando soluciones al respecto». Soluciones que, por otra parte, también cuiden a las profesiones técnicas y oficios artísticos que consideran imprescindibles para levantar el telón de cualquier espectáculo. A pesar de todo, parece que a día de hoy no está completamente claro si se llevará a cabo la moratoria de cinco años para cinco especialidades distintas, entre las que encontraremos la asistencia a la dirección técnica, la maquinaria, la utilería o la sastrería. El aplazamiento de todas las demás ramas, según comentan desde la institución, no pudo ser posible debido a no contar con el acuerdo expreso entre las partes.
No podemos evitar preguntarnos: ¿Y ahora qué? ¿Cuál es el futuro a corto plazo del mundo técnico teatral con un panorama en que muchos trabajadores temporales van a quedar desempleados? Hay dos consecuencias muy claras, según nos explican desde la Plataforma: «Muchos trabajadores llevan lustros trabajando, tienen cargas familiares, todo resultará un drama personal indeseable. Pero, además, requerir titulaciones tan alejadas de las funciones del puesto de trabajo, va a conllevar la entrada de personal sin experiencia ni cualificación para estas tareas, provocando una pérdida de calidad en los espectáculos».