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Fotos: Esmeralda Martín
Luis Luque (Todas las noches de un día o Las criadas) ofrece una versión de esta pieza de metateatro creada en 1963 por el dramaturgo y novelista alemán Peter Weiss. Una función con una gran carga poética y nihilista que incorpora elementos dramáticos de Antonin Artaud y Bertolt Brecht.
Se trata de una obra dentro de otra obra. Y es que su acción se produce en el asilo de Charenton en 1808. Allí, el Marqués de Sade dirige una producción teatral que tiene lugar durante la Revolución Francesa, a mediados de 1793, y culmina con el asesinato de Jean-Paul Marat. Los actores son los enfermos mentales de la institución y, de vez en cuando, los cuidadores deben entrar en escena para poner orden a la situación.
Así, el Marqués de Sade mantiene varios diálogos de carácter filosófico con Jean-Paul Marat, además de narrar escenas de cierta crudeza que le gusta realizar y que ahora se conocen como sadismo por su persona. Mientras, Marat defiende sus ideas colectivistas y su preocupación por las clases bajas. También aparecen Carlota Corday, quien apuñaló a Marat en su bañera, y el cura Jacques Roux, aún más radical que el propio Marat.
Con todo ello, el montaje indaga en el sufrimiento del ser humano y la verdadera esencia de la revolución, recapacitando sobre si esta se produce cambiando a la sociedad o a uno mismo.
La función cuenta con la participación de los actores Francisco Boira, Emilio Buale, Itziar Castro, Juan Codina, Nacho Fresneda, María Lobillo, Juando Martínez, Eduardo Mayo, Adrián Navas, Pepe Ocio, Andrés Picazo, Julia Rubio y Ana Rujas, y la colaboración coreográfica del prestigioso bailarín israelí, Sharon Fridman.
