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Alfredo Sanzol: «Para que una relación funcione no puedes poner en el otro responsabilidades tuyas»

‘La Respiración’ recibe el Premio Nacional de Literatura Dramática 2017 [entradilla]

 

El autor y director Alfredo Sanzol ha recibido el Premio Nacional de Literatura Dramática 2017 que otorga el Ministerio de Educación Cultura y Deporte por su obra ‘La Respiración’. Recuperamos la entrevista que le hicimos con motivo del estreno de esta obra en el Teatro de La Abadía.

 

Por Álvaro Vicente / @AlvaroMajer

 

El jurado, presidido por el director general de Industrias Culturales y del Libro, Óscar Sáenz de Santa María, ha premiado La Respiración “por la estructura de una trama tan abierta como compacta, con unos personajes sólidos que evolucionan dramáticamente y que se mueven en una renovada sentimentalidad”.

 

El autor y director navarro estrenaba esta obra en el Teatro de La Abadía en enero de 2016, una comedia romántica protagonizada por Gloria Muñoz (que luego sería sustituida por Verónica Forqué) y sobre todo Nuria Mencía (que ha ganado el Premio Max este año por este impresionante trabajo).

 

Tras su experiencia edípica con el Teatro de la Ciudad, Sanzol volvía a su particular teatro con una historia nacida de un proceso propio de ruptura sentimental. El amor, el gran tema de casi todos los relatos artísticos humanos junto con la muerte, atraviesa la obra a través del acercamiento a tres tipos de relaciones, tres parejas de tres generaciones distintas. Esta fue la entrevista que mantuvimos con Sanzol semanas antes del estreno de La Respiración.

 

No ha trascendido mucha información sobre este montaje nuevo tuyo…

Ya, porque estoy escribiendo la función al mismo tiempo que estoy ensayando. Tuve el reparto antes de empezar a escribir, así que he escrito la obra para estos actores. Hice dos talleres, tres días en septiembre y tres días en octubre, de los que empezó a salir material. Ya en octubre llegué con unas 40 páginas. Luego ya al primer día de ensayos llegué con la estructura básica de la obra, sin acabar todavía, y ya la he acabado ensayando con los actores.

 

¿Este procedimiento es nuevo para ti?

Sí, es la primera vez que lo hago, siempre he llegado al primer día de ensayos con la función acabada, y en esta ocasión lo he querido hacer así y estoy muy contento.

 

¿Por qué has querido hacerlo así en esta ocasión?

Porque yo hago talleres de creación de argumentos a partir de improvisaciones, pero nunca me había atrevido a usar la técnica que uso en esos talleres para un espectáculo mío, porque tiene algo de arriesgado el no tener un texto desde el primer día de ensayos, te produce mucha incertidumbre. Pero en esta ocasión, por la compañía que tenía y por el tipo de historia que quería contar, he pensado que era un buen momento para hacerlo.

 

¿Qué historia querías contar?

Lo primero fue el título, La respiración, y quería que fuera una comedia romántica para, con humor, curar el duelo de mi separación, porque he estado con una pareja durante 15 años, con la que he tenido un hijo, y la separación es el desencadenante de querer contar esta historia para curar este duelo. Estaba seguro de que quería hacer una comedia romántica y estaba seguro de que quería que en el reparto hubiese tres parejas de diferentes edades, porque quería hablar del amor en diferentes edades, de una manera intergeneracional.

 

Hombre, curar una separación con una comedia romántica… tiene guasa

Sí, la tiene, pero realmente creo que a través del humor se pueden curar muchas cosas y en este caso el duelo por el desamor, una buena manera de curarlo es con una historia que precisamente habla de todo esto.

 

Alfredo Sanzol: "Para que una relación funcione no puedes poner en el otro responsabilidades tuyas" en Madrid
©Javier Naval

 

Dices que lo primero fue el título: ¿por qué ese título, a qué remite?

Cuando me separé, Pietro Olivera, uno de los actores de esta función, que ha sido mi ayudante de dirección en muchos montajes, y que es además profesor de yoga, me dijo: tú lo que tienes que hacer ahora, Alfredo, es respirar. Me di cuenta entonces de que lo primero que me pasó con la separación es que la respiración se me alteró, se me puso ansiosa. La respiración es el viaje de Nagore, que es la protagonista, para recuperar su respiración, su respiración calmada, la que no es ansiosa. En ese sentido, esa ansiedad está también muy conectada con la autoestima, también es el viaje de recuperación de la autoestima, es el viaje de la aceptación de su nueva situación de soledad, y estos viajes los sintetiza muy bien este título, La respiración.

 

¿Existen vínculos de algún tipo entre las tres parejas?

Sí. Te explico. Pietro Olivera hace de Andoni, que es el profesor de yoga. Martiño Rivas es Mikel, que es el hijo de Andoni, y es preparador físico. Pau Durá es Íñigo y es hermano de Andoni y tío de Mikel, y es fisioterapeuta. Luego, Gloria Muñoz es Maite, que es la madre de Nagore, que interpreta Nuria Mencía, y Camila Viyuela es la novia de Mikel, Leire, la única que no es familia. Las tres mujeres se dedican al derecho: Maite es una jueza jubilada, Nagore es una abogada de familia y Leire está recién licenciada en derecho.

 

O sea, los personajes masculinos tienen que ver todos con la salud, y los femeninos con la justicia… curioso.

Sí. La función arranca con Nagore, que lleva un año de separación y sigue estando muy ansiosa. Ella empieza diciendo: lo primero que hice fue hacer aparecer a mi madre. Y entonces aparece Gloria Muñoz, que le dice: tú lo que tienes que hacer es comenzar a cuidarte y lo primero que vas a hacer es ir a yoga. Nagore entonces irá conociendo al resto de los personajes y se verá de pronto metida en una especie de fantasía de su madre, que tiene una relación con tres hombres. O sea, básicamente lo que hace Maite para ayudar a su hija es meterla en una aventura amorosa con varios hombres a la vez.

 

¿Por qué quieres contar así esta historia… o para qué?

Tiene que ver con el viaje de Nagore para aceptar su nueva situación, porque digamos que el paso esencial a la hora de curar un duelo es la aceptación. Al empezar la obra, Nagore no acepta su situación. Entonces se mete en un caos, en el que encontrará la fuerza suficiente para aceptar su nueva situación.

 

¿Y todo esto en clave cómica?

Claro, es una comedia romántica. En la función me pregunto por ese amor romántico, si existe realmente y, si existe, cuáles son sus límites, cuántas personas se pueden amar a la vez, si eso es posible, qué supone para nuestra autoestima el ser amados y el amar… o el dejar de ser amados.

 

¿Alguna conclusión al respecto?

Pues no. Digamos que me vuelvo a hacer las mismas preguntas que se han hecho todos los artistas que han tratado el tema y, bueno, lo que hago es dar forma a las historias que me han generado esas preguntas. Y, desde luego, respuestas no hay muchas, lo que sí que hay, o la sensación que tengo yo, es que para que el amor con el otro funcione, es necesario no poner en el otro responsabilidades que nos pertenecen. Que para que una historia de amor funcione no puedes poner en el otro responsabilidades que son tuyas.

 

Hablamos del amor en un sentido que trasciende la pasión, que suele ser más caduca…

Hablamos del amor romántico, es un amor con adjetivo, que a veces tenemos como ese anhelo o ese deseo de que nuestra vida esté metida dentro de una historia de amor romántico, pero la realidad dice que el amor es otra cosa también.

 

Una construcción, la del amor romántico, o una fábula que nos viene dada por películas, novelas, etc…

Claro, y Nagore se rebela contra eso, contra toda esa fantasía del príncipe azul, del amor eterno y todas estas cosas.

 

Y ocurre en una edad en la que se supone que entramos en la madurez de una vez por todas, que es esa edad que puede tener Nuria Mencía y su personaje… que debe ser más o menos la tuya, ¿no?

Nuria Mencía es mi alter ego, totalmente. Y no es lo mismo una separación a esa edad que a otras edades, por eso quería que hubiera una pareja de 60, otra de 40 y otro de 30, porque en cada edad se vive esto de una manera totalmente diferente.

 

A la hora de la puesta en escena, ¿qué claves manejáis? ¿Hay música en directo, no?

Sí, Camila toca el violín, Martín toca el saxo y Pau toca la guitarra el guitalele. Hay música en directo y quiero que haya canciones, como en una buena comedia romántica que se precie. Y el espacio es la casa de Nagore, toda la acción transcurre en su casa porque realmente es el lugar donde entra esta fantasía. Cuando ella dice hice aparecer a mi madre, también dice “y a sus amigos”, entonces el resto de los personajes son los amigos de la madre de Nagore, que ocupan su casa y que ella permite que la ocupen para no encontrarse sola.

 

¿Queda claro para el espectador que es una fantasía o queda en la ambigüedad?

No, no, es clarísimo que es una fantasía. Y además, la madre de Nagore le dice a Nagore: la ficción es el mejor entrenamiento para la realidad.

 

¿Alguna referencia literaria, cinematográfica que hayas tenido en mente?

Desde la comedia romántica de los años 30-40-50 de Hollywood, las comedias shakesperianas, tiene un poco El sueño de una noche de verano y de La tempestad, porque el personaje de Maite es un poco Próspero a la hora de organizar toda esta fantasía, toda esta ensoñación para su hija, como hace Próspero con Miranda, y sí que por supuesto está por ahí Woody Allen, también Un pez llamado Wanda, que es una comedia romántica que a mí me gusta mucho, que es comedia romántica pero al mismo tiempo tiene elementos importantes para mí de humor y de gag.

 

¿Te ha pasado, al separarte, eso de lanzarte a una búsqueda del sentido del amor, leyendo todo tipo de libros, tratados, atormentado, diciendo qué es esto del amor, existe o no, es una invención humana, es animal…?

Sí, sí, me ha pasado, y todo eso está, todas esas preguntas están en la función. Y todo el asunto no solamente lo busca Nagore, sino también el resto de los personajes, incluida la madre. Todos ellos, los 6, están en busca del amor, de qué es el amor.

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